La historia de Danone es la de una compañía que nació con vocación local y que terminó convirtiéndose en una multinacional de referencia en el sector alimentario mundial. Sus orígenes se remontan a 1919, cuando Isaac Carasso comenzó a producir yogures en Barcelona inspirándose en técnicas búlgaras y en la idea de comercializar un producto sano y digestivo. Aquellos primeros yogures, vendidos en farmacias antes que en tiendas de alimentación, marcaron el inicio de una trayectoria empresarial que pronto trasladó su sede a París y que, con el paso de las décadas, se expandió a más de 120 países. Hoy en día Danone es sinónimo de alimentación saludable, innovación en productos lácteos y vegetales, nutrición infantil y médica, así como de liderazgo en aguas embotelladas. Su evolución histórica muestra la capacidad de adaptación de una empresa que ha sabido reinventarse para responder a los cambios sociales, demográficos y económicos que han marcado el último siglo.
Desde una perspectiva financiera y estratégica, Danone se sitúa como una de las principales compañías del sector de gran consumo en Europa y a escala global. Sus ingresos superan los 27 000 millones de euros anuales y su capitalización bursátil ronda los 40 000 millones, situándola como un valor defensivo dentro del CAC 40. La compañía combina un portafolio de marcas icónicas, con fuerte arraigo en la mente del consumidor, con apuestas innovadoras en nuevas categorías de alto crecimiento, como las alternativas vegetales o la nutrición médica. Este equilibrio entre tradición e innovación constituye uno de los rasgos diferenciales de Danone frente a competidores de mayor tamaño como Nestlé o Unilever, que también operan en segmentos similares.
El sector en el que opera Danone se caracteriza por ser altamente competitivo, fragmentado y sometido a presiones constantes tanto de oferta como de demanda. En la oferta, la volatilidad de los precios de las materias primas y la energía impacta directamente en los márgenes de las compañías. En la demanda, los consumidores muestran patrones cada vez más complejos: por un lado buscan productos accesibles en precio, lo que da espacio al crecimiento de marcas blancas; por otro, demandan alimentos más saludables, sostenibles y con beneficios funcionales, lo que obliga a las multinacionales a invertir en innovación y marketing. Esta dualidad de consumo genera un entorno en el que la diferenciación y la eficiencia son igualmente necesarias para sostener el crecimiento y la rentabilidad.
La identidad de Danone no puede entenderse sin tener en cuenta su posicionamiento como empresa con propósito. En 2020, la compañía se convirtió en la primera gran cotizada francesa en adoptar el estatus de Entreprise à Mission, lo que supuso inscribir en sus estatutos objetivos sociales y medioambientales junto a los financieros. Este movimiento fue aplaudido en su momento como un ejemplo de liderazgo en sostenibilidad, pero también generó tensiones con ciertos inversores que consideraban que la rentabilidad financiera debía estar por encima de cualquier otro objetivo. La posterior salida de Emmanuel Faber en 2021, presionado por fondos activistas, mostró que el mercado no está dispuesto a sacrificar retornos en nombre de la misión corporativa.
El plan estratégico Renew Danone, lanzado bajo el liderazgo de Antoine de Saint-Affrique, responde precisamente a esta necesidad de equilibrio. Su objetivo es simplificar la estructura organizativa, reforzar los márgenes y mejorar la eficiencia, al tiempo que se mantiene el compromiso con la sostenibilidad y la innovación. En términos prácticos, esto implica priorizar inversiones en segmentos de mayor valor añadido como la nutrición médica y las alternativas vegetales, fortalecer la disciplina de costes en lácteos y aguas, y acelerar la transición hacia envases sostenibles. La reacción de los mercados a este plan ha sido positiva, con una recuperación de la cotización y una mejora en las recomendaciones de los analistas, lo que indica que el equilibrio entre rentabilidad y propósito es posible si se gestiona con disciplina.
