MERCADOS GLOBALES: El momento de la Eurozona
¿Cuál ha sido el mayor lastre de la renta variable de la Eurozona este año? Aunque es tentador acusar de ello al entorno macroeconómico, esta conclusión probablemente sería errónea. La lista incluiría, sin duda, los riesgos institucionales que aún persisten en la unión monetaria y la preocupación por que la situación política de alguno de los principales países de la Eurozona se tuerza. Pero lo más importante es que incluiría a un BCE pasivo ante una restricción crediticia identificable y una marcada percepción de que la división entre el Norte y el Sur de la zona Euro en cuanto a medidas preferidas está aumentando, no disminuyendo. Los cambios en este panorama sólo ha se
han verificado de manera marginal, pero deberían ser suficientes en un mercado movido casi enteramente por las expectativas. A pesar de que el rezago macroeconómico de las economías periféricas es aún patente, su acceso a la financiación ha mejorado sensiblemente. Italia tiene ya un Gobierno y, por frágil que pueda revelarse, la agenda de rebajada austeridad de su primer ministro aún no se ha encontrado con la oposición teutona. Por último, y lo más importante, el reconocimiento oficial por parte del BCE de que hay que hacer más es ahora más claro que nunca.
La semana pasada se verificó un comportamiento decente de la renta variable mundial, en ausencia de datos macroeconómicos importantes, pero con recortes en los tipos de interés de países como Corea del Sur, consecuencia directa de la relajación cuantitativa (QE) de Japón. Con el USD/JPY ya por encima de 100, pueden haberse abierto las compuertas de un ulterior debilitamiento del JPY, lo que podría desencadenar alguna reacción por parte de los socios comerciales próximamente. La recientemente adoptada laxitud del BCE apunta a que habrá una mayor depreciación del EUR que, en nuestra opinión, contribuirá a un mejor comportamiento de la renta variable de la Eurozona respecto a la de EE UU. Los mercados de deuda core (bonos alemanes y estadounidenses) parecen ahora carecer de utilidad, ni siquiera a efectos de cobertura, y parecen encaminados a una tendencia aún más bajista.
MACRO AL DÍA: Las peticiones de subsidios de desempleo, clave de la semana
Si bien las peticiones semanales de subsidios de paro en EE UU son importantes para el panorama general del mercado de trabajo, una cifra rara vez tiene el peso que tuvo la de la semana pasada. Pero es que, de nuevo, el último informe de empleo sorprendió positivamente y los mercados siempre buscan patrones. El hecho de que la tasa de paro está bajando, en parte, a causa de una tasa de participación inferior (y quizás por el mayor protagonismo del empleo de corta duración) es un factor negativo a largo plazo. Pero esta advertencia no invalida el hecho de que está bajando y se está acercando al objetivo de la Reserva Federal del 6,5%. Esto no significa que el fin de la QE esté próximo, tan sólo que está más cerca que antes de conocerse los datos.
Los datos de la Eurozona fueron ligeramente mejores de lo esperado, con una lectura final del índice PMI de servicios y compuesto en abril de 47 y 46,9, frente a un nivel esperado de 46,6 en ambos casos. Mientras que esto fue relativamente marginal, los pedidos de fábrica y la producción industrial de Alemania en marzo fueron más claramente positivos. Como contrapartida, la producción industrial fue inferior a lo esperado en Francia e Italia. Las ventas minoristas de la Eurozona resultaron en línea con lo anticipado, al registrar una caída del 0,1% en marzo.
Las exportaciones chinas en abril fueron sorprendentemente positivas, al igual que los datos de préstamos. El IPC de abril fue algo superior a lo esperado, pero el índice de precios industriales fue inferior. La política monetaria claramente no se ve constreñida por la inflación, pero sí posiblemente por la preocupación sobre los precios inmobiliarios.