COMO EL OLIVO
Soy un león de aceite sublevado
y de garra profusa y avarienta:
el olor de mi alma es verde a un lado
y al otro cenicienta.
Rujo bajo los vientos y me encelo
y me encrespa una eterna calentura
la luna me hace ambicionar el cielo
y el sol la tierra pura.
En mi poder está la tierra plena,
pero a pesar de tanto poderío
alguna vez suplica mi melena
un grano de rocío.
Alguna vez mi sangre fulminante
en el desierto extiendo mi melena
y disparando ramas de oro amante
en flores la convierto.
Alguna vez me acuerdo de las rosas
me acuerdo de la miel con amargura
me apetece el rayo
tronco- tempestuoso- el rayo y su carbón.
OCTAVA
Soy un gallo al nivel de la más alta
mas como ni las veo ante mi muro
para nada las lunas me hacen falta.
¡Oh! yo ya los colore me los figuro,
qué bien sé sus cantares.
Mi palpable mirar, mi mirar duro,
de cinco puntas dobles las asalta
mas no logro por tanto que procuro.