Desde el punto de vista financiero, Danone se encuentra en una posición relativamente sólida. Sus ingresos superan los 27 000 millones de euros, con una distribución equilibrada entre sus tres divisiones: Essential Dairy & Plant-Based (alrededor del 50 %), Specialized Nutrition (30 %) y Waters (20 %). Esta diversificación le permite amortiguar los efectos de crisis en segmentos concretos, como se vio durante la pandemia, cuando la caída del consumo de aguas fuera del hogar fue compensada por la estabilidad de la nutrición médica y el crecimiento de los productos vegetales. El margen operativo se sitúa en torno al 13–14 %, un nivel competitivo en el sector aunque inferior al de Nestlé, lo que refleja tanto el potencial de mejora como la presión que enfrenta la compañía. El beneficio neto ronda los 2 200 millones de euros y la deuda neta se ha reducido a alrededor de 2,5 veces EBITDA, un nivel considerado manejable. La política de dividendos, con un payout cercano al 50 %, asegura una rentabilidad para el accionista en torno al 3 %, lo que refuerza su perfil defensivo.
La presencia geográfica de Danone también es un factor clave para su solidez. La compañía opera en más de 120 países, con una distribución equilibrada entre Europa, Norteamérica, Asia y América Latina. Europa sigue siendo el principal mercado, aunque con un crecimiento más moderado, mientras que Asia se ha consolidado como motor de expansión, especialmente gracias a la nutrición médica y a las alternativas vegetales. América Latina aporta dinamismo pero con elevada volatilidad por factores cambiarios, mientras que África y Oriente Medio representan oportunidades de crecimiento a largo plazo. Esta diversificación geográfica permite a Danone equilibrar riesgos y aprovechar oportunidades en diferentes regiones, aunque también incrementa la complejidad de gestión.
En España, Danone mantiene un papel estratégico tanto por razones históricas como operativas. El mercado español, donde la compañía alcanzó en 2023 una facturación de 900 millones de euros, se ha consolidado como uno de los más importantes de Europa. La inversión en innovación es especialmente notable, con más de 50 lanzamientos anuales, y la diversificación hacia nutrición infantil en 2025 refuerza su portafolio local. A nivel industrial, las fábricas de Aldaia, Tres Cantos, Lanjarón, Sant Hilari y Sigüenza no solo abastecen al mercado nacional, sino que también exportan de manera significativa, contribuyendo a la eficiencia global del grupo. La planta de Aldaia, en particular, es la mayor de Europa por extensión y se ha convertido en un referente en sostenibilidad gracias a la instalación de la mayor planta solar del grupo en el continente.
La gobernanza de Danone constituye otro aspecto esencial de su visión general. La salida de Emmanuel Faber y la llegada de Antoine de Saint-Affrique ilustran la influencia creciente de los inversores institucionales en la toma de decisiones. Al mismo tiempo, la identidad de Entreprise à Mission obliga al consejo de administración a equilibrar las demandas de rentabilidad con los compromisos sociales y medioambientales.
En términos de imagen pública, Danone mantiene una fuerte asociación con la salud, la sostenibilidad y la innovación. Sus campañas de comunicación insisten en el valor nutricional de sus productos, en el compromiso con la reducción de emisiones y en la transición hacia envases sostenibles. Este posicionamiento le permite conectar con consumidores cada vez más preocupados por el impacto ambiental y social de sus decisiones de compra. No obstante, también la expone a un escrutinio constante: cualquier incumplimiento de sus compromisos o cualquier incidente relacionado con la seguridad alimentaria puede tener un impacto negativo desproporcionado en su reputación.
Las fortalezas de Danone radican en la diversificación de su portafolio, en la solidez de sus marcas y en su capacidad de innovar en categorías de alto crecimiento. Sus debilidades incluyen la presión competitiva en lácteos y aguas, la necesidad de mejorar márgenes y la tensión entre propósito y rentabilidad. El contexto global ofrece tanto oportunidades como amenazas, y la clave para Danone será mantener el equilibrio entre tradición e innovación, entre volumen y rentabilidad, y entre propósito y disciplina financiera.
