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Y el mundo cambió (y IV). El fin del mundo tal como lo conocemos

Llega la hora de ocuparnos de las consecuencias del punto de inflexión que estamos pasando. Muchas cosas van a cambiar pero la principal es que nuestro crecimiento era insostenible y ya no se sostiene. El mundo que conocíamos ha dejado de existir y nos aventuramos en terreno desconocido.

En las tres partes anteriores de esta serie examinamos el contexto en el que ha tenido lugar la pandemia de coronavirus, que ha servido de catalizador para exacerbar las tendencias negativas que ya estaban acabando con el crecimiento económico antes de su llegada.

En la primera parte, (I) El petróleo, analizábamos los factores que habían llevado al establecimiento del Pico de Petróleo en 2018, así como el efecto que sobre el petróleo había tenido la Crisis del Coronavirus (CdC), que en esencia ha supuesto que pongamos el turbo en nuestra marcha hacia el decrecimiento energético.

En la segunda parte, (II) Economía, analizábamos los factores que habían llevado a que el mundo no se recuperara de la Gran Crisis Financiera (GCF) de 2008, y el por qué las medidas tomadas por los bancos centrales resultan ineficaces. La CdC va a poner contra las cuerdas a las autoridades monetarias, atrapadas en tipos de interés cercanos a cero o directamente negativos.

En la tercera parte, (III) Picos por todas partes, analizábamos cómo la llegada de numerosos picos globales o regionales en producción industrial, el mercado laboral, el comercio, la globalización, las ganancias corporativas y la energía durante la última década dibujaban un sombrío trasfondo de una economía global abocada a la crisis sistémica por encontrarse en un atolladero sin solución. La CdC ha supuesto la estocada que ha hecho hincar las rodillas al toro, en espera de la puntilla que lo remate.

Para todos aquellos que piensan que todos los problemas tienen solución, que la sangre nunca llega al río y que los que realmente llevan las riendas del sistema sabrán encontrar la forma de que todo siga como hasta ahora, quizá sea mejor que no sigan leyendo si quieren mantener esa ilusión. El futuro no puede ser conocido, pero las leyes de la física no pueden ser violadas. Si alguien se cae por la ventana de un quinto piso, se puede predecir con mucha fiabilidad que habrá un golpe con consecuencias cuando llegue al suelo. En ese sentido sí es posible descartar cualquier futuro que requiera mayores recursos y más energía de los que vamos a poder disponer. Los futuros que quedan no son halagüeños.

1. El mundo está llegando al final del recorrido del sistema económico basado en deuda

A principios de los 70 se alcanzó la cima de la Civilización Industrial:

  • Máxima tasa de crecimiento de la extracción de petróleo (un 8 % anual) y del consumo energético.
  • Máxima tasa de crecimiento de la población (un 2 % anual).
  • Máxima tasa de crecimiento del estándar de vida (incremento de energía dividido por incremento de población).
  • Llegada de la humanidad a la Luna.

Fig. 1. El momento cumbre de nuestra civilización industrial. Fuente: NASA.

Como en todo crecimiento exponencial, el pico se alcanza cuando las condiciones se vuelven menos favorables. La imposibilidad de seguir incrementando esas tasas de crecimiento crea una serie de tensiones que se manifiestan en el colapso del sistema de Bretton Woods en 1972 que da lugar al actual sistema monetario fiduciario. Se inicia entonces el descenso del pico, caracterizado por:

  • Crecimiento progresivamente basado en deuda, que se dispara a partir de 1982 cuando comienza el largo descenso de los tipos de interés.
  • Disminución de la tasa de crecimiento del petróleo y la energía.
  • Envejecimiento progresivo de la población y caída de su tasa de crecimiento.
  • Cambio en el progreso tecnológico hacia un uso menos intensivo de la energía.

Y no por casualidad en 1971-72 algunos son capaces de ver a donde conduce el nuevo rumbo tomado:

El crecimiento basado en deuda conduce inevitablemente al incumplimiento, la quita y/o la quiebra. El incremento de dinero que permite el crecimiento económico, por magro que sea, se crea mediante deuda. Al pagarse o destruirse la deuda, se destruye el dinero que se creó con ella, provocando iliquidez, que requiere de más deuda para evitar el colapso del sistema financiero. Por ello la deuda global debe duplicarse cada diez años y cuando ello deje de ser posible el crecimiento se tornará decrecimiento y el sistema económico dejará de funcionar correctamente causando la mayor crisis de la historia. El actual paradigma monetario requiere del crecimiento exponencial de la deuda y cuando ello no sea posible llegará a su fin.

Fig 2. Crecimiento exponencial de la deuda pública de EEUU (rojo, en millones de dólares), y evolución de los tipos de interés de las letras del Tesoro a 10 años (azul, en porcentaje). Fuente: Reserva Federal de St. Louis.

