Amigos Berrene y Corsario: No es extraño que "la gente", sin olviar en el alma el atropeyo gubernamental y la presunta estafa producida, se vaya cansando. Son y amuchos los actos y numerosas las manifestaciones que se han llevado a efecto. No podemos olvidar que la inmensa mayoría de los afectados,quizá los que más invirtieron, han sido gente mayor, muy mayor, que o bien ya no conocerán el final, o se han cansado ante una situación política, gubernamental y judicial que les hace desconfiar de todo y de todos. Pero lo que es mas extraño y doloroso es que, corruptos imputados influyentes, los poderes fácticos (que siempre los hay) o "agazapados responsables" y cooperadores necesarios en la sombra, puedan tener paralizada la acción de la justicia y no vean el camino o los medios precisos para resolver LA MAYOR ESTAFA COMETIDA EN EUROPA, y ello con las leyes en la mano, sin que tenga que mover a la justicia ni movilizaciones ni reiteradas actuaciones de miles y miles de familias arruinadas por conductas dolosas de unos y abandonos y consentimientos de instituciones de un estado de derecho.
La justicia, al menos en otros paises civilizados, tienen medios y decisiones mas acordes con el cumplimiento de la legalidad, y no permite subterfugios dilatorios de los que quieren burlar responsabilidades delictivas de actividades engañosas. Al igual que en los ceímenes y cualquier delito, la acción de la justicia tiene que ejercitar sin demora su cometido ejemplarizante. Es por esa razón de pasividad en nuestro problema, impuesta desde todos los frentes, lo que nos sitúa en esa especie de abandono; más de impotencia. Nos preguntamos ¿Puede la justicia española acepta con una actitud pasiva la picaresca de los responsables de una estada?. ¿Puede una ley concursal estar prácticamente de brazos cruzados, sin comunicaciones periódicas de la situación en que se halla el proceso?.
Esta situación anómala la aprovechan determinados "afinseros" aún pegados o defensores de las ubres de la filatélica para afirmar "Ahí teneis la liquidación que querías ya". Por supuesto, bendita liquidación que alejó para siempre CONVENIOS irrealizales que se anunciaban como la panacea ideal para la restitución... ¡Mentira!. Eran, simplemente, la consumación de un beneficio para aquéllos que vivieron siempre a la sombra de "una activida fantasma, aunque estuviera perfectamente diseñada jurídica y documentalmente". Y punto.
BENDITA LIQUIDACION, aunque no cojamos ni una sola peseta. Era muy fuerte seguir con quienes eran los principales responsables de nuestra situación ruinosa. Que lo sepan los del CONVENIO TRAMPA. Mil veces la liquidación; al menos nos reportará la satisfacción de que son otros los que se llevarán los cuartos, que los "chupósteros profesionales" de la presunta ESTAFA ya nos perjudicaron bastante con LOS SUSTANCIOSOS ERES que disfrutaron a costa de los perjudicados, que pasaron a serlo aún mas. Es curuioso: pretendían que siguiéramos queriéndolos como a buenos padres de familia. ¡Allá con vuestro cuento de farsantes"