Siguiendo con el tema planteado en la entrada anterior vamos a ver una serie de aspectos relacionados con la matemáticas y el trading que se pueden entender de más de una manera. En concreto me refiero a estos tres:
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‘El mercado tiene reglas, no es algo caótico’.
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‘Los datos históricos nos marcan el camino, no hay más que estudiarlos y repetirlos’.
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‘La probabilidad es algo mensurable y que afecta de forma clara a las estrategias’.
Tres buenos argumentos, veamos el recorrido que les podemos dar.
Dicen que cuando que cuando la herramienta favorita de uno es un martillo ve clavos en todos lados. Apliquemos eso a un supuesto profesional de las matemáticas que analiza su entrada en el ámbito del trading.
Asumo que lo primero que haría sería buscar un poco de orden en el conjunto de compras y ventas. La aparente confusión del mercado en comparación con la abstracción y limpieza de la matemáticas le llevaría a buscar una serie de reglas que le permitieran entenderlo mejor. Para la formación y consolidación de sus reglas tomaría como referencia lo que está pasando actualmente y vería su efectos. Esto le llevaría a analizar si esa relación causa efecto se repite en el pasado por lo que analizaría los movimiento del mercado mediante sus datos históricos. Finalmente usaría las reglas así generadas para predecir el movimiento futuro con una probabilidad lo suficientemente alta como para invertir con confianza.
Y qué es lo que le pasaría. Pues si opera en delta neutral yo le veo perdiendo. Veamos cuales serían los motivos:
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Reglas: por supuesto el mercado tiene reglas y es preciso conocerlas. Pero no son las reglas estrictas y cerradas de un sistema lógico normal. Si queremos tener éxito en la determinación de su funcionamiento nos deberemos familiarizar con los métodos heurísticos de las lógica difusa que nos proporcionará la necesaria tolerancia a la imprecisión que se dan en el mercado. Y si la creación del modelo, que sólo podría abordar un aspecto muy concreto de la operación, nos resultaría ya un desafío más difícil sería rentabilizarlo. Más que nada porque las conclusiones de este tipo de sistemas suelen ser más indeterminadas de lo que nos gustaría.
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Datos históricos: la conocida frase ‘rendimiento pasados no aseguran rendimiento futuros’ es una verdad de la bolsa que se confirma diariamente. El problema de los datos histórico es que pueden representar un escenario que ya no existe. No es algo que se pueda decir de forma categórica porque el término datos históricos puede estar referido a diferente ámbitos temporales, desde ayer a hace un año. Pero lo que si se puede decir de forma clara es que la bolsa es dinámica, las reglas cambian. Y, desde mi punto de vista, cada vez cambian más rápidamente.
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Probabilidad: la probabilidad de una estrategia es un dato preciso para estar en el mercado puesto que es una medida del nivel de riesgo que estamos afrontando. Pero nos encontramos con un par de cuestiones:
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El primero que para que la probabilidad funcione tenemos que operar con el mismo sistema durante el suficiente número de veces sin cambiar nada y con un entorno lo suficientemente estable.
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Segundo: para la probabilidad un punto arriba y un punto abajo es lo mismo, puesto que la volatilidad es un valor único. Pero para el mercado no. El mercado baja con más velocidad de lo que sube. Así es como funciona. Sube con cautela y baja con miedo.
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Como decía en la entrada anterior para algunos estilos de operación las matemáticas serán suficientes, como pasa en el trading de alta frecuencia, que representa una parte importante del mercado y genera grandes beneficios. Pero si tenemos en mente otro tipo de operativas deberemos asumir que las matemáticas aplicadas a la bolsa tienen sus limitaciones.
Hasta la próxima.