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Adivina adivinanza: “Algunos afirman que seguirán subiendo; otros dicen que se mantendrán, y el resto piensa que a partir de ahora bajarán…” ¿A quiénes crees que hacen referencia? Es evidente que ya lo has adivinado… ¡Sí! ¡A los tipos de interés! Los grandes protagonistas del sector financiero en estos momentos. 

Y es que si bien en esta ocasión no me toca hablar de los tipos de interés, sino del Fondo de Inversión Gesconsult Corto Plazo, quisiera detenerme para resaltar algunos aspectos que considero importantes sobre el escenario actual de tipos de interés; y verás cómo éstos se terminan relacionando con el Fondo de Inversión que hoy toca analizar. 

Tras la última reunión del BCE celebrada el pasado 26 de Octubre, se acordó mantener los tipos de interés sin cambios debido a la evolución favorable de la inflación; una inflación que ha ido disminuyendo notablemente en Europa hasta alcanzar un IPCA (Índice de Precios de Consumo Armonizado) del 2,9% y con tendencia a la baja, aproximándose a ese 2% de meta establecido por la autoridad monetaria.



Hasta aquí podríamos decir, que los datos demuestran la efectividad de la política monetaria contractiva adoptada por el BCE, aunque aún no se haya alcanzado ese objetivo máximo de inflación; por lo que todavía hay camino por recorrer. 

Pero de aquí en adelante, ¿qué crees que sucederá con los tipos de interés? Y te hago esta pregunta porque aunque quizás no seas experto en la materia, tu opinión será tan válida como la de aquellos que sí lo son, teniendo en cuenta que para estas cuestiones suelen emitirse opiniones de lo más variopintas. 

 

¡Hagan sus apuestas! 


A principios de este año, el consenso de Bloomberg preveía que el BCE implementaría alguna bajada de tipos a lo largo del ejercicio; o por ejemplo las previsiones de Bank of America para el 2023 apuntaban a que si bien los tipos de interés en Estados Unidos seguirían siendo elevados, éstos irían cayendo. 

En estos momentos, las previsiones de Bank of America apuntan a una nueva subida de tipos por parte de la Fed de 25 p.b. en Diciembre, principalmente debido a la fortaleza del mercado laboral. 

Para Europa, el mercado asigna los siguientes porcentajes de probabilidades, con respecto a los meses en que considera que se producirá la primera bajada de tipos de interés:


 
Y más que “probabilidades” de que los tipos de interés bajen a lo largo del 2024, en muchas ocasiones da la sensación de que dichas probabilidades son más bien “deseos” de que bajen los tipos. Así se explicaría el porqué desde principios de este año ya había analistas que pronosticaban bajadas de tipos a lo largo del ejercicio, cuando aún los niveles de inflación eran muy elevados, y las subidas de tipos no llevaban todavía ni un año de recorrido. 

Pero también existe la posibilidad, de que la autoridad monetaria decida mantener los tipos de interés en su nivel actual, dado que si los reduce, la lógica podría decirnos que la inflación volvería a subir; y que quizás para mantener una inflación en el 2% como máximo, posiblemente los tipos de interés en la zona euro tendrían que mantenerse por ejemplo en el 4,5% y no menos. Hasta ahora, los Bancos Centrales están “calibrando” el nivel de tipos de interés hasta lograr ese nivel óptimo de inflación. Una vez alcanzado el nivel óptimo de inflación, si se reducen los tipos, la inflación podría volver a su nivel inicial; por lo que no tendría sentido entonces todo el esfuerzo realizado hasta el momento. 

Otro probable escenario para la zona Euro del que se habla estos días, según estimaciones del FMI, es el de una posible estanflación (ralentización de la actividad económica pero con inflación). Si esto sucediera, la situación se complicaría para el BCE, dado que no tendría sentido seguir subiendo los tipos de interés cuando el consumo ya se hubiese situado en mínimos, aunque los precios siguieran subiendo de forma generalizada. ¿Y por qué podría darse esta situación? Por factores que no se relacionan con el consumo interno. Es importante aclarar que la inflación se suele generar (entre otros factores) principalmente por un incremento en el consumo de bienes y servicios: incremento de la demanda. Ejemplo de ello podría ser que si el mercado laboral es dinámico y con bajas tasas de desempleo (actualmente en el 6,4% para Europa), más personas tendrían poder de compra y también de endeudamiento. Gran parte de lo que se consume se adquiere mediante financiación, como la compra de un coche o de una vivienda… ¡y de esto último sí que sabemos los que estamos hipotecados! Por lo tanto, si la intención es frenar el consumo porque su evolución está ocasionando una subida de precios generalizada, el banco central no tiene más que subir los tipos de interés, a fin de encarecer el crédito y desalentar así el consumo. Y sobre el papel esto suena muy sencillo, pero… ¿Y si los precios siguen subiendo a pesar de una disminución del consumo y una caída en el volumen de financiación? En esa situación el margen de maniobra del banco central se vería reducido, dado que mayores subidas de tipos de interés ya no surtirían efecto sobre el nivel de precios, pero sí perjudicarían aun más al consumo y al nivel de empleo, dado que si no hay consumo, las empresas despiden personal. Esa subida de precios independiente del nivel de la demanda se puede dar como bien adelantaba, por factores que no se relacionan con el consumo, como por ejemplo un incremento en los precios de la energía, un incremento del precio del barril de petróleo, lo que encarecería por ejemplo el coste de transporte de los productos. Una mala cosecha también podría ser motivo para el incremento del precio de los alimentos; y en general, todos los factores que alteren de forma negativa a la oferta terminan afectando a los precios de los bienes y servicios, independientemente de su demanda. 