Estructura de negocio y líneas operativas
La organización de sus actividades en tres divisiones principales —Essential Dairy & Plant-Based, Specialized Nutrition y Waters— responde tanto a criterios históricos como a la necesidad de adaptarse a megatendencias globales de salud, sostenibilidad y hábitos de consumo. Cada una de estas divisiones no solo aporta ingresos y beneficios, sino que también tiene un papel específico en la construcción de la identidad de la compañía. Essential Dairy & Plant-Based (EDP) refleja el origen de Danone y su apuesta por la innovación alimentaria; Specialized Nutrition concentra el conocimiento científico y la orientación hacia segmentos de mayor valor añadido; y Waters refuerza la visibilidad de la marca en torno a la pureza y la salud.
La división Essential Dairy & Plant-Based representa alrededor de la mitad de los ingresos de la compañía y se ha consolidado como su columna vertebral. En esta división conviven los productos lácteos tradicionales, herencia fundacional de la empresa, con las alternativas vegetales que constituyen una de las principales apuestas de crecimiento. El negocio lácteo incluye marcas icónicas como Danone, Activia, Actimel, Danacol, Vitalinea o YoPRO, presentes en numerosos países y adaptadas a distintos segmentos de consumidores. Estos productos se diferencian por su valor nutricional, por la incorporación de probióticos y por el desarrollo de gamas funcionales dirigidas a mejorar la digestión, la salud cardiovascular o el rendimiento físico. En Europa, Activia y Actimel son referentes en la categoría de yogures funcionales, mientras que en Latinoamérica o Asia, el portafolio se adapta a preferencias locales mediante sabores, formatos y campañas de marketing específicas. El desafío en este segmento es la creciente competencia de las marcas de distribuidor y la menor dinámica de crecimiento en mercados maduros, donde el consumo per cápita de lácteos está estancado o en retroceso.
Precisamente para contrarrestar esta tendencia, Danone ha reforzado la parte vegetal del negocio, especialmente a partir de la adquisición de WhiteWave en 2017. Con esta operación, valorada en unos 12 500 millones de dólares, Danone incorporó marcas como Alpro, Silk, Vega y So Delicious, líderes en el mercado de bebidas y alimentos vegetales. Desde entonces, las alternativas vegetales se han convertido en uno de los motores de crecimiento más relevantes para la compañía. El mercado global de alternativas lácteas vegetales se estima en más de 25 000 millones de euros y crece a tasas anuales de doble dígito, impulsado por el auge del veganismo, el flexitarianismo y la mayor conciencia medioambiental. Danone ha sabido capitalizar esta tendencia desarrollando gamas de bebidas a base de soja, avena, almendra y coco, así como postres y yogures vegetales. El segmento vegetal no solo complementa el portafolio lácteo, sino que permite diversificar riesgos y mejorar la percepción de la compañía como líder en nutrición sostenible. Aunque los márgenes de este segmento son todavía inferiores a los de la nutrición especializada, el dinamismo de su crecimiento y la fidelización que genera entre consumidores jóvenes lo convierten en un activo estratégico de primer orden.
La segunda gran división, Specialized Nutrition, aporta en torno al 30 % de las ventas de Danone pero su peso en beneficios es superior gracias a sus márgenes más elevados, que superan el 20 %. Este segmento se divide en nutrición infantil y nutrición médica, dos áreas de negocio con dinámicas y desafíos propios pero unidas por la necesidad de innovación científica y altos estándares de calidad. La nutrición infantil incluye marcas como Aptamil, Nutrilon y Blédina, que ofrecen fórmulas lácteas, cereales y alimentos adaptados a las necesidades de bebés y niños pequeños. Se trata de un mercado resiliente, con fuerte vinculación emocional y sanitaria para las familias, pero también muy sensible a factores demográficos. En China, uno de los mayores mercados mundiales, la caída de la natalidad ha reducido las perspectivas de crecimiento, aunque la confianza de las familias en marcas internacionales mantiene la relevancia de este negocio. En paralelo, la expansión hacia mercados emergentes como India, Indonesia o África abre oportunidades significativas gracias a tasas de natalidad más elevadas.
