Reconozcámoslo, seguimos sin tener demasiado claro como estaremos pandémica y económicamente, dentro de seis meses.
La visibilidad sigue siendo, muy, muy reducida.
En pocas semanas empieza el frio en centro Europa y podremos empezar a intuir que grado de protección nos otorga el hecho que un porcentaje muy alto de la población este vacunado.
Algunos dirán que ya lo sabemos, que las cosas van bien. Que los datos son buenos. Y ojalá así sea. Pero ya sabemos que el combate real se libra en interiores y que empieza de nuevo en breve.
Sin claridad pandémica poca luz podemos tener sobre la evolución de la economía real.
Y sin pistas de los dos anteriores tampoco sabemos que condiciones financieras condicionaran el devenir de los mercados.
Pero vamos a suponer.
Supongamos que el covid este bastante controlado, endémico, pero controlado. Quedándose entre nosotros pero sin evitar que poco a poco vayamos recuperando rutinas pre pandémicas.
En ese caso podríamos ver un mayor crecimiento fruto de una menor incertidumbre y un mayor crecimiento del esperado. Al menos en un primer momento.
Pero, todo lo que sepa a normalidad debería significar una retirada progresiva de todas las medidas extraordinarias implementadas con el covid y ¿Estamos preparados para asumirlo?
Será importante que el impulso inicial sea importante ya que poco a poco ira desvaneciéndose toda la red protectora que ha permitido que las empresas/negocios y proyectos con más dificultades hayan podido salir a flote.
Agentes económicos que ya llegaron justitos al covid. Negocios que han sobrevivido a costa de endeudarse. Proyectos que no saben si encajan demasiado bien con el mundo post pandemia.
Sí la inercia económica es potente todos ellos pueden reflotar, si salimos a trancas y barrancas va a ser difícil´
Pero, sigamos suponiendo lo mejor. Que el crecimiento es alto y suficiente.
¿Asegura eso que los mercados van seguir yendo igual de bien?
Desgraciadamente tampoco.
Para decirlo rápido, si la economía se normaliza también deberían normalizarse las condiciones financieras, y eso podría provocar a su vez tanto una reversión a métricas de valoración más en línea con la historia. Podría provocar también que tipos de interés más altos pudieran volver a ser una opción para el ahorrador drenando flujos de la renta variable.
Y un largo etc de "normalizaciones" que podrían no ser demasiado positivos para los mercados de acciones.
Otro día los tratamos más a fondo.
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