“El destino no reina sin la complicidad secreta del instinto y de la voluntad.”
Giovanni Boccaccio
Un físico, un químico y un economista se encuentran perdidos en una pequeña isla, después de que el barco en el que viajaban naufragase. No hay ningún tipo de recurso en la isla, y lo único con lo que cuentan es con una lata de conservas que la marea arrastró a la orilla. Los tres están desesperados por acceder al contenido de la lata. Cada uno comienza a proponer ideas para poder abrir la lata.
El físico propone: teniendo en cuenta la posición del sol y la sombra que proyecta esta palmera podemos concluir que su altura es de “X” metros; si accedemos a lo más alto de ella y lanzamos con una fuerza “Y” la lata contra esta roca, podremos acceder sin problema al contenido.
El químico dice: teniendo en cuenta el índice de salinidad de las aguas de la zona y la proyección de los rayos solares sobre la superficie, si colocamos la lata bajo el agua durante un tiempo “X”, la corrosión debilitará la lata.
El economista, tras haber escuchado a sus compañeros de aventura, dice: supongamos que tenemos un abrelatas.
Se dice que los economistas son los mejores en explicar y justificar lo que ha pasado, e intentar predecir lo que va a deparar el futuro bajo una serie de supuestos.
Así se cierra un primer trimestre del año positivo para las bolsas inmersas en un entorno de recuperación económica apoyado por las políticas fiscales y monetarias. Todo ello sin librarnos de algún susto por mes que nos dieron los mercados. En enero con el retraso de la vacunación por falta de vacunas y por efectos secundarios de alguna de ellas, en febrero por el nubarrón que se formó en nuestras cabezas en torno al repunte de la rentabilidad del bono a diez años americano, reflejo de aumento de las expectativas de presiones inflacionistas derivadas de impulso fiscal y que con ello las políticas monetarias laxas llegarían a su fin antes de lo esperado. Las autoridades monetarias tuvieron que hacer trabajo de comunicación en marzo e insistir en el apoyo a los mercados y que no cambiarían su política de las compras de bonos y tipos bajos. Así todo volvió a una calma y se volvieron a registrar máximos en los mercados, ¿será una calma tensa? [...]