La nutrición médica, comercializada bajo la marca Nutricia, constituye uno de los pilares de mayor rentabilidad para Danone. Este segmento incluye fórmulas y soluciones nutricionales específicas para pacientes oncológicos, personas con problemas de deglución, pacientes con enfermedades metabólicas o adultos mayores en situación de fragilidad nutricional. El envejecimiento de la población en Europa, Japón y Estados Unidos asegura una demanda creciente, mientras que la mayor incidencia de enfermedades crónicas refuerza la necesidad de productos de este tipo. La nutrición médica requiere fuertes inversiones en investigación y ensayos clínicos, lo que constituye una barrera de entrada frente a competidores y garantiza márgenes superiores. En este segmento Danone compite con empresas como Abbott y Nestlé Health Science, pero ha logrado consolidar una posición relevante gracias a la calidad de sus productos y a su red de distribución en hospitales y farmacias.
La tercera división, Waters, completa la estructura operativa de Danone con alrededor del 20 % de las ventas. Este negocio incluye marcas globales como Evian y Volvic, así como marcas locales como Font Vella y Lanjarón en España. Evian es uno de los iconos mundiales en aguas embotelladas premium, asociada a pureza, naturalidad y estilo de vida saludable. Volvic, por su parte, se posiciona en el segmento de aguas volcánicas con fuerte reconocimiento en Europa y Asia. Font Vella y Lanjarón mantienen posiciones de liderazgo en el mercado español, reforzando la identidad local del portafolio de Danone. El segmento de aguas ofrece notoriedad de marca y refuerza la asociación de la compañía con la salud, pero enfrenta desafíos importantes: la estacionalidad, la fuerte competencia de Nestlé y PepsiCo, y la presión regulatoria en torno al uso de envases plásticos. Para enfrentar estos retos, Danone ha invertido de manera significativa en innovación de envases y en iniciativas de circularidad, con el objetivo de que todas sus botellas sean 100 % reciclables en 2025.
Más allá de la división por productos, la estructura de negocio de Danone se organiza geográficamente en cinco grandes regiones: Europa, Norteamérica, América Latina, Asia y África-Oriente Medio. Europa sigue siendo el principal mercado en ingresos, con un peso cercano al 40 %, aunque con tasas de crecimiento moderadas. Norteamérica representa en torno al 25 % de las ventas, impulsada por la fortaleza de Alpro y Silk en vegetales. Asia se consolida como motor de crecimiento, especialmente en nutrición médica y alternativas vegetales, con un crecimiento superior al 10 % anual. América Latina aporta dinamismo pero con volatilidad cambiaria, mientras que África y Oriente Medio son regiones con gran potencial a largo plazo aunque con un peso todavía reducido. Esta diversificación geográfica es una fortaleza, ya que permite equilibrar riesgos y aprovechar oportunidades en distintos mercados.
España ocupa un lugar relevante en la estructura global de Danone, tanto como mercado como centro de producción. La compañía cuenta con varias fábricas en el país: Aldaia, en Valencia, la mayor planta de Danone en Europa; Tres Cantos, en Madrid, especializada en innovación en yogures; Lanjarón, en Granada, dedicada a agua mineral natural; Sant Hilari, en Girona, también enfocada en agua; y Sigüenza, en Guadalajara. La planta de Aldaia produce referencias como Activia, Vitalinea, Danacol y YoPRO, exportando más del 60 % de su producción. Esta instalación también alberga la mayor planta solar del grupo en Europa, lo que la convierte en un referente en sostenibilidad. En conjunto, Danone invierte más de 120 millones de euros anuales en España.
El análisis de la estructura operativa de Danone no estaría completo sin considerar la rentabilidad relativa de cada división. Mientras que EDP genera la mitad de los ingresos, sus márgenes son más ajustados debido a la presión competitiva y a la volatilidad de materias primas. Specialized Nutrition, en cambio, aporta el 30 % de los ingresos pero una proporción mayor del beneficio operativo gracias a sus márgenes superiores. Waters, aunque aporta notoriedad y visibilidad global, es el segmento con menor margen, condicionado por la competencia y los costes asociados a envases sostenibles. Este mix de volumen y rentabilidad es uno de los principales desafíos de la compañía: mantener el peso de EDP como columna vertebral sin que ello erosione la rentabilidad consolidada, mientras se potencia Specialized Nutrition como motor de beneficios.
