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Empleado

Un empleado, o trabajador, es una persona que trabaja en una organización, empresa o entidad bajo un contrato de trabajo en el que se compromete a realizar tareas y funciones específicas a cambio de una remuneración o salario. Los empleados son parte fundamental de la fuerza laboral de una organización y desempeñan un papel importante en el funcionamiento y éxito de la misma.

Un empleado es mucho más que alguien que simplemente va a trabajar todos los días para recibir un sueldo a fin de mes. Es un individuo que ha firmado un contrato laboral con una empresa o empleador para desempeñar ciertas tareas a cambio de una remuneración económica y otras prestaciones. Pero vayamos más allá de la definición básica para entender realmente lo que significa ser un empleado.

Para empezar, ser empleado implica una serie de derechos y obligaciones que van más allá del mero intercambio de trabajo por dinero. Desde el momento en que firmas ese contrato, tienes garantizado el derecho a un salario justo, un horario de trabajo razonable, vacaciones pagadas, y protección ante despidos injustificados, por nombrar solo algunos. Pero claro, a cambio debes cumplir con tus responsabilidades laborales y seguir las normas de la empresa.

Por lo habitual, en España los empleados son trabajadores por cuenta ajena que se encuentran adscritos al Régimen General de la Seguridad Social o a regímenes especiales, y que desempeñan una actividad económica en una empresa, bajo la dirección de un jefe y a cambio de un salario. Con el pago de las cotizaciones sociales por parte suya y de su empleador, el empleado adquiere, además de los derechos que ofrece el contrato de trabajo, los derechos que ofrece la Seguridad Social, pudiendo destacar entre estos el derecho a la pensión por jubilación, a la prestación por paternidad, a la prestación por incapacidad o a la prestación por desempleo

Otra cuestión interesante es que no todos los empleados son iguales. Hay diferentes tipos de contratos y de empleados: temporales, indefinidos, a tiempo parcial, a distancia o teletrabajadores, y cada uno tiene particularidades en cuanto a sus derechos y obligaciones. Por ejemplo, un empleado a tiempo parcial puede tener más flexibilidad horaria pero quizás no acceda a los mismos beneficios que uno a tiempo completo.

Ahora, hablemos de las curiosidades. ¿Sabías que en algunas empresas los empleados tienen beneficios que van más allá de lo imaginable? Hablamos de cosas como salas de descanso con videojuegos, masajes gratuitos en la oficina o incluso permisos retribuidos para hacer voluntariado. Pero cuidado, no todo lo que reluce es oro. Algunas de estas "ventajas" pueden ser en realidad estrategias para que pases más tiempo en el trabajo y, en consecuencia, acabes dedicando más horas a la empresa de las que en realidad deberías.

Y aquí va otro detalle curioso: el concepto de "empleado del mes". Esta es una práctica que muchas empresas adoptan para incentivar la productividad. El empleado que más destaque recibe un reconocimiento, que puede ir desde un simple diploma hasta bonificaciones o días libres adicionales.

Características de un empleado


Si en el capítulo anterior hablábamos de qué es un empleado, en este nos centraremos en sus características

Entre las características que definen a todo empleado, podemos destacar las que se muestran a continuación:

  • Contrato de trabajo: Los empleados trabajan bajo un contrato de trabajo legalmente vinculante que establece los términos y condiciones de su empleo, como tareas, horarios, salario y beneficios.
  • Subordinación: Los empleados están subordinados a la dirección y supervisión del empleador o gerencia de la organización. Siga las directrices y políticas establecidas por la empresa.
  • Horarios y tareas: Los empleados tienen horarios regulares y tareas específicas asignadas en función de su puesto de trabajo y las necesidades de la organización.
  • Salario o remuneración: Los empleados reciben una remuneración o salario por su trabajo, que generalmente se paga en intervalos regulares, como semanal, quincenal o mensual.
  • Beneficios laborales: Los empleados suelen tener derecho a beneficios laborales, como seguro de salud, vacaciones pagadas, licencia por enfermedad, prestaciones por jubilación y otros beneficios proporcionados por la empresa.
  • Contribuciones a la Seguridad Social: Los empleados y los beneficios suelen realizar contribuciones a la seguridad social, que financian beneficios como atención médica y prestaciones por desempleo.
  • Dependencia económica: La principal fuente de ingresos de los empleados es el salario que reciben de sus empleadores, lo que puede influir en sus gastos y necesidades financieras.
  • Protección laboral: Los empleados están protegidos por las leyes laborales y tienen derechos y protecciones establecidos por la legislación.

