Pues depende de la respuesta que prefieras recibir… La teoría negacionista te dirá que en 2030 la empresa lleva ya bastante tiempo quebrada, dado que su estrategia principal es quemar cash para lograr ese objetivo lo antes posible. La completa apuesta de la empresa para desarrollar medicamentos de origen marino estaría para ese año durmiendo plácidamente el sueño de los justos.
Aunque Pharmamar está expuesta a riesgos evidentes, yo no comulgo con esa teoría, y mi respuesta será diferente aunque puedo estar equivocado, empezando porque opino como pequeño inversor particular. Entiendo que eres más o menos consciente de esto. Creo que la patente de Zepzelca caduca en diciembre de 2029, tanto en USA como en Europa. Existen muchas otras patentes Zepzelca en marcha, por ejemplo sobre modos de administración de Zepzelca mediante combos con atezo e irino, que pueden tener alguna incidencia en esos aspectos, pero dudo mucho que sirvan para retrasar lo principal, que es la entrada de genéricos de lurbi en esas áreas geográficas en 2030. Tengo dudas con Japón porque hay bastante actividad reciente para registrar patentes de la rubitidina (Zepzelca) en ese país, y estaríamos ante un caso tipo Yondelis, donde la patente sigue vigente porque se tramitó mucho después que en Europa. También podría haber plazo más amplio para otras indicaciones, como mesioteloma, pues hay actividad reciente de registro de patentes en ese ámbito, y leiomiosarcoma, con una fase III de más reciente inicio, pero también este tema de otras indicaciones es bastante dudoso que conlleve más plazo.
Entonces a correr cuanto más mejor. Por los indicios, soy moderadamente optimista con la aprobación del Imforte en algún momento de 2025 y en Europa en 2026, lo que dejaría unos 4 años (2026-2029) y unos 3 años (2027-2029) de ventas en exclusiva en esos territorios, respectivamente. En ese período, Pharmamar debería ingresar bastante por ventas e hitos, y garantizar la financiación de su actividad mucho más allá de 2030. Con respecto a la caducidad de la patente, hemos comprobado en primera persona que la llegada de genéricos no erradicó Yondelis. Las marcas no tienen el potencial derivado de la exclusividad que tienen las patentes, pero a diferencia de aquellas no prescriben, y tienen su razón de existir y sus propias armas para competir como otra de las clases de propiedad industrial que son.