Cada uno es muy dueño de decidir no votar, eso por descontado. Lo que pasa es que la estrategia de no votar no me parece que contribuya en nada a mejorar la situación.
Resulta que, votes o no votes, va a salir elegido un parlamento, habrá un nuevo (o viejo) presidente del gobierno, nuevas leyes, etc. Es decir, votes o no, las consecuencias van a ser prácticamente las mismas. Todo ello con el agravante de que los políticos dirán "estamos legitimados por las urnas", aunque la abstención sea monumental. (Cito sólo como ejemplo al famoso estatuto de Catalunya: más del 50% de la gente pasó de ir a votar en el referendum, y luego los políticos han armado la marimorena en nombre del "pueblo catalán que habló en las urnas").
La decisión de no votar más es algo que se oye y se lee mucho por ahí, porque hay mucha gente que está (estamos) hasta las narices de los políticos que tenemos. Sin embargo, como digo, creo que es contraproducente para nuestros intereses. Hay que seguir votando: si no nos gustan unos, a los otros, y si no nos gustan los otros a un tercero, etc. Es la única herramienta que tenemos para hacernos oír en democracia.