El crecimiento sin fin de la deuda ha provocado la depresión de los tipos de interés. Con escaso crecimiento, sin inflación, alta incertidumbre y escasez de activos seguros, el dinero encuentra refugio en las letras y bonos de los gobiernos económicamente fuertes, incluso a intereses negativos. Al mismo tiempo los bajos tipos alientan el crecimiento de la deuda. Los niveles de endeudamiento han llegado a un punto en que no se puede permitir que suban los tipos de interés porque no se podría hacer frente a los pagos. Los bajos tipos de interés crean un serio problema en los bancos, que necesitan empezar a cobrar por sus otros servicios y no tienen ningún interés más allá de cumplir con las regulaciones, en tener depósitos de sus clientes. También tienen un incentivo muy pequeño para prestar dinero. Sus clientes tienen también escaso incentivo para endeudarse ante las malas perspectivas económicas y el alto nivel de endeudamiento que arrastra el sector privado desde la GCF.

Los bancos centrales realizan operaciones de facilitación cuantitativa, comprando todo tipo de activos de los bancos para inyectarles liquidez, pero ese dinero no llega a la economía porque los bancos no lo prestan, sino que lo depositan en cuentas, provocando que la velocidad del dinero se hunda, siendo la deflación el gran peligro, y no la inflación. Al comprar activos los bancos centrales inflan su precio y por extensión el de los valores bursátiles, aumentando la desigualdad entre quienes tienen activos y quienes no y provocando una peligrosa sobrevaloración del mercado bursátil con respecto a la realidad económica.

Fig. 3. Evolución del índice bursatil Standard & Poor's 500 (en rojo) y del total de activos en el balance de los bancos centrales de EEUU, UE y Japón en billones (trillions) de dólares. Se indican las operaciones de la Reserva Federal Norteamericana. Fuente: Yardeni Research.

Pero la facilitación cuantitativa tiene un efecto contrario sobre los tipos de interés. En el ambiente generalizado de bajos tipos de interés los flujos de dinero se dirigen hacia los países que están haciendo facilitación cuantitativa, porque sus activos se están apreciando, y ello hace que suban los tipos de interés y se revalorice la moneda. Y Nadie quiere una moneda fuerte frente al dólar en estos momentos de crisis. Pero con tipos de interés a cero no hay mucho que se pueda hacer para evitar la revalorización de la moneda, excepto no hacer facilitación cuantitativa y ver como los activos y la economía entran en deflación.

Sin embargo un dólar fuerte es un problema aún mayor. Muchos países necesitan dólares para pagar sus deudas, y casi todos los países los necesitan para comprar petróleo. Si se fortalece el dólar y sube el precio del petróleo vamos a ver a los países más débiles quedándose sin dólares para atender su deuda al tiempo que se ven despetrolizados y su economía colapsa. Los países fuertes seguirán obteniendo así el petróleo que necesitan mientras la economía global se encoge. De momento, desde que comenzó la CdC el dólar está cayendo, cerca de mínimos de los últimos 5 años. Una fuerte revalorización del dólar, o una subida importante del precio del petróleo (y no digamos ambas) serían una pésima señal. Y tarde o temprano el petróleo va a subir, porque la producción está muy dañada y es muy probable que la oferta caiga por debajo de la demanda si ésta muestra recuperación.

El segundo problema que tienen los bancos centrales es que empieza a haber escasez de activos que comprar. La facilitación cuantitativa no resuelve el problema de una deuda que crece inexorablemente hasta la insolvencia generalizada. No deja de ser un esquema Ponzi en el que cuanta más liquidez se inyecta al sistema y más activos se compran, más necesidad hay de seguir haciendolo para evitar la deflación. El crecimiento de la deuda se ha ido acelerando a lo largo de 50 años. El crecimiento de las intervenciones de los bancos centrales ha sido desaforado en solo 10, y no ha conseguido resolver nada, lo que indica que el final está cerca.

Los bancos centrales que emiten deuda en su propia moneda no pueden quebrar. La propia Christine Lagarde lo ha dicho el 19 de noviembre: "El Banco Central Europeo no podría ni ir a la quiebra ni quedarse sin dinero incluso si sufriera pérdidas en la pila de bonos de miles de billones de euros que ha comprado en virtud de sus programas de estímulo". Y tiene razón. Lo que no ha dicho es que tampoco puede resolver el problema en que nos encontramos, pero sí puede hacerlo empeorar, y mucho.

El último paso que les queda por dar a los bancos centrales es la financiación monetaria directa de los déficits fiscales. El tabú de la economía neoclásica que la teoría monetaria moderna pretende echar por tierra. Hasta ahora los bancos centrales se han abstenido de financiar directamente la deuda de los estados, comprándola indirectamente de los distribuidores principales en el mercado secundario. El Banco de Japón tiene un balance en cuenta mayor que toda la economía japonesa y es dueño del 43 % de la deuda japonesa. Pronto veremos a los demás bancos centrales siguiendo esa ruta y comprando directamente la deuda de sus gobiernos. Los tiempos de la prima de riesgo serán cosa del pasado. El mayor peligro de la financiación monetaria es el gasto desbocado que dañe la economía y dispare la inflación, pero en el actual panorama de la CdC el riesgo es la deflación.

