Cuando escribimos estas lineas todavía desconocemos si los estudiantes que están ocupando el centro financiero de Hong Kong cumplirán finalmente sus amenazas y ocuparán edificios gubernamentales. La revolución del paraguas, como ha sido bautizada ya, tiene muy difícil salida porque Pekín no permite las elecciones por sufragio universal que el pueblo hongkonita está exigiendo para 2017. Eso y que dimita también el Gobernador de Hong Kong, Leung CY.
CAPITAL ASIA está en Hong Kong, al pie de las manifestaciones, intentando adivinar si esto es solamente algo pasajero o va para largo. Desde que Reino Unido devolvió Hong Kong a China en 1997, el distanciamiento entre Pekín y este paraíso de las finanzas ha sido cada vez mayor. La diferencia de renta percapita – HK es octava economía en este sentido mientras que China se sitúa en torno al número 100 – constituye una diferencia fundamental. Hong Kong, como economía más desarrollada, también tiene unas necesidades políticas y sociales muy diferentes que las de China continental. El civismo, según estamos viendo en unos estudiantes perfectamente organizados, aparece como elemento identitario diferenciador entre China y Hong Kong. Y también, todo sea dicho, el ferviente anticomunismo que se vive estos días en las calles.
CAPITAL ASIA se sigue emitiendo, como decimos, desde Hong Kong en programación especial para Capital Radio. Y queremos acercar, a los lectores de Rankia, la realidad que allí se está viviendo ahora mismo. Las manifestaciones nos están dando mucha información acerca del futuro, juntos o separados, de ambos territorios. También las bolsas, que han descendido esta semana significativamente, sobre todo el Hang Seng. Santiago Vázquez, gestor de Quam-Hong Kong, ofrece claves muy importantes para superar la incertidumbre en Hong Kong. Y Javier Arroyo, de Anoa Gestión, recomienda comprar algunos valores hongkonitas baratos desde una perspectiva puramente técnica. Todo ello con Alberto Lebrón, corresponsal habitual en Pekín desplazado a Hong Kong para cubrir este pulso al partido comunista chino que, ahora mismo, nadie sabe cómo puede terminar.
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