A menudo, en la vida y en el trading, nos resulta aparentemente más sencillo y cómodo dejarnos llevar por los rumores y por los pronósticos o vaticinios que leemos o escuchamos y a los que concedemos una veracidad que igual luego nunca llega a producirse.
A menudo, en la vida y en el trading, nos dejamos influenciar por sentencias, aforismos o ideas preconcebidas que venimos escuchando hace tiempo, y que pueden "funcionar" o ser aplicables para algunas personas, y para determinadas circunstancias, pero que igual no sirven para nosotros y por el momento por el que estemos pasando.
A menudo, en la vida y en el trading, tendemos a confundir la suerte con el esfuerzo, la casualidad, con el trabajo y la dedicación, y pensamos que cuando alguien consigue algún propósito, alguna meta o llega a conocer o dominar algo una actividad o una tarea, lo ha hecho sin emplear mucho tiempo
A menudo, en la vida y en el trading, cometemos el error de mentirnos a nosotros mismos, de dejar que nos mientan o de alterar las estadísticas y las probabilidades para negar o enmascarar la realidad de nuestros resultados, de nuestra operativa o de nuestra cuenta.
A menudo, en la vida y en el tráding, pretendemos achacar a factores externos a nosotros circunstancias que nos ocurren a nuestro alrededor, o entradas fallidas que efectuamos en el mercado. "Será casualidad, pero por culpa del tráfico no llegué a tiempo a una reunión y perdí una oportunidad que otro supe aprovechar" "Para un día que entro en el mercado sin stop, aparece una inesperada