Fig. 4. Deuda pública española en porcentaje sobre el PIB. Entre diciembre de 2019 y junio de 2020 ha aumentado en un 14,7 %, el aumento más rápido de toda la serie histórica. Fuente: Banco de España.

Sabemos ya que nada de esto va a funcionar, o no sería necesario hacerlo cada vez en mayor escala. Todas las políticas económicas que se han seguido durante décadas y se van a seguir ahora lo único que hacen es garantizar que el estallido final sea mucho mayor. Como analizaba en el artículo de hace un año "¿De dónde viene el peligro esta vez?", con una crisis de consumo que arrastramos desde la GCF la deuda corporativa se ha disparado, mientras que los beneficios empresariales solo han crecido para las cinco grandes tecnológicas. La economía mundial está llena de empresas zombie, que se arrastran incapaces de ganar lo suficiente para librarse de sus obligaciones, pero aún con suficiente acceso al crédito para renovar sus deudas.

La CdC constituye un evento deflacionario masivo. En un espacio de tiempo breve cientos de miles de empresas y millones de personas se van a ver incapaces de afrontar sus obligaciones financieras. Esto va a causar inevitablemente una tremenda crisis de insolvencia que ningún estímulo puede solucionar. ¿Acaso incrementar su deuda va a hacer que las empresas mejoren su capacidad de hacerla frente? ¿Acaso los ciudadanos se van a endeudar en medio de una crisis para incrementar su consumo? Cuando la crisis se vaya certificando, y la esperanza de la recuperación se desvanezca, los mercados lo venderán todo. Los bancos centrales se pondrán a comprar como locos, pero no hay liquidez que pueda resolver un problema de insolvencia. Aunque los bancos centrales compren los créditos no habrá dinero en el sistema para que las empresas y las personas los devuelvan. Esos créditos tendrán que ser cancelados, y con cada cancelación la cantidad de dinero en el mundo se reducirá haciendo que la economía se contraiga.

La forma exacta que tomará el final o el momento en que llegaremos a él no se puede saber. Mucho depende de las decisiones que se tomen a lo largo del camino, pero aunque se retrase, el camino hasta llegar a ese final no será un camino de rosas. Lo que está garantizado es que termina con la desaparición del actual sistema monetario y de todo o casi todo su dinero, porque no se puede aceptar un sistema que ahora ya se sabe que ineludiblemente conduce a la catástrofe, aunque ésta tarde mucho en llegar. Claro que hubo quien como Friedrich Hayek lo tuvo claro desde el principio y advirtió que algo así podría pasar en 1976, cuatro años después de su implantación.

2. El fin del dinero físico

La desaparición del dinero que ahora manejamos se va a ver facilitada grandemente por la eliminación del dinero físico. Cada vez hay más restricciones al uso del dinero en efectivo y la CdC ha hecho que en España los pagos virtuales hayan superado por vez primera al efectivo. Aunque la Comisión Europea todavía obliga a aceptar el pago en efectivo en el comercio minorista, está claro que es una obligación con los días contados. La digitalización del dinero favorece a la banca, da un gran poder a los intermediarios y permite un control mucho mayor por parte de los gobiernos. Sin dinero en efectivo el estado te puede bloquear las finanzas y autorizar solo el pago de artículos esenciales. Desposeernos se vuelve algo tan sencillo como apretar una tecla. Los intermediarios recopilan información sobre todas tus transacciones y se aseguran jugosas comisiones, y los bancos se adueñan de todos los pagos y cobros en la economía.

En el mundo se ha creado una poderosa alianza destinada a acabar con el dinero físico llamada "Better Than Cash Alliance". Entre sus miembros una treintena de gobiernos, las principales compañías globales, los emisores de tarjetas de crédito, los Gates, Clinton, etc. No queda del todo claro el por qué quieren acabar con el dinero en efectivo. Al parecer el dinero digital ahorra costes. ¿Para quién? Que yo sepa pagar con dinero no tiene costes, mientras que pagar con tarjeta sí. También hablan de una "inclusión financiera" que da acceso a servicios financieros y seguros. ¿Comprar productos financieros también ahorra costes? Y lo resumen en un crecimiento inclusivo, vamos, que nos van a incluir a todos.

El Fondo Monetario Internacional también está a bordo de esta iniciativa. En su discurso del 15 de octubre, del que hablaré más abajo, Kristalina Georgieva repitió el mensaje de que la digitalización conduce a la inclusión financiera para superar la pobreza, y que la aceleración digital es uno de los objetivos en los que el FMI puede ayudar. El mismo mensaje tiene que tener el mismo origen.

