Hace unos días mi compañero de blog, Income Trader, puso una interesante entrada sobre la dificultad de mantener en el tiempo una operativa especulativa con una elevada rentabilidad año tras año reinvirtiendo la totalidad de lo ganado. Y ello aún contando con un sistema de trading que soportara el ritmo de beneficios.
Comparto su punto de vista, y me gustaría hacer una aportación. Para mi la base del problema está en su propia definición. Tal como yo lo veo, el planteamiento inicial tiene fecha de caducidad, su propio éxito marca la necesidad de su evolución no sólo para el sistema sino para el propio trader.
En los diversos comentarios que siguen a la entrada aparecen buenos planteamientos sobre la cuestión, sin embargo, a mi me viene a la cabeza el caso de las hormigas. Su largisima historia en este planeta y su enorme difusión pone de manifiesto que el suyo es un caso de éxito. Pero siempre con unas condiciones determinadas.
Gordon Douglas las utilizó en 1954 para tu película ‘Them!’ En ella, y debido a la radiación atómica, un conjunto de hormigas aumentan de tamaño hasta volverse gigantescas y se dedican a comerse al que tuvieran cerca y destruir la civilización, como era habitual en la películos de monstruos que se hicieron en aquella época.
Lo primero que se podría decir sobre el argumento es que en el caso de que la radiación atómica afectara a las hormigas el resultado más probable sería alguna que otra con una antena menos o directamente muerta, pero difícilmente hormigas gigantes. En cualquier caso lo que me interesa es la imposibilidad de que puedan haber hormigas mucho mayores de las que hay actualmente.
Una hormiga gigante se enfrentaria a multiples factores que la hacen inviable. El más obvio de ellos es el que se presenta en su exoesqueleto. Por ejemplo sus patas, aunque crecieran en la misma proporción que el resto del insecto no tendrían capacidad de sostenerla, las paredes deberían aumentar en un factor mayor que el resto del cuerpo lo que las haría tremendamente pesadas. De igual manera el incremento de presión de sus fluídos internos haría preciso cambiar los sistemas circulatorios y respiratorio. La verdad es que harían falta tanto cambios para hacerla viable que al final no se le reconocería como una hormiga.
Creo que eso mismo pasa con el caso de la estrategia creciente: para hacerla posible en sus últimos estadios hay que realizar tantos cambios que directamente pasa a ser otra cosa. Vamos a verlo un poco más despacio. Dividamos el trading en tres elementos: sistema de trading, sicología en la operación y control del dinero:
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Sistema de trading: tal como se apunta en la entrada inicial la principal dificultad frente al aumento exponencial de las posiciones sería encontrar contrapartida antes de que se cerrara la ventana de rentabilidad, no precisamente grande en las operaciones especulativas.
El número de operaciones cerradas y el volumen de operaciones pendientes de cierre nos van a ayudar a conocer nuestras posibilidades de entrar en el mercado. En el caso de posiciones grandes y escaso movimiento la elección del broker adecuado puede marcar la diferencia, y esto de diversas maneras, entre ellas:- Negociando nuestra petición con diferentes gestores para coger el que tenga más liquidez.
- Ocultando nuestros movimientos de forma que nuestra estrategia no aparezca hasta que ya está realizada.
- Distribuyendola de forma automática en muchas operaciones pequeñas.
- Permitiendonos manejar de forma simultanea y coordinada varias cuentas de manera que podemos dividir la operación
¿Resuelve esto el problema? No, pero nos permite crecer un poco más. En cualquier caso llegará más pronto que tarde un punto a partir del cual habrá plantearse cambios para mantener el mismo rendimiento.
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Sicología de la operación: la sicología es un valor personal y lo que para uno es sencillo para otro es casi imposible. Lo que si vale para todos es que a mayor sea la operación mayor es también la presión a la que se somete el operador.
En el caso que hemos planteado el incremento del tamaño de las operaciones es exponencial (1-2-4-8-16-32) pero el ritmo de aprendizaje y adaptación a la operación sigue un ritmo aritmético (1-2-3-4-5-6). No es algo específico del trading sino que es común a cualquier proceso de adaptación y aprendizaje. Con el tiempo podremos mejorar nuestra capacidad de manera que aprendemos de forma más rápida (1-2-4-6-8-10) pero nunca de forma exponencial.
Así vemos que que en lo primeros pasos las diferencias son tolerables pero a partir del cuarto paso es muy posible que el exceso de presión le haga a nuestro trader figurado cometer errores. Tal como lo veo yo es una cuestión del tiempo. Si no es en el cuarto paso será en el octavo pero al final se le irá el dedo.
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Control del dinero: aquí si que hemos pinchado en hueso. De la misma manera que uno podría preguntarse para qué queremos una hormiga gigante podría plantearse que está haciendo con una estrategia de alto riesgo con un enorme capital que además representa la totalidad del portfolio.
Es que no hay por donde cogerlo. Cada uno puede hacer con su dinero lo que considere mejor pero el objetivo siempre es el mismo: ganar dinero de forma consistente. Para conseguir esto no se puede pensar sólo a corto plazo porque un cambio brusco en el mercado nos llevaría por delante. El pensamiento a medio y largo plazo nos lleva a dejar dinero en reserva para las malas rachas, a diversificar mercados y modos de operación. A hacer un control efectivo de nuestro portfolio.
En los pasos iniciales del ejemplo propuesto podemos centrarnos sobre todo en operaciones especulativas, pero posteriormente deberemos abrir el abanico a operaciones de menor rentabilidad pero también de menor riesgo que nos permitirán ir acumulando capital.
Según parece para crecer hay que cambiar. Pero ¿por qué cambiar algo que funciona? Lo que realmente genera el problema no es la operativa especulativa en si sino que reutilizamos todos los beneficios para incrementar el capital con el que operamos. Y un capital enorme no se gestiona igual que un capital pequeño. Si en lugar de eso nos gastaramos los beneficios podríamos seguir con la misma operativa hasta que el mercado nos dijera otra cosa.
Nuestro propio éxito nos llevará a hacer las cosas de forma diferente. Y este cambio será realmente una mejora en nuestra capacidad para movernos en los mercados.
Para terminar podemos concluir que por un lado no hay que preocuparse por ser devorados por una hormiga de dos metros pero por otro tenemos que ver el trading como un proceso en el que es necesario un proceso de mejora continua tanto si tienes éxito como si no.