Mi novela desgraciadamente no acabará nunca, pero como se afectó mi salud (por supuesto la de mi padre también y eso que no se enteró de todo), en fin, se alteró la vida familiar demasiado y son anécdotas y experiencias que no se pueden olvidar por muchos años que transcurran, se intenta disimular, se intenta disfrazarse de alegría, de que aquí no ha pasado nada, pero ha pasado mucho, demasiado y lo siguiente también. A veces el foro es un escondite, dónde el teatro no es tan evidente, otras reabre viejas heridas, hace daño y dan ganas de abandonar.
Entré en Rankia para buscar soluciones a lo irresoluble. Me quedé por intentar ayudar a que a nadie, a ningun viejecito más de este país le pasara lo que le ocurrió a mi padre, era como mi cruzada personal. Ni te imaginas la alegría que me da cuando alguien me dice que leyendo mi historia acompaña a sus viejitos al banco y no les dejan tener confianza en sus "amigos" asesores de toda la vida o cuando te cuentan que gracias a tus consejos, se han librado de unas comisiones sangrantes como las del Banco Satander, que no sabían ni que se podían pelear, o que no han caído en la próxima fechoría que ya les estaban preparando...
No es que esté optimista, es que si hubiera seguido con el cilicio del rencor puesto, igual hubiera cometido una locura y no era cuestión tampoco.
Ahora tengo que hacer inversiones y no me atrevo. Leo, releo y vuelvo a leer. Desconfío de todo y de todos. Hasta me he buscado un asesor financiero y tampoco me fio al 100%. ¡Es terrible!
Me ves divertida porque tuve que cambiar el chip, pero la procesión va por dentro y quedará dentro hasta que me muera. Jamás perdonaré lo que le hicieron y jamás perdonaré quién se lo hizo, porque me resulta indescriptiblemente repugnante.
Tampoco puedo poner punto y final, porque todavía quedan convertibles del Stafander y esas hasta que no suba la acción un 140% ni siquiera recuperaré el dinero de mi padre. Lo de las preferentes SOS ya está perdido y no hay nada que hacer.
Si supieras la cifra, la dije hace tiempo pero escribirla otra vez me hace daño todavía, comprenderías por qué estoy así. Hay que vivirlo para entenderlo.
Algunos hasta frivolizan con el tema, pero cuando sufren un engaño en propias carnes, como el que nos han hecho, solo entonces empiezan a entender lo que es y lo que afecta a la convivencia familiar, a la salud, al ánimo, a la alegría, en definitiva, a la vida.
Respecto a este tema no estoy ni optimista, ni alegre... Solo resignada, porque lo que realmente desearía hacer es todavía injustamente un delito.
Un abrazo también para tí. Espero que ahora me entiendas mejor cuando te pido que no dejes que te afecte a tu salud ni a la de tu familia, ni a la convivencia, ni a nada. Hay que hacer un esfuerzo ímprobo, pero hay que salir del tema...
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.