Y una vez que nos tengan a todos en eso que dicen que es "Mejor que el efectivo" reiniciar el sistema monetario será un juego de niños, desposeyéndonos de lo que les dé la gana sin que podamos hacer nada al respecto. Al fin y al cabo si ya tienen el 98 % de la riqueza del mundo, no les vamos a poner difícil conseguir ese otro 2 %.

3. El decrecimiento energético es inevitable

La transición energética es un término engañoso que oculta el decrecimiento energético y el enriquecimiento a costa de todos de la industria de las energías renovables y del transporte eléctrico. Nuestro sistema económico de muchas décadas está construido sobre un uso primario de energía que proviene en un 84,3 % de los combustibles fósiles (BP, 2019).  Una cuarta parte de ese consumo se debe al transporte. Y el 93 % de la energía utilizada en el transporte proviene del petróleo (BP, 2019).

El valor de toda la infraestructura de producción, distribución y consumo de energía proveniente de combustibles fósiles es enorme. Carbon Tracker, que es parte interesada en valorarla por lo bajo, la valora en 32 billones (trillions) de dólares. Solo en valor de mercado las compañías que participan en el sistema de combustibles fósiles valen 18 billones, sin contar obviamente el valor de las compañías estatales que no participan del mercado de valores y son las más grandes. Pero es que hay que contar también el valor de todos los vehículos que circulan por el mundo, de las industrias que los fabrican, refinerías, gasolineras, petroleros, todos los barcos, astilleros, constructores aeronáuticos y aviones. Nos quieren hacer creer que al tiempo que se sustituye una energía fiable, bajo demanda, 24/7/365, y almacenable, por una energía intermitente, variable, no fiable y no almacenable, vamos a conseguir los recursos económicos, energéticos y materiales para construir la nueva infraestructura que se necesita al tiempo que se dan por perdidos los beneficios de la infraestructura que está instalada.

Como leí en un comentario en el foro Peakoilbarrel:
"En el mundo de la energía renovable, nada es lo que parece. "Respetuoso con el medio ambiente" resulta ser devastador para el mundo natural. "Barato" es caro. El "apoyo local" se encuentra a distancia. "Sostenible" es extraño decirlo, de corta duración e inasequible. Un "contrato" no es vinculante, "seguro" en realidad no es confiable. "Amor" es odio, "negro" es blanco y "verde" es un tono oscuro de marrón."

Incluso los responsables de implantarla reconocen ante los apagones que las energías renovables no están a la altura de lo que se requiere: "El gobernador de California, Gavin Newsom, dijo el lunes que el estado tenía que hacerse consciente del hecho de que las fuentes de energía renovable no habían proporcionado suficiente energía para el estado en los picos de demanda, y necesitaban "respaldo" y "seguro" de otras fuentes". El problema de ese respaldo y seguro es que mantener dos sistemas energéticos para cuando falla nuestro preferido es todavía más caro y requiere de más recursos que transicionar de uno a otro.

Por lo tanto la transición energética no va a tener lugar en un porcentaje suficiente para evitar el decrecimiento energético, y el decrecimiento energético hará imposible la transición energética. Desde ahora vamos (estamos yendo) a un mundo de menos energía per capita. Aunque podemos ser igual de felices con menos, lo que el decrecimiento energético le va a hacer a nuestra economía y a nuestras sociedades va a crear una disrupción como solo las personas de algunos países que han ido por delante, como Venezuela, pueden entender.

Fig. 5. Evolución de la población (naranja, millones de habitantes) y el consumo de energía primaria (rojo, millones de toneladas equivalentes de petróleo) en los 20 países con mayor consumo de energía renovable per cápita. 14 de estos países son europeos, EEUU, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Japón y Chile. Estos países se encuentran ya en decrecimiento energético. Fuente: Seiscubos.

El decrecimiento energético ya se ve venir en el sector que constituye el talón de Aquiles de la producción de petróleo, las refinerías. Se están cerrando permanentemente refinerías por todo el mundo. El negocio del refinado ya no es económicamente viable. Según la Agencia Internacional de Energía, los cierres permanentes de la capacidad de las refinerías previstas para 2020-2021 ascienden a 1,7 millones de barriles por día. Permanentes quiere decir para siempre. No hay planes de volver a necesitar esa capacidad.

Los acontecimientos certifican el Pico de Petróleo que tuvo lugar en 2018. El descenso del petróleo arrastrará al carbón. Es posible que el gas se mantenga mejor. No obstante la pobreza energética no hace distingos entre fuentes. La economía no está basada en el dinero, sino en la energía. No ha sido la abundancia de dinero sino la abundancia de la energía de los combustibles fósiles la que ha permitido construir la civilización industrial y multiplicar el número de seres humanos. El decrecimiento energético lleva aparejado irremediablemente la contracción económica y, con el empeoramiento de las condiciones resultantes, la posterior disminución de la población.

Si hemos causado un gran daño medioambiental mientras crecíamos, el decrecimiento causará un daño ambiental un orden de magnitud mayor, dado que las masas empobrecidas y hambrientas no respetan nada.

