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SESENTA y ocho mil clientes del banco Eurobank del Mediterráneo, intervenido por el Banco de España el 25 de julio a petición de la propia entidad, pueden quedarse sin gran parte de sus ahorros, después de que el pasado jueves el Banco de España ordenara el cierre de la mayor parte de sus sucursales por falta de liquidez y después de que la entidad solicitase la suspensión de pagos.
Eurobank ofrecía muy elevados intereses, de hasta el 7 por 100 para la llamada 'Inversión Creciente', y, según se ha sabido con posterioridad, convertía las inversiones en seguros con mutuas que controlan el 12 por 100 del capital del banco. Tales mutuas convertían a su vez los seguros en obligaciones y acciones sin derecho a voto de otras aseguradoras extranjeras entre las que estaba Excell Life, propietaria del 15 por 100 de Eurobank. Naturalmente, los contratos que firmaban los clientes con Eurobank eran un modelo de oscuridad, por lo que la entidad llegó incluso a ser sancionada por el Banco de España por falta de transparencia. Curiosamente, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recomendó en sus publicaciones alguno de los productos financieros de Eurobank.
Este escándalo financiero trae inevitablemente a la memoria el de Gescartera, aunque se trata de asuntos distintos que afectan a instituciones diferentes. En este caso, ha sido el Banco de España el que, pese a haber sancionado diez veces a Eurobank desde 1996 (cuatro de ellas, por infracciones graves, en el 2002), no ha sabido prevenir el desastre ni ejercer cabalmente la función de vigilancia y control que tiene encomendada. Hasta un profano se daría cuenta de que tan altos tipos de interés en las actuales circunstancias eran sumamente sospechosos. Tampoco la Generalitat sale indemne del asunto, dado que el gobierno catalán mantenía la tutela sobre las tres mutuas implicadas en el escándalo (Norton Life, Caixa Hipotecaria Catalana Mutual y Personal Life).
El Fondo de Garantía de Depósitos ha comenzado ya los trámites para abonar a los clientes de la entidad el importe de sus ahorros, con un máximo fijado por ley de 20.000 euros, por lo que el resto de sus inversiones no será, en principio, reembolsado. Es dudoso también que quienes han contratado seguros reciban esa cantidad dado que el Fondo sólo cubre cuentas corrientes y depósitos a plazo. Mañana, día 25, se reunirá la junta de accionistas para decidir el futuro de la entidad, que podría ser liquidada. Es de suponer que el Banco de España seguirá atentamente los acontecimientos para que si ha habido, como parece, administración desleal del Banco, se depuren todas las responsabilidades y se exija a los gestores de la entidad que respondan personalmente de sus actuaciones, que de momento parecen muy cercanas a una vulgar estafa.