The philosophy of protectionism is a philosophy of war. - Ludwig Von Mises
Con todo lo que se ha escrito hasta ahora al respecto de Trump, de sus políticas, y de los vientos que soplan en Europa estoy cada vez más convencido que el proteccionismo que proponen es un antídoto a la negligente actuación de los bancos centrales y sus políticas de tipos cero (o negativos) y sus programas de compra que han alterado, como bien saben, todo.
Recordemos que hace unos meses, el equipo de análisis de Deutsche Bank cifró en un 40% la incidencia de aquellos organismos en la subida de las acciones del S&P 500. A continuación el gráfico que ilustar la incidencia de la alteración de la prima de riesgo causada por las políticas monetarias.
Imaginen que ocurriría si deciden quitar toda esa llamada liquidez del mercado: sería la gran hecatombe. Ríanse de las subprime y de los escándolos que han ido salpicando nuestro día a día desde que estallara la crisis en 2008.
Las empresas, especialmente, las cotizadas tienen un gran trabajo por delante si no quieren ver cómo el retorno a sus accionistas se traduce en pérdidas millonarias. Así que, cual niño en Disney, el mercado americano ha reaccionado con vítores a las promesas de Trump de llenarles el bolsillo con polítias fiscales blandas a cambio de empleo y de crecimiento. Cierto, el resto de sus políticas son una involución para la condición humana como lo es también hacer dinero de las catástrofes o a costa de la ignorancia ajena.
Estados Unidos e Inglaterra... las grandes iconos del capitalismo cierran fronteras para crear dentro de ellas lugares de pleno empleo (veremos si lo consiguen) y de riqueza con la rebaja de impuestos para ciudadanos y empresas. Llegarán a niveles de Irlanda. El territorio señalado como paraíso fiscal por el resto de países de la Unión por vulnerar los principios confiscatorios que rigen nuestra comunidad.
Sin duda, habrán maneras diferentes de hacer las cosas. No hace falta levantar fronteras en un mundo unido por la tecnología. Pero conseguir que los que habitan en un territorio tengan más renta disponible para re-invertir en ellos o en la sociedad es el gran secreto para el crecimiento. Nuestro maravilloso país vuelve a abrazar al ladrillo como la gran oportunidad de inversión, volvemos a invertir el dinero que no tenemos para una deuda privada conr récords de morosidad y con unas pensiones tendentes a cero gracias a la inflación y a la inanición de todos. Es decir, volvemos a demostrar que no hemos aprendido nada.
El valor del largo plazo costará que se dibuje de nuevo hasta que el peso de los centrales en las bolsas no consiga rebajarse hasta niveles en los ya no importe. Nadie está dispuesto a comprar esos activos. Es momento de ser pacientes y de buscar calidad. Los más conservadores puede que vuelvan a encontrar cosas con cierto valor en el medio/largo plazo a TIRes atractivas de inversión. pero siempre con uan vigilancia extrema del riesgo porque en un mundo como en el que hoy estamos todo puede cambiar en un segundo.