4. El Gran Reinicio

Obviamente si nosotros somos capaces de verlo venir, las élites no solo lo hacen también, sino que hacen planes para evitar ser víctimas del desorden social que suele acompañar a los malos tiempos. Aunque es difícil saber lo que planean, en ocasiones nos dejan saber algo para irnos preparando. El Foro Económico Mundial (WEF) tiene una agenda con lo que llaman el Gran Reinicio (the Great Reset).

El anuncio con que lo lanzaron en junio es flipante:

Los grandes problemas de la humanidad, pobreza, pandemias, agitación social, desastres medioambientales, fenómenos climáticos extremos, todos solucionados apretando un botón. Los asistentes a la reunión de lanzamiento del Gran Reinicio incluyeron al Príncipe Carlos de Inglaterra; António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas; Ajay Banga, director ejecutivo de MasterCard; Bernard Looney, director ejecutivo de BP; y Gina Gopinath, economista jefa del Fondo Monetario Internacional, entre muchos otros.

Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del WEF, escribió sobre el Gran Reinicio: “Todos los países, desde Estados Unidos hasta China, deben participar, y todas las industrias, desde el petróleo y el gas hasta la tecnología, deben transformarse. En resumen, necesitamos un 'gran reinicio' del capitalismo".

Fig. 6. El Gran Reinicio del capitalismo de la mano de los actuales dueños de todo. Solo hay que darle a la tecla. Fuente: BBC.

Recordemos que al WEF pertenecen todas las grandes empresas del mundo, y toda la élite económica. La élite política asiste encantada a las reuniones de quienes les apoyan y financian. De los creadores de "Capitalismo" llega "Capitalismo 2, la solución". Para partirse de risa.

Presentado como una respuesta a la pandemia y a los males que aquejan al mundo por causa de la humanidad, Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, reconoció públicamente que la pandemia había proporcionado la oportunidad para cambiar a un nuevo sistema económico.

Reconstruir mejor significa brindar apoyo a los más vulnerables y al mismo tiempo mantener nuestro impulso para alcanzar la agenda 2030 para el desarrollo sostenible. Esta es nuestra oportunidad de ayudar en sus esfuerzos prepandémicos para reinventar los sistemas económicos que realmente abordan desafíos globales como la pobreza extrema, la desigualdad y el cambio climático. Canadá cree que una respuesta sólida y coordinada en todo el mundo y en todos los sectores es esencial. Esta pandemia ha brindado la oportunidad de un reinicio.

Podéis escucharle en persona diciendolo:

El sueño para cualquiera que crea que las élites tienen una agenda para cambiar el orden mundial. Una figura política de primer orden reconociéndolo públicamente y diciendo que la pandemia les da la oportunidad de implementarla. Porque ¿quién se va a creer que hay que cambiar el sistema económico para combatir una pobreza extrema que cada vez afecta a un porcentaje menor de la población, o para combatir una desigualdad que les beneficia, o para intentar cambiar el clima porque lo dicen unos modelos de ordenador?

Obviamente hay que cambiar el sistema económico porque el actual va a toda velocidad hacia el colapso, pero por culpa precisamente de quienes dicen que hay que cambiarlo para hacernos un favor a todos, que no haya pobreza, ni desigualdad, que la naturaleza se restaure y el clima sea perfecto. Todo ello si seguimos sus instrucciones cuando aprieten la tecla. Obviamente habrá que hacer sacrificios, pero de eso no nos dicen nada. Y si es por el clima cualquier sacrificio es poco, hasta dejar de tener hijos si hace falta.

¿Y qué forma va a tomar el Gran Reinicio que nos conducirá al paraíso en la Tierra? La directora del FMI, Kristalina Georgieva, dio una pista muy importante el pasado 15 de Octubre en el encuentro anual del FMI en Washington, que tituló "Un nuevo momento Bretton Woods":

Nos enfrentamos a lo que he llamado un largo ascenso de la economía global: un ascenso que será difícil, desigual, incierto y propenso a reveses. Pero es una subida. Y tendremos la oportunidad de abordar algunos problemas persistentes: baja productividad, crecimiento lento, grandes desigualdades, una crisis climática que se avecina. Podemos hacer algo mejor que reconstruir el mundo anterior a la pandemia: podemos construir un mundo que sea más resiliente, sostenible e inclusivo. Debemos aprovechar este nuevo momento de Bretton Woods. ¿Cómo? Veo tres imperativos:

Primero, las políticas económicas adecuadas.

Y las políticas deben ser para las personas: mi segundo imperativo. Eso significa proteger a los vulnerables. También significa impulsar el capital humano y físico para apuntalar el crecimiento y la resiliencia.

Así como la pandemia ha demostrado que ya no podemos ignorar las precauciones de salud, ya no podemos permitirnos ignorar el cambio climático, mi tercer imperativo.

