Quizás lo que tu prefieras sea el capitalismo compasivo de bush
Posiblemente. Te voy a poner un artículo, sabiendo que seguro que te asalta la tentación de hacer una simple y burda comparación entre países y economías (recuerdo una contestación tuya a una crítica al neoliberalismo de chile con una referencia a Argentina, país destrozado por ese neoliberalismo impuesto por el FMI). Bueno, pues chato, haz lo que quieras, pero no me gustaría tener pocos recursos en EEUU, tal y como se ponen las cosas. Si lo de Chavez es populismo, ¿esto qué es, impopulismo?:
rafael caparrós
¿Capitalismo compasivo?
LA expresión "capitalismo compasivo", además de ser mi oxímoron favorito, es un eslógan político acuñado hace más de veinte años por Irving Kristol –uno de los más importantes gurús del pensamiento neoconservador norteamericano, ex trostkista y hoy influyente columnista del Wall Street Journal– para designar lo que Margaret Thatcher llamaba por entonces el capitalismo popular, es decir, un capitalismo trufado de las auténticas virtudes cristianas, extendido en la población vía accionariado de las empresas cotizantes en bolsa y abrazado por unas clases populares cada vez más pudientes. Como sugería Thatcher, en su peculiar promoción del capitalismo popular, "nadie se habría acordado del Buen Samaritano si sólo hubiera tenido buenas intenciones. También tenía dinero"
Si el unilateralismo político en el uso de la fuerza fue el signo principal de la primera legislatura de Bush, difuminando con la intervención militar en Iraq su gestión en política interior, el programa estelar de su segunda legislatura va a ser, sin duda, su reforma del precario sistema público de Seguridad Social estadounidense, que todavía se mantiene en pie desde el New Deal de Franklin D. Roosevelt. Pues bien, esa reforma de la Seguridad Social, que es básicamente una privatización en toda regla, junto con las previsiones presupuestarias norteamericanas para 2005-06, configuran un panorama social más bien inquietante por lo escasamente compasivo que resulta para los más pobres o los menos favorecidos en EEUU.
Durante los cuatro últimos años, es decir, en la primera legislatura de Bush, la pobreza ha aumentado ya en EEUU en un 14%. Hoy, uno de cada ocho estadounidenses vive en la pobreza; y uno de cada cinco niños. El número de norteamericanos sin seguro de enfermedad –más de 46 millones, y en alza– va a batir todos récords anteriores. Cada día son más los que pasan hambre. La vivienda a un precio asequible está fuera del alcance de cada vez más trabajadores, por lo que está aumentado el número de homeless. Los más pobres van cayendo por debajo del umbral de la pobreza, mientras los más ricos obtienen cantidades cada vez mayores de la renta y la riqueza nacionales.
Ahora EEUU debe afrontar un déficit público récord. La reducción de la presión fiscal de Bush –ante todo, para los más ricos– ha ocasionado aproximadamente la mitad de dicho déficit. El aumento del gasto en la guerra, el Ejército y la seguridad nacional ha originado más de una tercera parte del déficit. Mientras que la totalidad del gasto para ayudas sociales y programas nacionales supone sólo un 15%.
El presupuesto federal, de 2,57 billones de dólares y que debe entrar en vigor en octubre de 2005, busca reducir el déficit fiscal de 427.000 millones a unos 390.000 millones de dólares. Para ello, Bush aplica la típica receta conservadora de reducción de programas de servicios sociales.
Su propuesta consiste en eliminar 99 programas, reducir otros 55 y reestructurar 16 para ahorrar así unos doscientos mil millones de dólares. Por ejemplo, reduce los beneficios del seguro médico de los pobres y discapacitados (Medicaid), de alfabetización de niños y adultos de las zonas más pobres (Even Start), o los servicios médicos de los veteranos. Los recortes presupuestarios llegan al extremo de eliminar 59 millones de dólares para campañas educativas de prevención de la obesidad entre niños de 6 a 13 años. Para prevenir la obesidad, considerada "epidémi