Hace unos días quedé con un buen amigo francés para tomar algo y ponernos al día después de varios meses sin vernos, y cuando llegamos al tema económico me preguntó: “¿En qué invertirías tus ahorros, con la que está cayendo en los mercados?” Una gran pregunta, de difícil respuesta…
Todos conocemos el nivel de incertidumbre que reina actualmente en los mercados financieros, originado principalmente por los conflictos geopolíticos y las tensiones comerciales; lo que genera desconcierto no solo en la población a la hora de tomar sus decisiones de consumo y ahorro, o en el ámbito empresarial y de negocios, ¡sino hasta en los mismos banqueros centrales que deben decidir qué política monetaria aplicar!
Por lo tanto, mi recomendación para este buen amigo fue que si le estresa mirar la evolución de los mercados financieros, y las fluctuaciones diarias le producen ansiedad, lo mejor será olvidarse de seguir las cotizaciones diariamente y centrarse en invertir a largo plazo, diversificar su cartera, aprovechar las herramientas que la tecnología pone su disposición, y hacer un seguimiento de sus inversiones más espaciado. Muchos de estos consejos (si no todos) ya hemos escuchado seguramente en más de una ocasión; pero considero importante detenerme en cada uno de ellos, para analizar detalladamente cada una de estas estrategias y adaptarlas al actual escenario.
Cómo desconectar de los mercados financieros
La inversión a largo plazo implica fijar un horizonte de inversión mínimo de cinco años, para lo cual deberán establecerse objetivos de mayor trascendencia, tales como podrían ser la formación de un capital que complemente la pensión pública, o que sirva para sufragar los gastos de estudios de los hijos, o para la compra de una futura vivienda, entre otros posibles destinos.
En la estrategia de inversión a largo plazo, no sirve de mucho analizar los vaivenes que afectan jornada tras jornada a los mercados financieros, dado que lo más adecuado será invertir en tendencias. Unas tendencias que en estos momentos podrían estar relacionadas con el envejecimiento poblacional, los cambios tecnológicos, el inevitable rearme europeo ante las amenazas y desafíos geopolíticos, la transición energética y el cambio climático, o los nuevos hábitos de consumo, por citar algunos ejemplos.
Según la tendencia elegida, implicará invertir en uno u otro sector económico. Por ejemplo, si nos decantamos por la tendencia relacionada al envejecimiento poblacional, inevitablemente estaremos apostando por el sector salud.
Si se opta por invertir a largo plazo, un seguimiento más espaciado de las inversiones será lo más adecuado, evitando así el estrés que implica hacer un seguimiento diario de los mercados, lo que a su vez permitirá destinar nuestros pensamientos y foco de atención a otros asuntos no menos relevantes. Y no por eso habrá que desentenderse del dinero invertido, dado que probablemente de vez en cuando haya que realizar algún ajuste en la estrategia adoptada; pero una periodicidad trimestral en la revisión de la estrategia será más que suficiente. Con esa periodicidad, notaremos que muchos de los sucesos que en estos días parecen determinantes, al cabo de unos meses ya han sido superados de una u otra forma; y más aún con la rapidez que se están produciendo. Ejemplo de ello podrían ser justamente los aranceles a las importaciones y penalizaciones que se establecen desde la Casa Blanca hoy, y las prórrogas a la aplicación de esos aranceles que se acordarán mañana, o las exenciones que se aplican al día siguiente. Todo eso puede generar mucho estrés, que podríamos evitar si cada tres o seis meses volviésemos a revisar lo sucedido; una práctica que nos sorprendería al ver que con esa periodicidad, cada vez que nos ponemos al día con lo sucedido nos enteramos directamente del resultado final del “partido”, y evitamos así la tensión que genera ver las diferentes “jugadas”.
Más espaciadas aún podrán ser nuestras revisiones, si nos apoyamos en las herramientas tecnológicas que ya se encuentran al alcance de los inversores; una ventaja que hace algunos años era impensable. Desarrollos como la inteligencia artificial o los Robo Advisor, permiten delegar una parte importante de la gestión de las inversiones a estas tecnologías que nos ayudan a tener en cuenta ciertos aspectos que en algunas ocasiones podríamos pasar por alto; lo que contribuirá a mejorar la rentabilidad del capital invertido y reducir el riesgo.
Y para mitigar aún más ese riesgo, es necesario diversificar el capital; lo que incluye una amplia gama de activos financieros y no financieros, reduciendo la exposición a los mercados financieros y a su evolución. Invertir en diversos sectores económicos, activos y geografías es lo que dará mayor estabilidad al capital en caso de crisis.