Lo significativo es que al hablar del momento Bretton Woods, antes de empezar con la palabrería habitual, desvela el tipo de cambio que tienen en mente. Bretton Woods fue un cambio de sistema monetario. Yo llevo advirtiendo en este blog mucho tiempo de que se avecina una gran crisis monetaria. Es el resultado inevitable de las políticas monetarias adoptadas tras la GCF que no tienen vuelta atrás y que requieren de intervenciones cada vez mayores para sostener un sistema que es insostenible de diseño y que ha llegado al límite.

Todo esto del Gran Reinicio merecerá un artículo aparte, pero baste decir de momento que este tipo de grandes planes nunca han funcionado y nunca van a funcionar. Cuando las cosas se ponen chungas todo salta por los aires y el caos resultante hace imposible predecir lo que va a pasar, mucho menos controlarlo. Pero lo que es evidente es que el cambio de sistema monetario es muy probable que implique que las clases medias se vean desposeídas de cuanto tienen. En la Agenda 2030, antecesora del Gran Reinicio, el WEF puso en 2016 un video promocional que ya ha desaparecido de su página web pero que aún puede encontrarse en YouTube, y donde lo primero que dicen es:

Ocho predicciones para el mundo en 2030: 1. No poseerás nada. Y serás feliz.

No me invento nada. Eso es lo que dice el WEF en su agenda 2030, que es de la que habla Justin Trudeau que hay que implementar (bajo su nuevo nombre de Gran Reinicio), aprovechando la pandemia.

Por supuesto todo tiene dueño, así que si no vamos a tener nada es porque ellos lo van a tener todo. El objetivo de los dueños del 98 % para la debacle que se nos viene encima por el agotamiento de los recursos y el colapso financiero por exceso de deuda es reiniciar el sistema monetario y quitarnos ese 2 % que les falta. Digo yo que habrá que ir afilando las guillotinas, porque están pidiendo a gritos un afeitado a fondo.

5. El colapso de las civilizaciones

La mayoría de la gente es consciente que el curso que llevaba nuestra sociedad industrial no era sostenible. El crecimiento de la población, el uso cada vez mayor de los recursos finitos, la degradación medioambiental, la pérdida de biodiversidad. Nada de esto es nuevo, llevamos muchas décadas siendo conscientes de ello. Thomas Malthus fue el primero en percatarse y en ponerlo por escrito en su libro de 1798 "Ensayo sobre el principio de la población". Malthus no incorporó a su teoría la posibilidad de que la tasa de natalidad se redujese y la tasa de producción de alimentos aumentase con el desarrollo del conocimiento (anticonceptivos, fertilizantes, plaguicidas), pero su base fundamental de que el crecimiento ilimitado no es posible en un planeta limitado es absolutamente correcta. En algún punto está el limite, y eso es algo que exploró con mucho más detalle el grupo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts que publicó en 1972 "Los límites al crecimiento" del que hablábamos en la parte 3 de esta serie de artículos.

A pesar de que la mayoría somos conscientes de la absoluta realidad de ese principio básico, casi nadie lo incorpora en sus previsiones de futuro. Ese momento en que el crecimiento ya no será posible forma parte de un futuro indeterminado que confiamos que no llegue, incluso enfrentados a la evidencia de que ya ha llegado. La actitud más humana es proyectar el futuro en base a extrapolar nuestra experiencia del pasado. "Las cosas siempre han sido así", "las casas nunca bajan", "las crisis se pasan", etc. Ello nos deja muy poco preparados para los cambios de paradigma, lo cual no suele ser un problema porque dichos cambios son raros. Pero estamos viviendo uno.

Incluso entre los que son más conscientes de que nuestro crecimiento era insostenible predomina la idea de que se puede transitar a un crecimiento sostenible. Algunos incluso defienden un decrecimiento como solución. Estos aciertan en el diagnóstico pero yerran en pensar que sea posible transformar voluntaria y ordenadamente una civilización basada en el crecimiento en una que no lo esté. Las civilizaciones se construyen sobre excedentes energéticos añadiendo capas de complejidad que siguen el principio universal de los rendimientos decrecientes. Gran parte de esa estructura se auto-organiza sin ningún tipo de planificación en base a principios económicos que solo funcionan en un entorno de crecimiento. Nuestra civilización es extraordinariamente compleja porque ha contado con un gigantesco excedente energético proporcionado por los combustibles fósiles, no porque seamos más listos o sepamos más. Cuando el crecimiento se acaba las civilizaciones sufren una simplificación involuntaria consistente en el colapso de parte de las estructuras y una reorganización traumática de lo que queda. Joseph Tainter, que ha estudiado en detalle el colapso de 18 civilizaciones y entiende que las civilizaciones complejas se rigen por las leyes de la termodinámica, ofrece en su libro "El colapso de las sociedades complejas" la mejor explicación que he leído:

