De bien es sabido que el riesgo y el beneficio es como el yin y el yang, dos partes antagónicas de una misma realidad. Son el día y la noche, cuando una crece, la otra se reduce.
En trading he aprendido muchas cosas, una de ellas es que la máxima es sobrevivir. Si sobrevives es porque aprendes, te adaptas al mercado, gestionas tus emociones y, especialmente, aprendes a gestionar el riesgo. He visto que los que sobreviven son personas que gestionan el riesgo, no son Lobos de WallStreet (y si lo son, duran poco).
Si nuestra misión es saber gestionar el riesgo estamos aceptando que nuestra misión es gestionar el beneficio porque las dos van de la mano. Creo que lo más instructivo para esto es usar el backtest y es un ejercicio que os propongo a todos.
Tomemos un sistema cualquiera, un sistema con reglas de entrada, reglas de salida y stoploss, obviamente. Determinemos un nivel de stoploss, definamos el riesgo de este stoploss (por ejemplo dimensiones que desde la entrada al stoploss siempre será el 2% del capital) y hagamos el backtest (ahora dá igual si es ganador o perdedor).
Tomemos ahora de nuevo ese sistema y hagamos que el dimensionado desde la entrada al stoploss sea del 4%, seguro que véis la diferencia de manera rápida. El sistema se acelera, si gana, gana mucho más (si pierde, pierde mucho más). Aumentar el nivel de riesgo significa acelerar el sistema, ampificar sus resultados, hacerlos más grandes rápidamente (para bien y para mal).
Cuando vemos en algunas ocasiones un banco que se descuelga con un depósito al 6% (Espirito Santo, por ejemplo) cuando la media es del 1% y dando gracias, os invito a poneros en cortos con ese banco, porque está gestionando un riesgo brutal para tener que dar esa rentabilidad.
Al final, cuanto más riesgo asumes, más bonita es la recompensa que puedes obtener (el beneficio). Ojo, y digo puedes ya que al asumir más riesgo, asumes que la meta es más improbable de conseguir.
Por eso es importante tener claro el riesgo al que sometemos nuestra cartera. Si asumimos que una operación, una única, nos puede representar una pérdida del 50% del capital, el beneficio puede ser brutal (al meter muchas posiciones con ese riesgo) pero también puede salir mal y liquidar la mitad de la cuenta (y eso es casi como decir adiós a esa cuenta de trading).
Es muy típico tener un sistema que asume un riesgo por operación del 2% y ver que funciona muy bien. Una vez eso es así, se decide aumentar el riesgo ya que el sistema es ganador y de pronto, pasando el riesgo al 10% por operación se hace perdedor. ¿Qué ha cambiado? Pues que los drawdown son más profundos y cuesta más recuperarse de ellos y que nuestra psicología se destruye más fácilmente al ver cómo las pérdidas de la cuenta se aceleran.
Un sistema que tiene un riesgo del 2% y funciona no es escalable fácilmente (no sin antes pasar por todo lo que se debería pasar para montar un buen sistema).
Os animo a todos a que pensemos en esta relación ya que es un pilar fundamental en el trading. Cuando comparamos dos sistemas a veces nos olvidamos de comparar las dos partes y no sólo una. Si hablamos de sistemas y decimos que uno aporta un 30% de rentabilidad anual y el otro un 10% también nos deberíamos preguntar por el riesgo que aporta uno y otro por operación. Si ambos tienen el mismo, entonces estamos hablando de un sistema mejor que el otro. Si los riesgos son muy diferentes, cuál es mejor dependerá del corazón del trader que lo mire.
Y esto nos recuerda que en el trading, para ganar rápido y mucho, debemos estar dispuestos a perderlo todo en una sola operación. Si tu estilo no es ese (ojo, el mío no lo es) tendrás que aceptar que el riesgo se debe gestionar, se debe acotar y poner en valores que seas capaz de sufrir sin infartos y que igual por ello no duplicarás tu cuenta en 5 meses, pero seguirás vivo en esto sacando más que la media del mercado.
Gestiona tu riesgo y espera a tus beneficios.