No tiene porque ser ninguna metida de pata. Puede ser perfectamente una estratégia controlada para forzar un claro posicionamiento de la UE al respecto. Una especie de contrafuego para luchar contra un incendio.
No olvidemos que este sr. es ministro de tres cosas, exteriores, unión europea y cooperación. Y que cada una de ellas, si bien son sinérgicas, son negociados, ambitos, objetivos y estrategias distintas.
Analisis:
La UE, ámbito intitucional no-exterior del ordenamiento jurídico español, respecto del tema catalán, mantiene una posición entre dudosa y confusa.
Por una parte, en su cúpula institucional, comisión y sus comisarios, consejo y sus gobiernos de los estados, en general hay silencio, roto por escasas y breves manifestaciones a favor de la exclusiva "internalidad" española del asunto catalán, y muy claramente pro-mantenimiento del status quo. En apariencia, un posicinamiento muy pro-estado español, en su versión más cavernaria.
Por otra parte, por parte de agentes y factores más secundarios, pero no por eso menos significativos, tipo parlamentos regionales, tribunales y magistrados de justicia, articulos de opinión de destacados analistas (muchos de ellos ex-politicos importantes o incluso políticos en ejercicio), de prácticamente todos los paises, manifiestan posicionamientos o más pro-catalanes o más anticavernarios.
Como la UE no es precisamente el lejano espacio exterior, sino el contexto jurídico institucional en que existimos, esta dualidad contradictoria no ayuda precisamente.
La UE se mueve entre un sí pero no, sino todo lo contrario, aunque depende.
Con la estratégia de contrafuegos del ministro de la UE (además de jefe supremo de la diplomacia exterior, pero eso es otro negociado), quizás, tal vez, podría ser que el ministro Borrell lo que esté buscando es un clarísimo posicionamiento de la UE en uno u otro sentido. Posicionamiento clarísimo que cerrase opciones a uno de los bandos, y facilitase la salida política al otro.
Bueno, realmente bandos hay tres, los cavernícolas (pareciera que directos descendientes de los atapuercanos mesetarios), los insurgentes, y un amplísimo y laxo conjunto de posibilistas de múltiples colores.
De momento el protagonismo se lo llevan cavernícolas contra insurgentes. Y la laxitud y contradicción de posicionamientos de la UE alimenta tanto a unos como otros. Si los posibilistas quieren finalmente solucionar el entuerto, deberán entenderse y pactar o con los hunos o con los hotros de los extremistas. Pero solo con uno de ellos. El otro extremista debe desaparecer del tablero de juego. Y forzar un claro posicionamiento de la UE (siquiera mediante medidas de formato diplomático que fuercen a tomar partido y expresarlo), puede ser de gran ayuda.
la plus belle des ruses du Diable est de vous persuader qu'il n'existe pas!