Hay dos factores generales que se combinan para hacer que una sociedad sea vulnerable al colapso cuando la inversión en complejidad comienza a producir un rendimiento marginal decreciente. … [1] una sociedad que experimenta retornos marginales decrecientes está invirtiendo cada vez más en una estrategia que está produciendo proporcionalmente menos. El exceso de capacidad productiva se agotará en algún momento y los excedentes acumulados se asignarán a las necesidades operativas actuales. Hay, entonces, poco o ningún excedente con el que contrarrestar las principales adversidades. Los aumentos inesperados de estrés deben tratarse con el presupuesto operativo actual, a menudo ineficaz, y siempre en detrimento del sistema en su conjunto. Incluso si el estrés se resuelve con éxito, la sociedad se debilita en el proceso y se vuelve aún más vulnerable a la próxima crisis. Una vez que una sociedad compleja desarrolla las vulnerabilidades de los retornos marginales decrecientes, el colapso puede simplemente requerir el paso del tiempo suficiente para hacer probable la ocurrencia de una calamidad insuperable. [2] En segundo lugar, los rendimientos marginales decrecientes hacen que la complejidad sea una estrategia de resolución de problemas menos atractiva. Cuando los rendimientos marginales disminuyen, las ventajas para la complejidad en última instancia no son mayores (para la sociedad en su conjunto) que las de formas sociales menos costosas. El coste marginal de la evolución a un mayor nivel de complejidad, o de permanecer en el nivel actual, es alto en comparación con la alternativa de desintegración. En tales condiciones, la opción de descomponerse (es decir, cortar los lazos que unen a los grupos localizados con una entidad regional) se vuelve atractiva para ciertos componentes de una sociedad compleja.

Para las sociedades humanas, la mejor clave para el crecimiento socioeconómico continuo, y para evitar o eludir (o al menos financiar) la disminución de la productividad marginal, es obtener un nuevo subsidio de energía cuando se hace evidente que la productividad marginal está comenzando a caer. Entre las sociedades modernas, esto se ha logrado aprovechando las reservas de combustibles fósiles y el átomo.

Con respecto al primer factor que cita Tainter creo que es evidente para todos cómo la resolución en falso de la Gran Crisis Financiera de 2008 y su prolongación en la Crisis de Deuda Europea de 2010-12 han debilitado nuestra estructura política, social y económica, dejándonos peor preparados para enfrentarnos a la crisis del coronavirus. Nuestro sistema sanitario viene debilitándose desde hace tiempo, desde antes de los recortes, y cuenta con menos camas y personal por habitante, mientras que el alto nivel de paro, pobreza, déficit y endeudamiento nos hacen mucho más vulnerables a sus efectos económicos. En palabras de Tainter se podría decir que no contamos con excedentes para enfrentarnos a esta adversidad.

Con respecto al segundo factor que cita Tainter algunos ya entendimos en 2012 que el resurgimiento de la enésima crisis disgregadora que ha sufrido este país desde el hundimiento del Califato de Córdoba obedecía a la situación de debilidad de las estructuras nacionales y supranacionales resultantes de la vulnerabilidad provocada por la incapacidad de enfrentarse a las crisis, y que se manifiesta en el auge de los nacionalismos y populismos en múltiples países, así como la decadencia de las organizaciones supra-nacionales como la Unión Europea, que condujo por ejemplo al Brexit. La nueva crisis no hará sino agravar todas estas tendencias, y a riesgo de repetirme diré que seguiremos viendo cosas que no creíamos posibles.

6. Conclusiones

El fin del mundo tal como lo conocemos (el acrónimo en inglés TEOTWAWKI del que habla REM en su canción) ya ha comenzado. Las cosas que a lo largo de estos años he venido diciendo que marcarían el final están sucediendo. El pico de petróleo finalmente ha llegado. La economía muestra incapacidad para crecer al tiempo que el ciclo de endeudamiento se acerca a su fin. La señal es muy clara. Se disparan las intervenciones monetarias de los bancos centrales, sin solucionar el problema de fondo, requiriendose cada vez intervenciones mayores para evitar el colapso financiero. El mundo desarrollado está ya en decrecimiento energético. Los que realmente manejan este estado de cosas anuncian vagos planes de cambio del sistema reconociendo que se están aprovechando de la pandemia para avanzar su agenda.

También queda claro que la supuesta crisis climática no es mas que el caballo de Troya para implementar una agenda económica que encontraría gran resistencia si no se convence a la gente de que es necesario porque nos enfrentamos a una falsa crisis existencial en la que peligra nuestra propia existencia. Porque de la verdadera crisis existencial a la que nos enfrentamos no van a decir ni una palabra.

Habrá periodos peores y periodos mejores, pero el declive ha comenzado. La Crisis del Coronavirus ha supuesto un catalizador tremendo que ha acelerado el final en varios años. Hay un cambio de sistema monetario en nuestro futuro cercano, tanto si se hace a consecuencia de una crisis monetaria como si se hace para prevenirla. La digitalización del dinero es un requisito previo, así que podemos esperar que los dueños de nuestro dinero aceleren su imposición. A los que no están convencidos de la realidad de lo que cuento, estos esfuerzos deberían darles que pensar.

