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10 Frases que han convertido a España en Hispanistán

 

Hace un tiempo escribí un artículo titulado “10 frases que han destruido España”, con la intención de echar una mirada al pasado para comprender la burbuja inmobiliaria en la que estábamos inmersos. Sin duda, me quedé corto.

La magnitud del problema económico que tenemos entre manos, con un país al borde del colapso y los bares llenos, necesita de una dosis de ignorancia colectiva mucho mayor.

He aquí mi segundo recopilatorio con diez frases que han permitido destruir la república bananera de España para convertirla en Hispanistán:

 

     1. “Estamos manejando dinero público, y el dinero público no es de nadie”.

     2. “Eres un racista. Nosotros también emigramos”.

     3. “Vuelva usted mañana con la fotocopia del DNI”.

     4. “¿Con o sin factura?”.

     5. “Antes todo esto era campo”.

     6. “¿Y por qué no opositas?”.

     7. “Thank you, solo hablo español”.

     8. “Andreíta cómete el pollo”.

     9. “¿Me quieres?”.

     10. Y por supuesto, la madre de todas ellas: “Tranquilo, que en dos tardes aprendes economía”.

 

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  1. en respuesta a 7.......s
    -
    #61
    06/05/11 19:17

    Por lo pronto decir que hay muchas ideas de Popper que me gustan, especialmente su gusto por la posibilidad de cuestionar lo que sea, muy especialmente los sistemas políticos y filosóficos. Y aunque puedo entender que se pueden trasladar algunas al ámbito económico lo cierto es que a día de hoy no he visto ninguna relación consecuente entre los enunciados de este liberal, y lo que se describe como una economía liberal, añadámosle de corte occidental.

    Y no lo veo porque efectivamente tal como se ha señalado no estamos en una economía realmente liberal. Pero no es esto lo que me preocupa. Me preocupa más bien que todavía no se señale al establishment financiero-político como un enemigo más de la sociedad abierta, parafraseando el título de la obra de Popper. Entre otras cosas porque presenta una visión de la sociedad y condición humanas en general plagadas de dogmas tipo "el beneficio es bueno". Cosas así me provocan una furibunda irritación, pues no consiguen otra cosa que confundir al público y tergiversar palabras bien intencionadas para arrimar el ascua a los advenedizos.

    El problema de fondo, creo que esto también se ha señalado en algún foro de esta casa, es que el concepto de liberalismo, en concreto en lo que se refiere a las libertades intelectuales topa con un muro. Que es el de la naturaleza humana, o si se quiere, del papel del individuo ante la disyuntiva de bien individual y bien común. El "liberalismo" actual se salta a la torera el "harm principle" de Stuart Mill, convirtiéndose de facto en una excusa meramente argumetativa para promover actitudes antisociales. Y no es difícil relacionar esta perversión de valores con los problemas de convivencia en nuestra sociedad actual, muy especialmente con los jóvenes.

    En realidad el liberalismo, como camino al anarquismo opuesto al socialismo, se queda encallado en el camino. Y aquí sí que hay que echar mano de Marx para entender que la historia es la pugna entre los que tienen y los que no tienen, ya sean tierras, oro o privilegios. A lo que añadiré que con esta crisis se me revela que además esa pugna es bidireccional. Es decir, que los que tienen además pugnan para aumentar distancias o como mínimo para mantener posiciones. Así es, ni más ni menos.

    De ello se deriva que aún desconfiando de los modelos "perfectos" que pretenden ideas como las de Marx o Platón, no es menos cierto que dada la experiencia de siglos acerca de cómo se comporta el ser humano, es necesario revisar constantemente el estado de las cosas e implementar las correcciones necesarias. Coartando si es necesario, que lo es, el acceso ilimitado a los bienes por parte de los individuos. Hasta la fecha son muy pocos los ejemplos en los que la acumulación de dichos bienes, y de los privilegios que en una sociedad como la nuestra conllevan inherentemente, provienen o derivan en un comportamiento razonable o si quiera aceptable. Especialmente en una sociedad que valora la independencia, y por tanto responsabilidad, individual.

    Por tanto, mi conclusión es que no se dan las condiciones objetivas para implementar un sistema verdaderamente liberal. Ya que éste se ve inmediatamente secuestrado por intereses particulares, impidiendo el desarrollo de una sociedad abierta, tal como pedía Popper. Resulta tristemente gracioso que estas son exactamente las mismas causas que impidieron el desarrollo real de una sociedad socialista. O dicho de otro modo, por encima de los conceptos ideológicos, sociales y económicos se impone la realidad del yo contra el prójimo. Una realidad que ni siquiera nuestras democracias han sabido franquear. He ahí el drama de la izquierda hegeliana y de los liberales honestos, que se levantan cada día leyendo en titulares las miserias de quienes deberían ser ejemplo.

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