Acceder
Blog Ferrán Castillo
Blog Ferrán Castillo
Blog Ferrán Castillo

Livermore: Listo o tonto (II)

Livermore
Jesse Lauriston Livermore nació en Massachusetts en un momento delicado para los Estados Unidos ya que la nación estaba sumida en una crisis importante.

De familia humilde, el pequeño Jesse no pudo tener escolarización y tuvo que ayudar al sustento familiar trabajando a una edad muy temprana.

De carácter rebelde e inconformista, abandonó el lecho familiar para buscarse la vida en otro lugar y se encontró de bruces con la cruda realidad de la ciudad y su grandeza. Empezó como ayudante de pizarra en Paine Webber (Agencia o Sociedad de valores de ahora) en Boston.

Pronto se dió cuenta que agudizando su mente, era capaz de recordar cambios de muchas sesiones anteriores y eso le ayudó a introducirse de verdad en el mercado bursátil del momento.

Solía comentar en petit comité, que lo que le gustaba realmente, era acertar el movimiento más que ganar dinero con él, cosa que sorprendía a la gente, pero ésta reaccionaba con admiración cuando sus predicciones se cumplían.Con el paso del tiempo ,el público que acudía a los despachos empezó a confiar en él y no solo eran estos que les cedían su dinero para operar ,sinó que muchas casas de corretaje le daban partidas importantes para que las moviera con soltura y realizara mucha comisión a ser posible con plusvalías.

Poco a poco su nombre empezó a sonar en los fueros internos de Wall-Street y en las casas de corretaje lo adoraban.

Una de sus premisas en los mercados era que jamás se debe contradecir una tendencia, pero como veremos él no hizo lo que pregonaba y le pasó factura.

Llamado con muchos sobrenombres, hay uno que quizás por trascendencia sea el más importante ya que le llevó a la primera de sus fortunas y fue en octubre de 1907 cuando el mercado en Wall-Street se derrumbó, el apodo que se le puso a Livermore fue “El gran y temido oso”.

Con su posición corta días antes al 24 de octubre de 1907, se dice que obligó a Morgan y demás compañeros de fatigas a poner cantidades importantes de dinero para parar el descalabro en los mercados mientras Livermore a sus treinta años disfrutaba con todo lujo de detalles de casas, barcos…..etc.

Antes de la llegada de la SEC, el mercado era manipulable en un porcentaje escandaloso, los pobres inversores que caían en las redes de las casas de corretajes no sabían donde se metían, en aquellos años la picaresca del momento álgido en el parqué neoyorquino, fue aprovechado para embaucar a muchos beneficiando a unos pocos.

No solo operaba con valores Livermore, también tuvo predilección por la materia prima agrícola.

Pronto veremos sus aventuras con el Algodón y como pasó a tener otro sobrenombre.
Saludos.
3
¿Te ha gustado mi artículo?
Si quieres saber más y estar al día de mis reflexiones, suscríbete a mi blog y sé el primero en recibir las nuevas publicaciones en tu correo electrónico
  • Jesse Livermore
Lecturas relacionadas
Jesse Livermore
Jesse Livermore
Biografía de Jesse Lauriston Livermore | Vida, Legado, Frases y Libros
Biografía de Jesse Lauriston Livermore | Vida, Legado, Frases y Libros
Livermore
Livermore
  1. #3
    Anonimo
    14/03/08 12:48

    Muy buen aporte es curioso que empezó igual que buffet anotando las cotizaciones en la pizarra!

  2. #2
    12/03/08 22:44

    Juan manuel a Livermore le traía sin cuidado la macro,la micro y los resultados de la union pacific.Él usaba otro tipo de métodos para analizar los productos.Ya lo expondré en su debido momento.

    Saludos

  3. #1
    Anonimo
    12/03/08 19:19

    ¿En algun momento Livermore habló de macroeconomía?

Te puede interesar...
  1. Mis pequeños tesoros (IV): El Quinto Elemento
  2. Hasta siempre amigo Ferrán
  3. Mis pequeños tesoros (XI): Mars Attack 2ª Parte
  4. Tercer Aniversario del Blog : Va por todos ustedes
  5. Mis pequeños tesoros (VIII): Simply The Best (I)
  1. Mis pequeños tesoros (IV): El Quinto Elemento
  2. Cursos con Ferrán (I): Justo, pero Apto
  3. Mis pequeños tesoros (VI): La Clave
  4. Consulta al autor del blog
  5. Mis pequeños tesoros (X): Mars Attack