Resultados financieros recientes
El análisis de los resultados financieros recientes de Danone resulta fundamental para comprender la evolución de su modelo de negocio y el grado de efectividad de sus estrategias. Las cifras de la compañía en los últimos ejercicios reflejan tanto la solidez de sus divisiones como la vulnerabilidad de algunos segmentos expuestos a mayores presiones competitivas y regulatorias. Para los analistas financieros, Danone se configura como un valor defensivo con capacidad de generar caja estable, aunque con retos importantes para mejorar márgenes y sostener un crecimiento equilibrado.
En 2023, la compañía registró ingresos consolidados superiores a los 27 000 millones de euros, lo que representó un crecimiento orgánico cercano al 6 %. Este avance se explicó principalmente por un incremento de precios en torno al 5 % y un crecimiento en volúmenes cercano al 1 %. La inflación de materias primas y de costes logísticos obligó a trasladar parte del encarecimiento al consumidor, pero la demanda se mostró resiliente. El margen operativo recurrente alcanzó el 13,8 %, mejorando ligeramente respecto al año anterior, mientras que el beneficio neto atribuible al grupo se situó en torno a los 2 100 millones de euros. El flujo de caja libre ascendió a unos 1 900 millones, lo que permitió reducir deuda y mantener un dividendo estable.
El ejercicio 2024 consolidó la senda de recuperación. Los ingresos crecieron hasta 27 600 millones de euros, con un crecimiento orgánico de más del 6 %, impulsado tanto por precios como por volúmenes. EDP creció un 4 %, destacando el dinamismo de las alternativas vegetales, que compensaron la debilidad de los lácteos tradicionales en Europa. Specialized Nutrition avanzó un 5 %, con una sólida aportación de la nutrición médica, que creció un 8 %. Waters experimentó un incremento cercano al 7 %, favorecido por la normalización del consumo fuera del hogar y la fortaleza de Evian y Volvic en mercados internacionales. El margen operativo consolidado subió al 14 %, y el beneficio neto ascendió a unos 2 200 millones de euros. El flujo de caja libre se mantuvo robusto, cerca de 2 000 millones, y la deuda neta descendió a niveles de 9 500 millones, equivalente a unas 2,7 veces EBITDA.
El primer semestre de 2025 constituye la referencia más actual y confirma la solidez de esta tendencia. Danone alcanzó ingresos de 13 737 millones de euros, lo que supuso un crecimiento orgánico del 4,2 % respecto al mismo período del año anterior. De esta cifra, el 1,7 % correspondió a incrementos de precios y el 2,6 % a crecimiento en volumen, lo que muestra una recuperación de la elasticidad de la demanda tras los ajustes de precios de años anteriores. El beneficio operativo recurrente ascendió a 1 811 millones, con un incremento del 3,7 %, y el margen operativo recurrente se situó en 13,2 %. El beneficio por acción recurrente aumentó un 5,8 %, mientras que el reportado descendió ligeramente debido a costes extraordinarios vinculados a ajustes contables y procesos de transformación. El flujo de caja libre alcanzó 1 172 millones de euros, suficiente para mantener flexibilidad financiera. La deuda neta se redujo a 9 100 millones, con un ratio deuda neta/EBITDA de 2,5 veces.
Por divisiones, Essential Dairy & Plant-Based generó 6 800 millones de euros, con un crecimiento del 3 %. El negocio de lácteos mostró un avance modesto en Europa y América, mientras que las alternativas vegetales registraron un crecimiento de doble dígito, consolidándose como motor estratégico. Specialized Nutrition alcanzó 4 100 millones, con un crecimiento del 5 %. La nutrición médica fue el principal impulsor, con un 7 %, mientras que la nutrición infantil se mantuvo estable: la caída de la natalidad en China fue compensada por avances en otros mercados emergentes. Waters aportó 2 800 millones, con un crecimiento del 6 %, apoyado en el consumo fuera del hogar en Europa y en el dinamismo de Evian. En términos de rentabilidad, Specialized Nutrition continúa siendo el segmento más rentable, con márgenes superiores al 20 %, mientras que EDP afronta presiones de costes y Waters soporta el peso de los envases sostenibles.
