El objetivo de gestión es invertir en empresas que proporcionen una rentabilidad por dividendo elevada, creciente y sostenible, así como por un potencial de revalorización de sus cotizaciones por descuento fundamental, mayoritariamente de la Zona Euro, y mediante la utilización de unos criterios de selección muy definidos y sin discriminar a los emisores ni por su tamaño. ni por la forma de pago de los dividendos, si bien es preferible en cash que en acciones.
La exposición a la renta variable oscilará entre un mínimo del 75% y el 100%, mayoritariamente en emisores de la Zona Euro (entorno al 75%), de EEUU (entorno al 15%), de Reino Unido (entorno al 5%) y de Suiza (entorno al 5%), sin limitación alguna por capitalización y/o sectores económicos.
La exposición a la renta fija, pública o privada, en mercados OCDE, oscilará entre 0% y máximo del 25%, en activos con calificación crediticia media (entre rating BBB-y BBB+). También se podrán invertir en activos con la misma calidad crediticia que el Reino de España en cada momento. La duración media será inferior a 2 años. Dentro de la renta fija, se incluyen depósitos en entidades de crédito e instrumentos del mercado monetario no cotizados que sean líquidos, cumpliendo con los rating antes indicados. La exposición al riesgo divisas será como máximo del 30%. No se invertirá en países emergentes.
No se invertirá en IIC. No se invertirá en instrumentos financieros derivados negociados o no negociados en mercados organizados. Se podrá invertir más del 35% del patrimonio en valores emitidos o avalados por un Estado de la UE, una Comunidad Autónoma, una Entidad Local, los Organismos Internacionales de los que España sea miembro y Estados con solvencia no inferior a la de España. La IIC diversifica las inversiones en los activos mencionados anteriormente en, al menos, seis emisiones diferentes. La inversión en valores de una misma emisión no supera el 30% del activo de la IIC.