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En España hay territorios que están muy orgullosos y satisfechos de ser "región". Murcia misma lo tiene incluso en su nombre oficial. Cantabria, por boca de su presidente también reivindica su "regionalidad". Es un estatus muy digno y razonable, ser una parte de un todo común.
Frente al concepto de "región", la constitución también reconoce la existencia (diferente, por eso lo del "y") de las "nacionalidades", que vendría a ser "algo diferente" pero que también se integra en el todo común (pero no como una parte de este).
Nadie en su sano juicio negaría que si algún estatus le corresponde a los territorios vascos es el de "nacionalidad", y no el de "región". Y nadie en su sano juicio consideraría que en Navarra existe una pulsión significativa por el separatismo. En el territorio de al lado, Euskadi, quizás un poquito más sí.
Tampoco nadie en su sano juicio negaría que a Catalunya también le corresponde el concepto de "nacionalidad".
Luego están toda una seria intermedia, (algunos incluso que a veces actúan más por envidia o revanchismo que no por un acto de autoafirmación). Pienso en Galicia, quizás Valencia y Baleares, tal vez Andalucía, y podría incluso valorarse Aragón.
Mi propuesta es que además de la nomenclatura específica, se asocie el rango o título con algo más sustancial y definitorio. Es nacionalidad aquellos que quieran actuar como tal, y es región aquellos que quieran actuar como tal.
Y basándome en los antecedentes de lo que ya tenemos, propongo simplemente usar la DA 1º para asociar "nacionalidad" del art´2 con "territorio foral". Así, será nacionalidad quien asuma su propio regimen fiscal y tributario, y región quien asuma el regimen fiscal y tributario común.
En resumen: si quieres ser nacionalidad, te recaudas tus impuestos, pagas la cuota del fondo común y con lo que quede, ejerces tus competencias. Si prefieres estar bajo en amparo del paraguas del Estado, entonces eso corresponde al estatus de región.
Y todo esto no presupone para nada ni mayor ni menor nivel ni calidad de competencias en ningún lugar. Creo que en Extremadura, por ejemplo, no hay mucha pulsión social hacia su lengua propia, aunque se le tenga un cariño. Y tienen todo el derecho, por supuesto. En cambio en Galicia, el gallego está más extendido que el catalán en Catalunya.
la plus belle des ruses du Diable est de vous persuader qu'il n'existe pas!