Desde una perspectiva geográfica, Europa representa el 40 % de los ingresos, con un crecimiento del 2,2 %. Norteamérica aporta el 25 %, con un crecimiento del 3 %, impulsado por Silk y Alpro. América Latina supone el 10 %, con dinamismo en volumen pero afectada por depreciaciones de divisas. Asia creció un 11 %, confirmándose como el motor más fuerte, gracias a nutrición médica y alternativas vegetales. África y Oriente Medio contribuyeron con un 6 %, aunque con menor peso en el total.
Los indicadores de rentabilidad muestran una recuperación progresiva. El margen operativo del 13,2 % en 2025 indica disciplina de costes y una mejora de la eficiencia. El retorno sobre capital empleado (ROCE) se situó en el 10 %, mejorando frente a años anteriores, y la rentabilidad por dividendo se mantuvo en torno al 3 %. Estos indicadores posicionan a Danone como una compañía sólida, aunque todavía por debajo de Nestlé, que mantiene márgenes del 15–16 % y múltiplos de valoración más elevados.
La comparación con competidores es ilustrativa. Nestlé supera los 90 000 millones de ingresos, con una diversificación más amplia y márgenes más altos. Unilever, aunque comparte segmento en helados y nutrición, se diferencia por su peso en cuidado personal y limpieza. Lactalis, aunque privada, representa una amenaza importante en lácteos. PepsiCo compite en aguas, mientras que Abbott y Reckitt son rivales en nutrición especializada. Danone ocupa un espacio intermedio: menor escala que Nestlé, pero mayor especialización en salud y sostenibilidad, lo que le permite diferenciarse.
En España, los resultados son especialmente relevantes. La facturación de 2023 alcanzó los 900 millones, el máximo desde 2015. Los lanzamientos innovadores, como YoPRO o Danacol con nuevos formatos, han fortalecido la posición de la compañía. La entrada de Blédina en 2025 en nutrición infantil diversifica aún más el negocio. Las fábricas españolas, especialmente Aldaia, exportan buena parte de la producción y refuerzan la competitividad global. Aldaia destaca además por su planta solar, la mayor del grupo en Europa, lo que convierte a España en referente en innovación sostenible dentro del grupo.
El balance muestra una compañía en proceso de desapalancamiento. La deuda neta ha bajado de niveles superiores a 11 000 millones en 2021 a 9 100 millones en 2025. El ratio deuda neta/EBITDA de 2,5x es manejable y compatible con su política de inversión y dividendos. La liquidez es sólida, con vencimientos escalonados y acceso a líneas de crédito. Esto permite a Danone sostener proyectos de innovación y transición sostenible sin comprometer su solidez financiera.
Situación en Bolsa y estructura accionarial
La situación bursátil de Danone constituye un reflejo directo de su desempeño financiero, de las decisiones estratégicas que ha adoptado en los últimos años y de la percepción que los mercados tienen de su capacidad de generar valor. Como empresa cotizada en la Bolsa de París y miembro del CAC 40, Danone está sometida al escrutinio constante de analistas, gestores de fondos y medios de comunicación especializados. Su acción es considerada un valor defensivo, con ingresos recurrentes y baja volatilidad relativa, pero la evolución de la última década demuestra que también está expuesta a periodos de tensión derivados de la competencia, la presión de márgenes, los cambios en hábitos de consumo y la propia gobernanza corporativa.
Durante la primera mitad de la década de 2010, la acción de Danone ofrecía un comportamiento relativamente estable, consolidándose en torno a los 60-65 euros por título. Los inversores la percibían como un valor sólido, anclado en un portafolio diversificado y con capacidad de generar caja incluso en contextos de bajo crecimiento económico. Sin embargo, la segunda mitad de la década trajo mayores desafíos. La ralentización en los segmentos de lácteos en Europa, la presión competitiva de Lactalis y las marcas blancas, y la necesidad de invertir en innovación redujeron las expectativas de crecimiento. A ello se sumaron dudas sobre la estrategia de expansión en mercados emergentes, donde la volatilidad de divisas afectaba la rentabilidad en euros.
