Pero independientemente de la nacionalidad hay un factor determinante para alcanzar la lista de los más afortunados del mundo: La Universidad en la que se formaron. Aquí el sesgo es abrumador puesto que de las 10 universidades que más multimillonarios aportan a la lista Forbes, 9 son universidades en USA. La excepción es la Universidad de Mumbai, una de las mayores del mundo en número de estudiantes. Y la norma son nueve universidades de la talla de Harvard, U Penn, Stanford, Yale, Cornell, USC, MIT, Princeton y UC Berkeley.
Además, muchos multimillonarios que aparecen en la lista Forbes asistieron a universidades norteamericanas pero ni siquiera finalizaron sus estudios, como los conocidos casos de Bill Gates o Mark Zuckerberg. Ambos abandonaron sus estudios en Harvard University antes de finalizarlos, pero incluso sin llegar a graduarse, su alma mater les proporcionó el ambiente y los contactos propicios para desarrollar su talento. Y es que poder asistir a una Universidad donde el talento sea el caldo de cultivo, la norma en la que deben nadar a diario y 24/7 los estudiantes, propicia el éxito durante y después de la graduación. Por eso insistimos una y otra vez en que la mejor herencia que les podemos dejar a nuestros hijos es una carrera universitaria en la mejor universidad del mundo a la que su nivel académico les permita acceder. Y esas universidades están en los Estados Unidos.
Para los que creían que una carrera universitaria era mucho más cara, les recomiendo releer los costes detallados que hemos explicado ya en artículos anteriores. Y verán como el precio puede ser parecido al de enviar a nuestros hijos a una buena universida privada española, como por ejemplo la Universidad de de Navarra en Pamplona, la Universidad Alfonso X en Madrid o ESADE en Barcelona. Obviamente no está al alcance de todas las familias, pero sí de aquellas que les van a dejar ese cestito con un par de pescados que sólo les servirán para saciar temporalmente sus necesidades, y que no les evitará la precariedad del entorno al que probablemente les condenará licenciarse en una universidad española sin haber volado lejos del nido.