Los tipos de interés y la renta fija 

 
Hasta aquí hemos visto algunos de los posibles escenarios y previsiones, para la evolución de los tipos de interés de aquí en adelante. 

Y ante la elevada volatilidad en los mercados bursátiles debido a la incertidumbre y a los escenarios tan cambiantes de estos días, y a su vez ante la escasa o nula rentabilidad que aún ofrecen los depósitos a plazos, el ahorrador conservador encuentra una alternativa en la renta fija. Una renta fija que ofrece tranquilidad para aquellos que priorizan conservar su capital, y unas rentabilidades nada desdeñables en comparación con otras inversiones conservadoras, pero que también se verán afectadas por las variaciones de los tipos de interés. Como bien expliqué en anteriores artículos, una subida de tipos de interés no solo afecta a los particulares o empresas que mantengan endeudamiento, sino también a otras instituciones o incluso al propio Estado. En resumidas cuentas, si suben los tipos se encarece el coste de financiación; por lo que al Estado también le costará más caro endeudarse. Una de las vías de financiación del Estado e incluso de otras grandes corporaciones, es mediante la emisión de títulos de deuda (ej.: bonos, pagarés, letras del Tesoro, Obligaciones, etc.); y éstos se emitirán a diferentes plazos. Por lo tanto, aquellos ahorradores que adquieren algunos de estos títulos, lo que están haciendo es prestándole dinero al Estado o a la corporación/institución que hubiese emitido el título. Llegado el vencimiento, el emisor se compromete a devolver el capital recibido más los intereses/cupones anuales. Cabe aclarar que existen títulos con vencimiento a largo plazo como por ejemplo diez años. Diez años durante los cuales el emisor anualmente abona un interés/cupón fijo (de ahí el nombre de “renta fija”), y por lo tanto el tenedor del título recibe esos intereses fijos. 

Por lo tanto, ante escenarios de incertidumbre y movimiento constante de tipos de interés al alza, sin una fecha clara en cuanto al final de dichas subidas, ¿qué sentido te parece que tendría invertir en renta fija a largo plazo, teniendo que mantener un título de deuda que me paga un interés fijo durante varios años, en momentos en que los tipos del mercado no paran de subir? ¡Me estaría perdiendo la posibilidad de actualizar mi rentabilidad al compás de las subidas de tipos! ¿Para qué quedarme anclado con una rentabilidad fija, si puedo mejorar el nivel de rentabilidad mediante las sucesivas subidas de los tipos de interés? 

Para ello, la alternativa consiste en invertir en renta fija pero a plazos cortos. Para ganar la Liga, es necesario ir “partido a partido”… ¿Te suena esa frase? Sí, la del Cholo Simeone. Y en nuestro caso, para obtener una rentabilidad considerable a lo largo del tiempo, la estrategia consistiría en invertir a corto plazo, y una vez llegado el vencimiento, reinvertir a tipos de interés actualizados. De esta forma, a largo plazo se habrá obtenido mayor rentabilidad que si se hubiese invertido en un solo título de renta fija a largo plazo, dado que ese título no habrá ofrecido rentas actualizadas. 

Pero invertir a plazos cortos, requiere de mucha habilidad y tiempo de dedicación; un tiempo del que muchas veces no disponemos.  

Para eso, existe la posibilidad de invertir de forma indirecta en renta fija a corto plazo, y con eso me refiero a que puedes hacerlo mediante fondos de inversión, ya que serán los Gestores del Fondo quienes se encarguen de realizar las inversiones y los análisis de mercados, emisores, evolución de tipos de interés, y demás variables necesarias a tener en cuenta. 

 

Análisis del Fondo Gesconsult Corto Plazo 

 
Por fin hemos llegado al análisis del Fondo que hoy aquí nos reúne. 

Desde su constitución en el año 1991, invierte en renta fija a muy corto plazo, dado que los vencimientos de sus activos suelen ser inferiores a un año; lo que es una gran ventaja para tiempos de incertidumbre sobre el futuro de los tipos de interés, y para escenarios de subidas constantes de tipos. 

Como es de esperar, ofrece un nivel de riesgo muy reducido, que en escala del 1 al 7 se traduce en solo un 1.



A su vez dispone de dos clases: Clase A (ISIN ES0138922036) y Clase I (ISIN ES0138922069); esta última para inversiones a partir del millón de euros. Para la Clase A, solo es necesario invertir en un mínimo de una participación, el equivalente a 6 euros. 

El Fondo toma como referencia a la rentabilidad del índice Euribor 12 meses, gestionándose con un objetivo de volatilidad máxima inferior al 0,5% anual. Puede invertir tanto en activos de renta fija pública como en renta fija privada. 

Éstos están distribuidos de la siguiente manera:



Sus principales posiciones son las siguientes:



Desde que se constituyó el Fondo, éste ha ido mejorando su rentabilidad llegando a superar a sus equiparables, e incluso al índice de referencia utilizado por Morningstar para su categoría: el FTSE EUR EuroDeposit 3 Month EUR [Idx]



Con sus cuatro estrellas asignadas por el proveedor de análisis financiero Morningstar, las rentabilidades obtenidas durante los últimos años concretamente han sido las siguientes:


 
No obstante, antes de tomar cualquier decisión sobre invertir en un Fondo, mis recomendaciones siempre serán las mismas: investiga y amplía información sobre el Fondo de Inversión, para que puedas tomar decisiones con suficiente información que te ayude a valorar diferentes aspectos. 

Y hasta aquí hemos llegado por hoy. 

Espero entonces que para nuestro próximo encuentro, la evolución de los tipos de interés te haya resultado favorable, y hayas podido tomar las mejores decisiones de inversión. 

Un saludo, ¡y hasta la próxima! 


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