Muchos piensan que estudiar en una Universidad en los Estados Unidos es algo reservado a alumnos muy brillantes y familias millonarias, pero nada más lejos de la realidad. El sistema universitario Norteamericano es el más extenso, flexible y diverso del mundo, y existen universidades fabulosas para todos los bolsillos y promedios académicos. De los 4.298 centros universitarios existentes en los Estados Unidos, más de 1.500 son universidades de primera categoría. Por lo tanto, la oferta de plazas y opciones de todo tipo es incomparablemente superior a la que España.
Muchas empresas españolas especializadas en el proceso de aplicación a universidades americanas ofrecen a sus alumos, como reclamo, la posibilidad de obtener becas que minimicen los costes. Pero a menudo el hecho de necesitarlas acaba con los estudiantes colocados en centros de segunda categoría, lejos del standard brillante, puntero y con instalaciones y recursos inacabables que todos tenemos en mente cuando pensamos en una Universidad en USA.
Por tanto, a poco que la familia pueda sufragar unos ciertos costes universitarios que pueden ser equivalentes a los de una buena universidad privada en España, la recomendación sería aplicar a universidades de primera categoría en EEUU y olvidarse de mendigar becas en centros de segunda norteamericanos (que los hay), a menos que el estudiante sea muy brillante académica o deportivamente, en cuyo caso se pueden obtener ayudas también en universidades excelentes.
Y es que los precios anuales de las matrículas de las universidades de primera en los EE.UU. son muy variados, pero podemos encontrar universidades preciosas a partir de aprox. 15.000 eur anuales, o sea al mismo precio que muchas universidades privadas españolas.
Otra realidad que muchos desconocen es que cualquier alumno con un promedio de notas de un simple aprobado puede ser admitido en universidades de EEUU maravillosas. No todos los universitarios norteamericanos son cerebritos ni mucho menos, ni todas las universidades son Harvard o Stanford. Pero hay infinidad de universidades gigantescas, preciosas y con instalaciones de ensueño cuyos alumnos son de nivel académico medio-alto, medio, medio-bajo e incluso bajo.
Pero no basta con tener un presupuesto cercano a los 25-30 mil euros anuales para enviar a tus hijos a hacer sus carreras en universidades americanas. Además hay que realizar un proceso ferragoso de aplicación con bastante tiempo de antelación. Y sólo de la mano de consultores especializados podrás evitar el rechazo y la desesperación de un proceso que puede ser tremendamente abrumador.
Servicios como éste son por tanto imprescindibles para conseguir las anheladas cartas de admisión en las universidades soñadas. Y quienes tratan de aplicar por sí mismos sin la ayuda de profesionales, desconociendo los entresijos, los timings y las claves del proceso, suelen acabar desesperados, rechazados por la mayoría de universidades y/o admitidos a centros universitarios de segunda fila o muy inferiores a los que podrían haber accedido si hubieran aplicado correctamente, y en los que difícilmente se adaptarán y serán felices.
Muchas familias consideramos que será mucho más útil para nuestros hijos tener una titulación universitaria de USA y haber vivido esos maravillosos años universitarios en los Estados Unidos, que dejarles medio apartamento más en la playa o 100.000 euros más de herencia y que se licencien en la universidad pública española más cercana para que puedan vivir en casa o volver todos los fines de semana. El cambio radical en cuanto a crecimiento personal, madurez y responsabilización que realizan los adolescentes ya desde el mismo inicio del proceso de aplicación, un año antes de acabar el bachillerato (ver el timing adecuado aquí) es extraordinario y merece cada céntimo pagado.
Servicios como éste son por tanto imprescindibles para conseguir las anheladas cartas de admisión en las universidades soñadas. Y quienes tratan de aplicar por sí mismos sin la ayuda de profesionales, desconociendo los entresijos, los timings y las claves del proceso, suelen acabar desesperados, rechazados por la mayoría de universidades y/o admitidos a centros universitarios de segunda fila o muy inferiores a los que podrían haber accedido si hubieran aplicado correctamente, y en los que difícilmente se adaptarán y serán felices.
Muchas familias consideramos que será mucho más útil para nuestros hijos tener una titulación universitaria de USA y haber vivido esos maravillosos años universitarios en los Estados Unidos, que dejarles medio apartamento más en la playa o 100.000 euros más de herencia y que se licencien en la universidad pública española más cercana para que puedan vivir en casa o volver todos los fines de semana. El cambio radical en cuanto a crecimiento personal, madurez y responsabilización que realizan los adolescentes ya desde el mismo inicio del proceso de aplicación, un año antes de acabar el bachillerato (ver el timing adecuado aquí) es extraordinario y merece cada céntimo pagado.
Cuando regresan a casa por Navidad después de su primer semestre en la universidad en USA, nuestros hijos ya son otros, mucho más maduros, felices y autoresponsables. Sí, todo aquello que los padres hemos predicado durante los años de adolescencia con escaso éxito, se materializa como por arte de magia cuando empiezan a vivir su sueño universitario en Estados Unidos.
Como consultores hemos visto ya ese cambio y proceso de maduración en docenas de alumnos a los que hemos colocado en las mejores universidades de USA. Y también lo hemos vivido y disfrutado de primera mano con nuestros propios hijos. Recomendable al 1000%, a poco que sea viable económicamente para la familia, sin ninguna duda.
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