Dados los tiempos que nos toca vivir, cabe esperar que la agitación social y la inseguridad se disparen, y con ellas la represión. Los confinamientos han sido un ensayo general y no cabe descartar que mantengan algún tipo de restricción de forma permanente. El populismo, los extremismos de todo tipo y la disgregación de las estructuras nacionales e internacionales laxas continuarán en ascenso. Hay que desconfiar de quienes prometen una solución a cambio de que se les otorgue poder y no dejarse llevar por esta marea que nos arrastra a aguas procelosas. Es tiempo de buscar asideros firmes y resistir basándonos en sólidos principios morales y éticos y en la defensa de los derechos individuales. Nos adaptaremos a lo que venga. Siempre lo hemos hecho.

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  1. #50
    17/12/21 14:05
    Efectivamente se hecha muchísimo de menos la sabiduría y clarividencia de Know.

    Quiero exponer auqí a los poquísimos que quedan, el reciente artículo de Gail Tverberg:

    https://ourfiniteworld.com/2021/12/03/is-it-possible-that-the-world-is-approaching-end-times/

    Es sobrecogedor. Sobre todo porque es la primera vez, desde que tengo memoria y la sigo desde hace mucho tiempo, que menciona pasajes del apocalipsis de la Biblia. Siempre sus artículos han sido basados en evidencias y argumentados con datos concretos. Siempre muy "científica" y racional... El hecho de que en este artículo mencione la Biblia para todo un agnóstico como yo no solo me parece sorprendente sino incluso diría que revelador...
  2. #49
    15/07/21 10:29
    Por aquí otro que echa de menos las contribuciones de Knownuthing. Más que del tema Covid, tengo ahora mucha curiosidad por saber qué opina del tema climático, ahora que se ha filtrado hace poco el siguiente informe del IPCC, y que la UE está apretando las tuercas cada vez más con la "transición ecológica", todo esto coincidiendo con las olas de calor en varias partes del mundo.

    No es la primera vez que Know está un largo tiempo sin actualizar, probablemente esté ocupado con el trabajo o con temas personales. No es fácil sacar tiempo para escribir este tipo de artículos. Si nos lees, un abrazo y espero que todo vaya bien. 
  3. en respuesta a Unknowned Man
    -
    #48
    19/05/21 14:16
    Unknowned Man: Muchos compartimos tus inquietudes, como puedes ver por los últimos comentarios extrañando la ya larga y preocupante ausencia del administrador de este blog. Creo inútil insistir. No parece haber nadie al otro lado, y si lo hay, pasa olímpicamente, por lo que a estas alturas este sitio parece una casa abandonada. El próximo 28 de mayo se cumplen seis meses de silencio. Personalmente pienso que si para entonces no atisbo "señales de vida" daré por perdida toda esperanza de volver por aquí. Saludos.
  4. Nuevo
    #47
    17/05/21 19:17
    Hola Know. Soy nuevo en la comunidad pero te sigo desde mediados de 2019 por tus valiosos y premonitorios artículos basados en tu conocimiento y capacidad de búsqueda y análisis de información. Tu larga ausencia en los tiempos que vivimos, creo que tanto a mi como a buen seguro a más seguidores de tu blog, me deja cierta desazón por la incertidumbre sobre cual será el motivo de la misma. Simplemente una pregunta que me bastaría con un sí ó un no en la respuesta. ¿Te has vacunado frente al COVID-19?
  5. en respuesta a Goral
    -
    #46
    21/03/21 19:13
    Efectivamente, hace meses que no publicas ningún artículo y hay bastantes incertidumbres respecto el Covid, vácunas, variantes... y también respecto la situación económica y problemas que comentabas en tu último artículo de los que seria interesante conocer tu punto de vista. Como dice Goral, en tus artículos se ve un gran esfuerzo y dedicación, si es por ello nada que objetar, sólo espero que no sea ningún otro problema o por motivos de salud. 

    Saludos
  6. #45
    11/03/21 14:25
    Hola know
    T agradeceria un monton q nos dieses tu opinion sobre el tema d las vacunas del covid. Ya sabes seguridad, eficacia real, etc....

    Un saludo y muchas gracias por tus post
  7. en respuesta a Knownuthing
    -
    #44
    02/03/21 10:08
    Buenas Know, se echan de menos tus participaciones. Supongo que volverás a compartir tus conocimientos cuando lo creas oportuno. Soy consciente del esfuerzo y dedicación que requerirán esos artículos tan bien detallados.
    Creo que tu opinión sobre las vacunas que están saliendo podría ser muy ilustrativa.
    Un saludo.
  8. #43
    23/02/21 17:29
     @knownuthing , con tu ausencia estás empezando a hacernos creer que has dado en la tecla que no debías con el último artículo y has recibido la visita de los hombres de negro. Espero que todo vaya bien. Saludos.