En resumen, todos los empleados presentan estas características, aunque hemos de señalar que pueden variar mucho dependiendo del tipo de empleado, su rango, entre otras muchas cuestiones determinantes.

Tipos de empleado


Ahora que ya sabemos qué es un empleado, es hora de hablar sobre los diferentes tipos de empleado que podemos encontrar en el mundo laboral. Y es que no todos los empleados son iguales; existen distintas categorías que varían en función del tipo de contrato, la duración del mismo y quién es el empleador.

En función del tipo de contrato...


  • Empleado a tiempo completo.
  • Empleado a tiempo parcial.

Para empezar, veamos los contratos en función del tiempo de trabajo. Hay empleados a tiempo completo, que suelen trabajar alrededor de 40 horas a la semana. Luego están los empleados a tiempo parcial, que trabajan menos horas; esto les permite comparar el trabajo con otros compromisos, como estudios o cuidado de familiares.

En función de la duración del contrato...


  • Empleado fijo o indefinido.
  • Empleado temporal o estacional.

En cuanto a la duración del contrato, podemos encontrar empleados con contrato indefinido, lo que significa que no hay una fecha concreta para el fin del empleo. Estos suelen ser contratos más estables. Por otro lado, los contratos temporales tienen una fecha de inicio y una fecha de finalización determinadas. Este tipo de contrato es común en trabajos estacionales o proyectos específicos.

En función del empleador...


  • Empleado público.
  • Empleado privado.

Si nos fijamos en el empleador, podemos diferenciar entre empleados públicos y empleados privados. Los primeros trabajan para entidades del Estado o administraciones públicas y suelen tener una mayor estabilidad laboral. Los segundos trabajan en el sector privado, es decir, para empresas o negocios que no pertenecen al Estado.

En función de su puesto...


  • Jefes.
  • Directivos.
  • Mandos intermedios.
  • Empleados rasos.

También existen otras formas de clasificar a los empleados. Por ejemplo, en función de su nivel en la empresa, pueden ser empleados base, mandos intermedios o directivos. Los empleados base son aquellos que realizan las tareas más elementales; los mandos intermedios tienen responsabilidades de gestión pero no forman parte de la alta dirección; y los directivos son los que toman las decisiones importantes en la empresa.

Cualidades de un buen empleado 


Dicho lo anterior, es importante destacar que hay ciertas cualidades o habilidades que se esperan o deben tener aquellos que buscan ser un buen empleado. Veamos algunas de ellas.

Primero, un empleado es alguien contratado bajo un acuerdo legal, que suele ser un contrato de trabajo. Este acuerdo estipula las condiciones laborales, como el salario, las horas de trabajo y los deberes que se deben cumplir. Así que la primera cualidad es, sin duda, el compromiso de respetar y seguir lo acordado en este contrato.

En segundo lugar, un empleado tiene tareas y responsabilidades específicas que cumplir. No estás en la empresa solo para ocupar espacio, sino para aportar algo valioso al equipo y al proyecto en general. Si eres un contable, tu tarea será mantener las finanzas en orden. Si eres un camarero, tu trabajo será atender a los clientes de la mejor manera posible.

Otra cualidad es la puntualidad y el respeto por el tiempo, tanto el propio como el de los demás. Llegar tarde o incumplir plazos puede causar un efecto dominó que afecta a todo el equipo ya la empresa en general.

Por supuesto, la habilidad para trabajar en equipo es crucial. No importa cuán bueno seas en tu trabajo, si no puedes colaborar, comunicarte y mantener una buena relación con tus compañeros, la dinámica laboral se complica. La empresa es un equipo y cada empleado es un jugador en ese equipo.

Además, un buen empleado es proactivo y muestra iniciativa. No espera a que le digan qué hacer todo el tiempo; Si ve algo que necesita atención, se adelanta. Esta es una cualidad altamente valorada porque muestra compromiso y deseo de mejorar.

Por último, pero no menos importante, está la adaptabilidad. Vivimos en un mundo en constante cambio, y la capacidad de adaptarse a nuevas situaciones o tareas es vital. Hoy puedes estar haciendo un trabajo y mañana, debido a cambios en el mercado o en la tecnología, puedes tener que asumir nuevas responsabilidades.

Como ves, ser un empleado va más allá de simplemente "tener un trabajo". Involucra un conjunto de habilidades y cualidades que no solo benefician a la empresa, sino que también contribuyen al crecimiento personal y profesional del individuo.

