Sí, es curioso cómo los humanos tendemos a clasificar a los demás por las apariencias e incluso -como comentas- tan solo por utilizar una prenda de vestir.
Mi padre, con el transcurso de sus 80 años ha utilizado la txapela o sombrero vasco, según Resurección Mª de Azkue (txapela, viene del francés chapeau), a pesar del qué dirán y sé que decían, como que alguno se atrevió a decirlo, jajaaa.
Lo gracioso, según él, era que según iban pasando los años, la misma txapela que usaba, siempre ha usado un modelo muy concreto, iba tomando diferentes connotaciones, características del momento, políticas, económicas, sociales... ¡¡Y era la misma prenda, la misma persona y las misma manera de pensar!!
Una prueba más que el hábito no hace al monje, las apariencias engañan y no se puede juzgar a nadie sin conocerle... pero conocerle de verdad, no superficialmente.
Mi tía abuela, que vivió 94 añitos, ahí es nada y que hasta el último día tuvo la cabeza muy despejadita, tuvo una salud de hierro, siempre se reía con las diferentes nomenclaturas de una conocida calle de Bilbao- de varias-, que curiosamente ha cambiado de nombre varias veces, desde la restauración borbónica, pasando por la segunda república, dictablanda y dura, ahora Autonomía... Vivir para ver, ver para comentar, comentar por no callar...
La Encartada era muy bilbaína ella, modelo de competencia a las giputxis de Elósegui.
Un saludo cordial
P.D.: Tanto hablar de cordiales, me están dando ganas de bajar a Murcia, ;-)
Al buscar esta foto en gooooooooooogle, he visto que la hay en muchas ciudades y pueblos de España. Y yo que me creía original, jajaaaa
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.