El despilfarro de comida es un problema en aumento. Esta situación se da por unos hábitos de consumo inadecuados y acaba con alimentos y bebidas en perfecto estado tirados a la basura. Tanto el Gobierno de España como la Unión Europea han desarrollado estrategias en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, que buscan paliar este fenómeno.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación afirma que cada español desperdicia 179 kilos de alimentos al año. Es en los hogares donde mayor cantidad de alimentos acaban siendo desechados, asegura el Ministerio. Mientras que en la fase de producción solo se desperdicia un 39% del total, en los hogares se alcanza el 42%.
En total, unas 88 millones de toneladas de alimentos se desperdician al año en la UE, lo que supone 170 millones de toneladas de dióxido de carbono emitidas a la atmósfera sin ningún tipo de finalidad. Además, los costes de los residuos generados alcanzan los 143.000 millones de euros al año, según datos de 2012.
Asimismo, el verano es la época del año en la que más alimentos se malgastan, ya que aumenta en un 10%. Se estima que en toda la Unión Europea el 20% de los alimentos producidos se desperdicia, lo cual lleva a una conclusión curiosa. En los países en vías de desarrollo, el desperdicio ocurre en los centros en la producción y distribución de alimentos; en los desarrollados ocurre, por el contrario, en los hogares.
¿Cuál es la situación en España?
España es el séptimo país de la UE que más alimentos desperdicia. Según apunta el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, se malgastan 1.127 millones de kilos de alimentos sin usar y 212 millones de kilos de comidas cocinadas. Además, entre 2017 y 2018 se produjo un aumento del 8,9% en el malgasto alimentario, algo que ha llevado a las autoridades a elevar la voz de alarma.
Los alimentos que más acaban en la basura son las verduras, las hortalizas y las frutas, las cuales pierden su frescura más rápidamente que el resto de productos. Las lentejas, las ensaladas verdes y la tortilla de patatas son los platos más desechados.
Por último, es en los hogares familiares de adultos de hasta 49 años con hijos menores de seis años o de parejas sin hijos donde más alimentos se tiran. De hecho, ocho de cada diez hogares reconocen que tiran alimentos y bebidas de manera recurrente.
Estrategias para frenar el malgasto de comida
Para frenar esta situación, el Gobierno español ha puesto en marcha la estrategia Más alimento, menos desperdicio. En ella se dan definiciones específicas para conocer en detalle el fenómeno, se exponen los motivos que llevan a que los alimentos se despilfarren y se plantean medidas con el fin de reducir el malgasto.
La estrategia se basa en la prevención, la reutilización y la puesta en valor de los alimentos. Además, se elaborarán guías de buenas prácticas, campañas de sensibilización con la sostenibilidad y se contará con el apoyo de las instituciones; unas medidas específicas que se tomarán a lo largo de tres años. Además, esta estrategia se engloba dentro de la Resolución sobre cómo evitar el desperdicio de alimentos: estrategias para mejorar la eficiencia de la cadena alimentaria en la UE elaborada por el Parlamento Europeo en 2012.
La UE también ofrece recursos para que los hogares minimicen el desperdicio alimentario.
Un problema insostenible de sostenibilidad
El objetivo número 12 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), “Producción y consumo responsables”, incluye la lucha contra el despilfarro de alimentos como uno de sus hitos. Para 2030 el reto es “reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos per capita en la venta al por menor y a nivel de los consumidores y reducir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y distribución”.
A ver si entre todos, podemos.
_col.jpg?1579592122 "La relación entre genética y nutrición")