La pandemia de 2020 supuso un shock particularmente duro. El negocio de aguas se desplomó con el cierre del canal horeca y la reducción del turismo, lo que provocó una caída abrupta de ingresos en esa división. Aunque la nutrición médica resistió relativamente bien y las alternativas vegetales crecieron, el mercado castigó a la compañía, y la acción llegó a caer por debajo de los 50 euros, niveles que no se veían en más de una década. Este desplome coincidió con el inicio de tensiones en la gobernanza: Emmanuel Faber, consejero delegado y presidente, fue criticado por no haber reaccionado con suficiente rapidez y por dar prioridad a la identidad sostenible de la empresa frente a la necesidad de rentabilidad. La presión de varios fondos activistas culminó en su destitución en 2021. Este episodio evidenció que, pese a su estatus de Entreprise à Mission, Danone no estaba blindada frente a la lógica del mercado de capitales ni frente a los inversores que exigen retornos inmediatos.
El nombramiento de Antoine de Saint-Affrique marcó un punto de inflexión. Bajo su liderazgo se lanzó el plan Renew Danone, que convenció a los mercados con un enfoque más pragmático: simplificación organizativa, refuerzo de márgenes, venta de activos no estratégicos y focalización en categorías rentables. Los resultados comenzaron a verse en 2022 y 2023, con mejoras en la rentabilidad y en el flujo de caja, lo que permitió que la acción recuperara parte del terreno perdido. En 2023, la revalorización fue del 12 %, situando el precio en torno a los 60 euros, con una capitalización cercana a los 38 000 millones de euros. En 2024, el desempeño continuó positivo, alcanzando los 40 000 millones de euros de valor bursátil. En el primer semestre de 2025, la acción se ha apreciado en torno a un 7 %, hasta unos 64 euros, con una capitalización de 41 000 millones, ligeramente por encima del promedio del CAC 40.
Los múltiplos de valoración ofrecen otra perspectiva. Actualmente, Danone cotiza a un PER de unas 18 veces, en línea con la media del sector de gran consumo europeo, pero por debajo de Nestlé, que cotiza a 21-22 veces gracias a su mayor escala y diversificación. El ratio EV/EBITDA de Danone ronda las 10,5 veces, de nuevo en línea con Unilever pero inferior al de compañías con exposición a categorías de más rápido crecimiento, como bebidas energéticas o nutrición deportiva. Esto refleja que el mercado reconoce la solidez de Danone y su capacidad de generar caja, pero todavía le aplica un descuento frente a líderes globales.
La política de retribución al accionista es clave en este contexto. Danone distribuye un dividendo de 2 euros por acción, equivalente a una rentabilidad cercana al 3 %, con un payout del 50 %. Esta estrategia equilibra el atractivo para el inversor defensivo con la prudencia necesaria para mantener inversión en innovación y sostenibilidad. A diferencia de otras multinacionales, Danone apenas recurre a recompras de acciones, lo que limita la presión alcista en la cotización, pero refuerza la disciplina financiera. Para fondos de pensiones y gestores institucionales con horizontes a largo plazo, este perfil resulta atractivo.
La estructura accionarial de Danone es representativa de una gran multinacional europea cotizada: dispersa, dominada por institucionales y sin un accionista de control. BlackRock es el principal con más del 5 % del capital, seguido de Vanguard (~3 %) y Norges Bank, el fondo soberano noruego. Estos actores garantizan estabilidad, liquidez y exigencia de transparencia. Destaca también Artisan Partners, una gestora estadounidense fundada por Andrew y Carlene Ziegler y cotizada en Nueva York, que en los últimos años ha incrementado su peso en el capital. Artisan, a diferencia de gestores pasivos, es activista en su enfoque y exige disciplina y creación de valor. Los empleados de Danone, a través de fondos de pensiones y planes de acciones, poseen cerca del 3 % del capital, reforzando la identificación interna con la evolución bursátil.
Riesgos y desafíos
El análisis de riesgos y desafíos en una multinacional como Danone es indispensable para evaluar tanto su capacidad de sostener resultados como su potencial de crecimiento en un entorno global que se caracteriza por la incertidumbre y la competencia intensa. Aunque el sector de alimentación y bebidas se percibe generalmente como defensivo debido a la recurrencia del consumo, las dinámicas actuales muestran que la estabilidad no está garantizada y que los líderes del mercado se enfrentan a presiones constantes. Para Danone, el amplio abanico de categorías y geografías en las que opera significa que sus amenazas son múltiples y que requieren una gestión sofisticada.
