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5 estrategias de inversión para rentabilizar tu dinero

5 estrategias de inversión para rentabilizar tu dinero

Si quieres empezar a rentabilizar tus ahorros y evitar que la inflación reduzca tu poder adquisitivo año tras año, debes invertir tu dinero cuanto antes. Puedes estar completamente seguro de que invertir en bolsa es una de las mejores decisiones financieras que puedas adoptar en tu vida. 

En este artículo te vamos a mostrar algunas estrategias de inversión que, independientemente de tu perfil inversor, de tus objetivos financieros y de tus conocimientos, te permitirán rentabilizar tu dinero de forma sencilla y segura. 

 

1. Invierte a largo plazo

Hay inversores que se pasan varias horas cada día consultando cotizaciones, valores o noticias de actualidad con el objetivo de averiguar cuáles son las mejores inversiones que pueden hacer en cada momento. 

Suelen operar a muy a corto plazo, tratando de obtener buenas rentabilidades de un día para otro o de una semana para otra. En nuestra opinión, eso no es invertir, sino especular. 

En realidad, invertir no tiene que ser tan complicado. Es tan sencillo como comprar activos de empresas y gobiernos sólidos y mantenerlos en cartera durante muchos años. La estadística demuestra que la mejor estrategia que puedes seguir si quieres rentabilizar tu dinero de forma sostenida y asumiendo pocos riesgos, es invertir a largo plazo.

La inversión a largo plazo no solo es más sencilla de llevar a la práctica, sino también menos arriesgada (ya que la posibilidad de cometer errores es menor) y la más barata (las comisiones son mucho más reducidas debido a que apenas hay rotación de activos en la cartera).

 

2. Diversifica tu inversión

La diversificación es la forma que tienen los inversores de reducir el riesgo de su inversión. Consiste en comprar activos de diferente naturaleza y que no guardan ningún tipo de correlación entre ellos. De esta forma, se comportarán de forma diferente en épocas alcistas y bajistas, y esto compensará los resultados.

La forma más habitual de diversificar una cartera de inversión es mediante la renta variable (acciones) y la renta fija (bonos). Las acciones permiten obtener elevadas rentabilidades pero son muy volátiles (su precio sube en épocas alcistas y baja en épocas bajistas). Los bonos, mientras tanto, ofrecen rentabilidades más reducidas pero su volatilidad también es menor.

Ambos activos suelen combinarse porque su comportamiento es, en la mayoría de ocasiones, opuesto: cuando la economía crece, sube el precio de las acciones y el de los bonos se mantiene estable. Sin embargo, en épocas de decrecimiento las acciones pierden valor y los bonos compensan esta caída.

La naturaleza de los activos no debe ser el único criterio de diversificación. También se debe diversificar entre valores de distintas zonas geográficas (por ejemplo, de Estados Unidos, Asia o Europa); y con empresas de sectores distintos (materias primas, automoción, tecnológicas, construcción). 

 

3. Practica el dollar cost averaging

El objetivo de cualquier inversor es comprar cuando el precio de las acciones está muy barato y vender cuando está muy caro. Comprando en mínimos y vendiendo en máximos, se obtendría el mayor beneficio posible. En inversión esto se conoce como hacer market timing.

El problema es que los mercados financieros son irracionales y es imposible acertar con el momento de entrada o de salida. El propio Warren Buffett afirma que es completamente imposible acertar cuál va a ser el precio de una acción a corto plazo; que ni siquiera él puede saberlo.

El dollar cost averaging es la estrategia de inversión opuesta a la que te acabamos de describir. Como no podemos saber cuál es el mejor momento para comprar y vender, invertiremos de forma periódica con un importe fijo durante un determinado intervalo de tiempo (que puede ser toda la vida).

Un ejemplo de dollar cost averaging podría ser invertir 500 euros el día 5 de cada mes, independientemente del ciclo económico o del precio de los activos en ese momento. De esta forma, a veces compraremos barato y otras veces compraremos caro, pero en promedio obtendremos una rentabilidad mayor que si intentásemos acertar con el momento idóneo de compra.

 

4. Rebalancea tu cartera

Una cartera de inversión debe ajustarse al perfil inversor de cada persona. El problema es que con el paso del tiempo, los activos que forman la cartera suelen cambiar de valor y esto puede hacer que la cartera se descompense. 

Por ejemplo, imagina que creaste una cartera formada en un 60% por renta variable y en un 40% por renta fija. Si la bolsa crece, el precio de las acciones subirá y el de los bonos bajará, y podría ocurrir que el peso de la renta variable creciese hasta el 70% y el de la renta fija disminuyera hasta el 30%. Si esto ocurre, tu cartera estará descompensada y no se ajustará a tu perfil de riesgo inicial.

Cuando esto pase, debes rebalancear tu cartera. El rebalanceo es una estrategia que consiste en reasignar la inversión para que vuelva a sus valores originales. En nuestro ejemplo, venderíamos renta variable y compraríamos renta fija hasta volver a la proporción original: 60-40.

 

5. Automatiza tu inversión

Los inversores nos comportamos de forma irracional. Como seres humanos que somos, nos dejamos guiar por nuestras emociones y permitimos que los sesgos cognitivos influyan en nuestra toma de decisiones. Cuando se trata de inversiones, estas emociones pueden jugarnos malas pasadas. Una forma de evitarlo es mediante la automatización. 

La automatización como estrategia consiste en crear un sistema de inversión que funcione en piloto automático sin que el dinero pase por nuestras manos. De esta forma evitaremos tomar malas decisiones influenciados por el momento en el que se encuentren los mercados.

Por ejemplo, si practicas el dollar cost averaging y cada mes transfieres 500 euros a tu cuenta de inversión, puedes programar una transferencia periódica desde tu cuenta corriente hacia tu cuenta de inversión. De esta forma, el día 5 de cada mes el dinero “volará” de una cuenta a otra sin que tú hagas nada.

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