¿Es lo mismo un empleado que un trabajador?


Siguiendo con nuestro tema sobre el mundo laboral, es común escuchar los términos "empleado" y "trabajador" como si fueran sinónimos. Aunque en muchos casos se usan de manera intercambiable, es bueno saber que no siempre significa exactamente lo mismo.

Un "trabajador" es un término más general que se refiere a cualquier persona que realice una actividad laboral a cambio de un salario o cualquier otra forma de remuneración. Este término puede incluir a personas que trabajan por cuenta propia, como autónomos o freelancers, así como a aquellos que trabajan por cuenta ajena, es decir, para un empleador.

En cambio, un "empleado" es un tipo específico de trabajador que siempre trabaja por cuenta ajena. Es decir, realiza un trabajo bajo la dirección de un empleador a cambio de un salario y otros posibles beneficios como días de vacaciones, seguro de salud, etc. Además, el empleado suele tener un horario y un lugar de trabajo definido, y está sujeto a las políticas y reglas de la empresa para la cual trabaja.

Por tanto, la principal diferencia entre un empleado y un trabajador radica en la relación laboral y el grado de independencia en el trabajo. Mientras que un trabajador puede ser tanto autónomo como empleado, el empleado siempre será alguien que trabaja para un empleador bajo ciertas condiciones y directrices preestablecidas.

El empleado y el empleador


Al igual que ocurre en el caso anterior, tenemos que aclarar, nuevamente, dos términos que a veces pueden generar confusión: "empleado" y "empleador". Aunque parezcan parecidos, como ocurría con empleado y con trabajador, ambos representan roles muy distintos en el ámbito laboral.

El "empleado" es la persona que trabaja para otra a cambio de un salario. Normalmente, tiene un horario fijo y debe seguir las indicaciones y reglas del lugar donde trabaja. Este sería el caso, por ejemplo, de una cajera en un supermercado, un mecánico en un taller o un programador en una empresa de tecnología.

Por otro lado, el "empleador" es quien da trabajo a los empleados. Es decir, es la persona o entidad que contrata a una o varias personas para que realicen ciertas tareas. El empleador es quien paga los salarios y, en general, quien toma las decisiones más importantes del negocio. Puede ser una persona física, como el dueño de una tienda pequeña, o una persona jurídica, como una gran empresa con millas de empleados.

Entonces, la principal diferencia entre ambos términos está en su rol dentro de la estructura laboral: el empleado ofrece su tiempo y habilidades para llevar a cabo tareas específicas, mientras que el empleador proporciona el trabajo y paga por esos servicios.

Para ponerlo más sencillo: el empleado es quien "hace el trabajo" y el empleador es quien "ofrece el trabajo". En esta relación, el empleado sigue las instrucciones del empleador, ya cambio, recibe una remuneración y otros posibles beneficios, como días de vacaciones o seguros de salud.

Ejemplo de empleado


Para terminar, nada mejor que un ejemplo práctico que ilustre bien qué es un empleado.

Laura, la camarera de un restaurante


Imaginemos a Laura, que trabaja como camarera en un restaurante. Cada día, acude puntual a su puesto, siguiendo un horario que su jefe ha establecido. Ella no decide el menú ni los precios; Simplemente, su labor consiste en atender a los clientes, tomar sus pedidos y asegurarse de que disfruten de una buena experiencia mientras están en el restaurante. A cambio de su tiempo y esfuerzo, recibe un salario a fin de mes y tiene derecho a días libres y vacaciones, además de estar cubierto por la Seguridad Social.

Laura es un ejemplo clásico de lo que sería un empleado. No tiene poder de decisión sobre cómo se gestiona el restaurante, pero es fundamental para que el negocio funcione. Sigue las instrucciones del empleador (en este caso, el dueño del restaurante o el gerente) y cumple con las tareas que se le asignan, a cambio de una remuneración y otros beneficios.

En este escenario, Laura y sus empleadores tienen roles bien definidos. Mientras que ella se encarga de su parte, que es prestar un buen servicio, su empleador se encarga de las cuestiones organizativas y de gestión, como la contratación de personal, el establecimiento de horarios y el pago de salarios. Juntos, contribuyen al éxito del restaurante.

Espero que este ejemplo te haya ayudado a entender mejor la figura del empleado.

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Empleado, Francisco Coll, 29 de agosto del '23, Rankia.com

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