El primer gran riesgo es la presión competitiva. En el segmento de productos lácteos y vegetales, Danone enfrenta la competencia de Nestlé, Lactalis, General Mills y las marcas blancas. Estas últimas, especialmente en Europa, han ganado cuota de mercado con propuestas de calidad aceptable y precios más bajos, erosionando la prima de valor de marcas consolidadas como Activia o Danone. La defensa frente a esta presión requiere innovación continua, diferenciación clara y campañas de marketing intensivas. En el negocio de aguas, la competencia con Nestlé (Perrier, San Pellegrino) y PepsiCo (Aquafina) añade presión en márgenes, especialmente en mercados maduros. La diferenciación por sostenibilidad es clave, pero costosa.
Un segundo riesgo proviene de los cambios en los patrones de consumo. La tendencia hacia dietas veganas, flexitarianas y más conscientes de la sostenibilidad ofrece oportunidades en vegetales, pero amenaza la relevancia de los lácteos tradicionales, todavía núcleo del negocio. El éxito de Alpro o Silk muestra que Danone puede capitalizar estas tendencias, pero startups más ágiles también aprovechan estos nichos y capturan consumidores jóvenes. Además, la fragmentación de las preferencias implica mayores costes de innovación y riesgo de fracaso en lanzamientos.
La nutrición infantil enfrenta riesgos demográficos. En mercados clave como China, la caída de natalidad limita el crecimiento de fórmulas lácteas. Aunque la compañía compensa en mercados emergentes con mayor dinamismo, la presión regulatoria y cultural en cada país añade complejidad. La nutrición infantil es altamente sensible a crisis de confianza: cualquier problema de seguridad alimentaria puede generar pérdidas de cuota irreversibles. La nutrición médica, aunque rentable, depende de sistemas de salud y de políticas de reembolso que pueden restringir su expansión en contextos de austeridad presupuestaria.
Otro riesgo central es el de costes de materias primas. La volatilidad en el precio de la leche, cereales, azúcar y aceites impacta directamente en el margen. Danone puede trasladar parte de estos incrementos al consumidor, pero en un contexto de inflación y sensibilidad al precio, el riesgo de pérdida de cuota es real. A ello se suman los costes energéticos y logísticos, que se dispararon en 2022–2023 y aunque moderados en 2024–2025, siguen siendo elevados. La gestión eficiente de la cadena de suministro es esencial para proteger la rentabilidad.
La exposición geopolítica constituye un desafío adicional. Danone obtiene ingresos relevantes en Asia, América Latina y África, regiones con alto potencial pero también con riesgos políticos, regulatorios y cambiarios. El ejemplo de Rusia, donde Danone se vio forzada a deshacerse de su negocio en 2023 a raíz de la guerra en Ucrania, muestra cómo decisiones externas pueden obligar a sacrificar ingresos y activos. En China, el marco regulatorio en nutrición infantil es estricto y puede cambiar rápidamente, afectando importaciones y licencias. En América Latina, la inestabilidad macroeconómica y la depreciación de divisas erosionan los resultados en euros.
Los riesgos financieros también son relevantes. Aunque Danone ha reducido su deuda neta a 9 100 millones en 2025, con un ratio de 2,5 veces EBITDA, el contexto de tipos de interés elevados aumenta el coste de refinanciación y limita la flexibilidad. La compañía necesita invertir en sostenibilidad, digitalización y expansión, y para ello depende del acceso a mercados de capital en condiciones favorables. Una pérdida de credibilidad financiera podría encarecer esta financiación.
El marco regulatorio es otro frente de riesgo. La presión para reducir plásticos de un solo uso afecta directamente al negocio de aguas. Danone se ha comprometido a lograr envases 100 % reciclables en 2025, pero el cumplimiento implica inversiones significativas. La introducción de impuestos al plástico en países europeos encarece costes, mientras que restricciones a la publicidad de alimentos infantiles o nuevas normativas de etiquetado pueden limitar la diferenciación de productos.