A menos de 48 horas ya del referéndum del Reino Unido, los mercados siguen confiados en la victoria del voto en favor de la permanencia. Sin embargo, y a pesar de la recuperación experimentada por el ala pro-europeísta tras el asesinato de la diputada Jo Cox, el resultado del referéndum continúa siendo demasiado incierto, a juzgar por la apretada diferencia que siguen reflejando las encuestas.
Teniendo en cuenta lo anterior, desde el punto de vista de lo que a día de hoy descuentan los mercados, la mayor sorpresa vendría por tanto de un resultado favorable a la salida del Reino Unido de la Unión Europea, siendo además el escenario que supondría un cambio más radical y negativo respecto al statu quo actual.
En este sentido, cabe pensar que ante el posible resultado de este referéndum y teniendo en cuenta los niveles en que se encuentran hoy en día, los mercados tienen mucho más que perder que ganar.
Una victoria del voto favorable a la salida del Reino Unido de la Unión Europea pondría en cuestión el proceso de construcción de la Unión, y serviría de aliciente para poner a prueba la determinación de Alemania y el resto de países del núcleo duro de seguir defendiendo a la periferia europea. En este sentido, y con la vista también puesta en las elecciones generales de este domingo, España (y su sistema financiero) sería el eslabón más débil de la cadena y sobre el que, previsiblemente, se centrarían los ataques especulativos más serios por parte de los mercados. Obviamente, es de esperar que el Banco Central Europeo plante cara y tome medidas de urgencia para tratar de estabilizar el área euro pero, en ese duelo contra los mercados, todo dependerá de la convicción y contundencia con la que se lleve a cabo el ataque, con la que la autoridad monetaria europea defienda y, muy especialmente, de la reacción de países como Holanda, Finlandia, Austria y la misma Alemania al resultado del referéndum. Sea como fuere, a buen seguro que el área euro tendría no ya semanas sino como mínimo meses muy complicados por delante.
En el caso de que finalmente se produzca un voto favorable a la permanencia, nos mantendríamos en el actual contexto ya conocido. No habría por tanto nada realmente nuevo que cotizar en positivo porque lo que tendríamos después del referéndum es lo que ya teníamos antes y, como decíamos más arriba, en estos momentos el mercado sigue confiando y por tanto descontando que éste será el resultado final. Por supuesto que es de esperar una reacción inicial al alza de las cotizaciones por eliminación de este factor de incertidumbre, pero no vemos que un resultado favorable a la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea vaya a ser por sí sólo el catalizador que desencadene una nueva fase alcista en los mercados de cara a las próximas semanas y meses. Y menos aún si la victoria en favor de la permanencia se produce por un margen estrecho en tanto en cuanto la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea seguirá estando en cuestión de cara al medio plazo.
Si los británicos deciden quedarse en la Unión Europea, tras unos primeros compases o puede que incluso días de cierta euforia, los mercados volverán a centrarse en el contexto fundamental, y éste hoy en día tampoco es que esté para tirar cohetes. Más aún, a punto de terminar el segundo trimestre de este año, seguimos sin ver por ningún lado el dinamismo de la demanda que sería necesario para que a lo largo del segundo semestre de este año se cumplan las perspectivas de reaceleración del crecimiento de los beneficios y los ingresos empresariales que descuenta el mercado. Más aún, a día de hoy la bolsa estadounidense sigue estando bastante cara y la europea, aunque no tanto, tampoco está a precio de saldo. De la renta fija ya hemos comentado hasta la saciedad que no es que esté cara sino que está flotando en una burbuja que el día que explote va a desencadenar un auténtico tsunami financiero a nivel global.
Ya queda menos para saber en cuál de los escenarios nos moveremos en el futuro. La solución, en la madrugada del jueves al viernes.
