Son muchos los que se felicitan del bajón del Euribor de los últimos días. Nosotros también, ello aliviará muchas economías familiares ( eso sí, con un retraso de 6-12 meses) que últimamente van muy justas. Un Euribor con un diferencial de casi un punto sobre el precio oficial del dinero era una situación absolutamente anómala y que debía corregirse. Ahora bien, que nadie se lleve a engaño, la bajada del Euribor por si mismo no detendrá el parón inmobiliario, y por ende, la recesión económica que se avecina en este país. Cabe recordar que el problema real es la incapacidad o falta de voluntad de los bancos para prestar dinero (credit crunch). La crisis de confianza ha hecho que la banca, o bien, niegue desde un buen inicio la concesión del crédito, o en caso de concederlo, limite drásticamente el plazo máximo de las hipotecas o el porcentaje del inmueble que financian, provocando un ‘parón’ en la demanda de crédito que se acaba trasladando a la economía en general. En definitiva, lo que lo bancos piden ahora es solvencia, algo que en los últimos tiempos habían olvidado. Nos alegramos de ello.