Se podría decir que ya me la había estudiado razonablemente en profundidad, y a eso se le sumó el hacer el Trabajo de Fin de Máster sobre ella, en el que claro, profundicé más (me metieron prisa en determinado momento con elegir compañía sobre la que hacerlo, y no me quise complicar, ahora me alegro).
Al final cuando uno pone las cosas por escrito, y sabes que te las va a mirar gente experimentada y exigente, pues te das cuenta de dónde cojeas, en su caso, y te incentiva a tapar esos agujeros (valorar es entender lo mejor posible un negocio para hacer una estimación en un marco de incertidumbre... hay partes sobre las que no tienes ni idea a futuro pero hay mucho margen sobre lo que sí tienes más control -lo malo es que implica echar codos-).
De hecho de ver lo que me había ayudado el TFM a profundizar vino el animarme a escribir un libro sobre negocios cotizados (incentiva para currártelo el saber -o esperar- que te van a leer muchos, el de Introducción a la Inversión lleva casi 1.500 ejemplares vendidos por ejemplo, y con este tengo más esperanzas, por ser algo más novedoso y práctico -matizar que este lleva tres años y pico a la venta, son ventas acumuladas-). Unos lectores más experimentados en estos temas, otros menos, pero por experiencia propia el lector es soberano, las reseñas en Amazon una vez publicadas salvo casos excepcionales son para siempre, el incentivo a hacerlo bien está claro (como vayan mal las reseñas cuesta muchísimo vender, y con razón).
Al final salvo que te sobrevenga un cisne negro positivo a lo Taleb, y se venda una barbaridad el libro, no compensa hacerlo por dinero, en relación al tiempo empleado. En mi caso me compensa por lo aprendido y porque ya tengo una cartera invertida razonablementre grande (aparte de que como lector de toda la vida me ilusiona publicar, y si a futuro quisiera trabajar en el sector o montar algo, pues sería una interesante carta de presentación).