Los resultados empresariales sorprenden al alza

Las sorpresas en gran medida positivas ante la presentación de resultados empresariales mantuvieron a los mercados de renta variable en sus máximos. En Estados Unidos, alrededor del 85% de las empresas han superado las expectativas y por un margen sin precedentes. Los inversores esperaban que los beneficios del primer trimestre crecieran un 20% en Estados Unidos en comparación con el mismo periodo de 2020, pero lo cierto es que han mejorado un 40%. En Europa ha sucedido lo mismo, con más de un 70% de sorpresas positivas en los beneficios, todo un récord.

Sin embargo, los mercados parecen un poco más frágiles después de unos beneficios tan significativos. Pero no ha habido una caída brusca, aunque la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, sugirió que la economía podría estar recalentándose y que los yields de los bonos a largo plazo podrían aumentar. Sus palabras fueron ignoradas por los mercados de bonos. Otra consecuencia fue una rotación más marcada de los valores más growth a los cíclicos, así como de las compañías más infravaloradas.

La futura dirección de la política monetaria es una de las principales preocupaciones de los inversores. El Banco de Inglaterra revisó al alza sus previsiones de crecimiento y dijo que frenaría las compras de activos. El banco se apresuró a calificar la medida de técnica -el importe global de las compras de activos se mantiene sin cambios- y su presidente, Andrew Bailey, insistió en que no se trataba del inicio de un endurecimiento monetario. Los mercados de bonos le creyeron y los rendimientos se mantuvieron estables.

Mantenemos nuestra postura neutral sobre los activos de riesgo, con preferencia por los más expuestos al ciclo y a la reapertura de las economías. En términos geográficos, esto significa centrarse en Europa más que en Estados Unidos. También somos prudentes con los bonos del Estado, ya que podrían verse afectados si las yields comienzan a normalizarse.

Los mercados europeos de renta variable siguieron apuntalados por los buenos resultados, pero siguieron luchando por subir. Los precios de las acciones parecen haber descontado ya una serie de factores positivos. 

Los inversores están atentos a los mensajes de los bancos centrales por si la mejora de la situación sanitaria y las presiones inflacionistas les llevan a cambiar de estrategia. 

Société Générale subió tras una sólida recuperación en casi todas sus divisiones. Es cierto que los ingresos cayeron en la banca retail en Francia, pero el grupo espera que la situación cambie este año, con unos márgenes de interés que aumentarán gracias al incremento de los préstamos y a las mayores comisiones. Tras un aumento del 47% en las ventas del primer trimestre, Zalando elevó sus previsiones para 2021 y dijo que invertiría más en e-commerce. 

El gigante naviero danés Maersk ganó en impulso en sus principales mercados. El grupo elevó sus previsiones de demanda de contenedores para este año. Dado el reciente aumento de los cuellos de botella, la dirección cree que los precios de los fletes tardarán meses en volver a la normalidad. La demanda es muy fuerte y el impacto del bloqueo del canal de Suez se dejará sentir hasta julio. Stellantis cree que la escasez de semiconductores podría durar hasta 2022. Aun así, el grupo ha mantenido sus previsiones de márgenes, ya que se beneficia del fuerte impulso de las ventas, especialmente en los segmentos más rentables. Los daños sufridos durante el invierno por la fábrica texana de Infineon fueron un golpe, pero el grupo, no obstante, elevó sus previsiones para 2021, citando la frenética demanda de semiconductores. El grupo dijo que sus fábricas estaban trabajando a toda máquina, pero que espera que la escasez de semiconductores persista en los próximos meses. Calcula que las limitaciones de producción harán que salgan de las fábricas 2,5 millones de vehículos menos en el primer semestre de este año.

En una semana irregular para los índices estadounidenses, el Dow Jones ganó un +1,43%, mientras que el S&P 500 bajó un +0,23% y el Nasdaq cayó un -3,19%.

Los indicadores económicos cayeron ligeramente: el ISM manufacturero bajó de 64,7 en marzo a 60,7 el mes pasado debido a la escasez de componentes industriales. Otro factor fue el aumento de los precios de las materias primas, ya que los precios pagados subieron hasta un récord de 89,6, muy por encima de los 86 previstos. ADP dijo que la creación de empleo en el sector privado en abril no cumplió las expectativas, pero aún así se situó en un máximo de 7 meses de 742.000, frente a los 565.000 de marzo.

La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, aclaró su mensaje sobre la inflación tras advertir que podría ser necesario subir los tipos de interés básicos para detener el recalentamiento de la economía. Dijo que no esperaba que la inflación volviera de forma definitiva, pero que, si tal escenario se produjera, la Fed tenía todas las herramientas necesarias para evitar que los precios se descontrolaran. 

El presidente de la Fed de Boston, Eric Rosengren, dijo que el mercado inmobiliario podría arreglárselas sin el mismo nivel de apoyo que antes, abriendo la puerta a la normalización de la política monetaria. Las ventas de viviendas nuevas y los permisos de construcción han alcanzado niveles no vistos desde 2006. Y el número de viviendas en venta es tan bajo como en la década de 1970. En un año, los precios de los inmuebles han subido un 12% y la oferta sigue siendo inferior a la demanda. 

Los mercados también se vieron favorecidos por el repunte de las materias primas. El cobre alcanzó un máximo histórico y el mineral de hierro superó los 200 dólares.

Con los informes de más de la mitad de las empresas del S&P500, los beneficios se han disparado un 54% interanual.

Berkshire Hathaway ganó un +1,5% después de que Warren Buffett dijera que Greg Abel le sustituirá cuando deje su cargo.

Pfizer declaró que su objetivo es vender 26.000 millones de dólares en vacunas contra el covirus este año, frente a una previsión anterior de 11.000 millones de dólares. El consejero delegado, Albert Bourla, dijo que pensaba que la gente necesitaría una vacuna anual contra el Covid-19, al igual que la vacuna contra la gripe.

Las acciones del sector sanitario retrocedieron después de que Washington sugiriera la suspensión temporal de las patentes de la vacuna contra la Covid-19. Podría ser difícil que esta idea fuera aprobada por los 160 países de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que habría que desarrollar nuevas versiones de la vacuna para proteger de las nuevas cepas.