El estrés, que lo compartimos con los animales, es una manifestación insconsciente del organismo cuando detecta una situación que puede poner en peligro su supervivencia.
Así pues, si es necesario para sobrevivir, ¿qué hace que nos genere malestar, angustia e incluso enfermarnos?
Si nos centramos en su función vital y necesaria veremos como gracias a los diferentes mecanismos fisiológicos que intervienen para dar respuesta a un estímulo estresante, el organismo hace una redistribución de prioridades para ser capaz de atender esa situación anormal y temporal, aportando para ello un refuerzo energético.
El ejemplo más claro lo vemos en los animales. Imagínate una gacela comiendo en un prado cuando se da cuenta que le acecha un tigre y sale corriendo para poner a salvo su vida, en este momento su organismo da prioridad a la huida por lo que le dota de un mayor aporte energético a la vez que detiene su digestión ya que en ese momento no es una necesidad vital. En cuanto cesa el peligro y la gacela no percibe el peligro reemprendre nuevamente su banquete y su organismo se regula por lo que detiene el refuerzo energético y vuelve a funcionar con normalidad, es decir, la gacela ante un "agente estresante" (tigre) que pone en peligro su vida, responde huyendo para sobrevivir y cuando cesa el peligro vuelve a la normalidad. Si el ejemplo lo trasladamos a un atraco, nuestra respuesta al estrés es similar a la gacela puesto que nos permite huir o bien enfrentarnos al atracador, en estas circunstancias y parecidas estarían los actos heroicos.
Otro ejemplo en que el estrés tiene una función adaptativa lo podemos observar cuando en el trabajo nos llega un "trabajo extra" que requiere una mayor dedicación por lo que nuestro organismo redistribuye sus funciones de manera que da prioridad a las que nos permitan dar más de nosotros mismos para atender este "agente estresante" (trabajo extra) con lo que atender a esa demanda extraordinaria.
Ahora bien, ¿qué pasa cuando esta situación se alarga en el tiempo? pues lo que en un principio nos permite adaptarnos a esa situación y sireve a un fin, se acaba convirtiendo en perjudicial porqué nuestro organismo está funcionando en estado de alerta permanente, por tanto, no está funcionando óptimamente al hacernos más vulnerables a los agentes patógenos externos debido a que nuestro sistema immunológico está debilitado lo cual predispone a enfermarnos entre otras consecuencias como la falta de sueño, concentración y deseo sexual, desequilibrios cardiovasculares, alimentarios, etc.
Hasta ahora hemos nombrado situaciones en que el estrés sirve para tener un aporte extraordinario de energía para atender una situación de emergencia, es decir, se adapta al ambiente pero que se vuelve patológico cuando se alarga en el tiempo.
De todas formas hay muchas otras situaciones en nuestro a dia que también son generadores de estrés, lo cual nos provoca igualmente que nuestro organismo se desregule. Una enfermedad, una discusión con la pareja, una mala operación de trading,.., entre otros.
Ahora bien, ¿todo el mundo percibe el estrés por igual? La respuesta es que NO, y ahí es donde intervienen los factores personales, puesto que lo que hace que una situación nos altere se debe a que la percibamos como aversiva, que nos evoque un peligro, es decir, responderemos ante una situación estresante según percibamos esta situación como amenazante o no y a la capacidad de cada uno a regularse después de padecerla, así pues lo que para una persona puede generarle motivación como por ejemplo hablar en público a otra persona le puede generar un miedo paralizante. En este sentido vuelvo a remitirme a las experiencias personales de cada uno que hace que el contenido emocional influya en percibir la realidad de un modo u otro.
Entonces volvemos a ver como las emociones influyen también en la generación de estrés.
En el trading confluyen muchos factores que hacen que se perciba al mercado como algo amenazante: el miedo a perder dinero con una posición, el miedo a una quiebra, miedo a tener que rendir cuentas a la pareja del dinero de la cuenta, expectativas irreales de lo que se puede ganar con una posición, creencias negativas acerca del dinero, falta de confianza en si mismo o lo contrario exceso de confianza en uno mismo, pérdida de algún ser querido, una enfermedad y muchísimos más... Es decir, cualquier situación de nuestro dia a dia se magnifica de forma más o menos consciente cuando uno se pone ante los gráficos y toma la decisión de entrar en una posición.
¿Es posible modular esa percepción de la situación? Si, el primer paso es darse cuenta de ello.
Seguimos hablando de ello...
Cesca