Pero aun siendo conscientes de la importancia de aplicar las estrategias anteriormente mencionadas, no siempre disponemos del tiempo suficiente o de la capacidad para aplicarlas óptimamente… ¿Cómo podríamos invertir en tantos sectores y diferentes activos, si solo disponemos de unos ahorros muy reducidos?
Para ello será mucho más cómodo y adecuado invertir en algún vehículo de inversión al que se pueda acceder con una pequeña cuantía, y que tenga como objetivo invertir a largo plazo, que invierta en una amplia gama de activos, que busque una descorrelación con los mercados financieros, y que optimice su gestión mediante el uso de herramientas tecnológicas pero que a su vez realice un seguimiento experto a través de gestores cualificados.
Ante ese desafío, la primera pregunta que se me vino a la mente es… ¿Habrá algún vehículo de inversión que reúna todas esas características? Y a ser posible, qué esté gestionado por una entidad francesa; por eso de generarle una ilusión a mi amigo…
Para mi alivio, la respuesta es sí.
Varenne Valeur
Este Fondo de Inversión mixta, flexible y global, busca una rentabilidad no correlacionada con los índices a medio plazo, aplicando una estrategia de inversión discrecional. Es por ese motivo que su estilo de gestión hace inaplicable la comparación con un indicador de referencia. Los activos del Fondo podrán invertirse en acciones y otros valores que proporcionen acceso al capital, así como en bonos y cualquier otro título de deuda negociable, incluidos títulos gubernamentales. A su vez podrá invertir en contratos financieros (por ejemplo, divisas, tipos, acciones, índices) negociados en mercados regulados o extrabursátiles, con fines de cobertura y/o exposición.
Con un horizonte de inversión mínimo recomendado de cinco años, el Fondo adopta estrategias de gestión como Long Equity (posiciones largas), Short Equity (posiciones cortas) y Arbitraje de Fusiones.
Long Equity: La aplicación de esta estrategia consiste en invertir en empresas de alta calidad en mercados desarrollados, utilizando bases de datos propias para un análisis integrado que combina aspectos fundamentales y de comportamiento. Los equipos especializados de la estrategia Long Equity implementan metodologías específicas, para aprovechar las mejores oportunidades de mercado.
Short Equity: Esta estrategia tiene como objetivo identificar empresas con riesgo de rentabilidad insostenible, deterioro fundamental del negocio o problemas financieros importantes, que podrían llevar a recapitalización, reestructuración de capital o liquidación. Al hacerlo, el Fondo accede al capital de estas empresas a precios reducidos, y una vez superadas las dificultades financieras de dichas compañías el Fondo puede obtener rendimientos significativos.
Arbitraje de Fusiones: Son las posiciones tomadas en empresas en proceso de fusiones, adquisiciones y reestructuraciones de capital anunciadas y favorables, con el objetivo de reducir la correlación de la cartera con los índices del mercado y potencialmente ofrecer un mayor rendimiento, especialmente durante las caídas del mercado. Mediante un sistema informático específico, el equipo detecta, en tiempo real y a nivel global, todas las nuevas operaciones anunciadas. Posteriormente, se centrará exclusivamente en aquellas que ofrezcan el perfil de riesgo/rentabilidad más favorable, según la evaluación del equipo.
El lanzamiento de este Fondo se produjo el 31 de Enero de 2003, y desde entonces su rendimiento ha sido ascendente, tal como se puede observar en la siguiente gráfica:
Concretamente, el rendimiento anual de los últimos años ha sido el siguiente:
Unas rentabilidades elevadas para el nivel de riesgo que presenta, de tan solo 3 en la escala del 1 al 7; lo que se traduce en un 10,68% de volatilidad.
El Fondo presenta 10 clases, las cuales te detallo en el siguiente cuadro:
La gestión del Fondo estará a cargo de Varenne Capital Partners, una sociedad Gestora independiente de Fondos de Inversión fundada en el año 2003 y con sede en París, y formada por un equipo de 49 personas cuyo objetivo consiste en proporcionar rentabilidades superiores a las que ofrece el mercado a largo plazo, asumiendo el mínimo riesgo posible. Para ello, combinan diversas estrategias de inversión que aplican en mercados globales desarrollados. A su vez, la firma hace un amplio uso de la tecnología como herramienta de investigación, priorizando la I+D para desarrollar metodologías originales, y sistemas de información a medida.
La cartera del Fondo estará compuesta por las siguientes principales posiciones:
Aunque la cartera del Fondo también incluye empresas como NETFLIX, ARISTA, o META.
A grandes rasgos, ya te he presentado este Fondo por si despierta tu curiosidad, y decides ampliar información e investigar un poco más; que es lo que te recomendaría antes de tomar cualquier decisión de inversión.
Y a modo de despedida, como diría mi amigo francés…
Au revoir et à bientôt!
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Focalizar la inversión para maximizar la rentabilidad