Llego un poco tarde para compartir con los usuarios de Rankia mis reflexiones en torno a las lecciones de inversión que nos ha dejado 2016. Pero más vale tarde que nunca. Y considero que son lecciones que ni mucho menos han quedado desfasadas, aunque sí puede que ya las hayáis leído de otras fuentes. Cada año es diferente, y puede que las lecciones de 2016 no sean muy del todo aplicables para 2017. Cada periodo tiene sus dificultades: en unos lo difícil puede ser gestionar eventos políticos donde los resultados son los menos probables; en otros, en cambio, lo difícil puede estar en hacer una buena selección de valores por la amplia dispersión de rentabilidades y baja correlación... De cualquier manera, nunca está de más aprender. Aunque no lo fuéramos a usar en este año, seguro que volverá a ser de aplicación en algún momento.
Repasando estas lecciones, escribí un artículo en el blog de Bonsai Capital, un proyecto fintech que espero que dé que hablar en los próximos tiempos. Las principales lecciones, de modo esquemático, son éstas, que giran en torno a los shocks del Brexit y Trump:
- La necesidad de poner en tela de juicio los consensos, no solo de analistas/expertos sino también del mercado.
- La diferencia entre efectos transitorios, de muy corto plazo, y efectos duraderos.
- Lo difícil que es aprovecharse ex ante de este tipo de eventos, que no quiere decir que un inversor no pueda beneficiarse ex post de estos acontecimientos que generan desconcierto y sobrerreacciones en los mercados. La volatilidad como generadora de oportunidades.
- La buena gestión activa no está en declive, ni se le espera: fondos activos de gran reputación han batido de forma muy significativa a sus índices de referencia.