El dinero es un elemento que queramos o no, nos guste más o menos, juega un papel muy importante en nuestras vidas. Debido a que lo utilizamos de forma cotidiana y además su buena gestión puede facilitarnos las cosas en un futuro.
Por lo que para muchas personas su patrimonio es como un “hijo” más que hay que ir vigilando y controlando para que siga el camino correcto. Cuando un amigo de tus hijos invita al tuyo a ir a dormir a su casa o a pasar unos días, lo primero que haces es interesarte en saber quiénes son, donde viven, etc.…con el dinero sucede lo mismo tiene que haber un control y una vigilancia constante. Las personas están acostumbradas a dejar a sus “hijos” (dinero) en las guarderías de toda la vida (Bancos), por lo que si un día aparece un cuidador que trabaja por su cuenta con otra metodología que puede llegar a desarrollar más las aptitudes de estos (asesores financieros independientes), te provoca recelo. Ya que te ha costado conseguir tu patrimonio y siempre existe cierto miedo a lo desconocido y al cambio.
Esto tiene mucho sentido cuando empiezas y quieres generar un patrimonio, cuando buscas la guardería de tu hijo, no piensas:
- Bueno cuando acabe el bachillerato y tenga 18 años veré que resultados ha tendido su educación.
Mientras va creciendo vas siguiendo sus pasos, su entorno (situación macro), centros o academias (entidades financieras). Es decir, hay un control y evaluación de resultados cada X tiempo. Lo mismo sucede con nuestro capital, con nuestras necesidades y objetivos, por lo que los productos de inversión más convenientes para mí en el día de hoy lo más probable es que no lo sean aquí 10 años.
Con esto quiero decir, que el dinero sea o no en tu vida un factor muy importante la planificación financiera es algo indispensable. Lo es tanto para generar el patrimonio como para conservarlo.
Otra analogía sobre el tema podría ser la del médico y el farmacéutico. Hay un vicio muy criticado por los médicos, que es la automedicación por parte de los usuarios. Cuando nos encontramos mal o tenemos algún tipo de dolencia buscamos lo más rápido, ir al farmacéutico y que nos recete algún tipo de remedio para nuestro problema. En este caso el farmacéutico (Banco) en el momento que acudes a él lo que hace es venderte algo. Te preguntará los síntomas pero no tiene por qué indagar en exceso ya que no tiene los medios suficientes para conocer tu historial médico. El resultado será algo provisional y para salir del paso.
Pero cuando realmente estas preocupado o quieres saber con certeza que te pasa, no acudes al farmacéutico. Vas a buscar a un médico (asesor financiero independiente) que podrá realizarte las pruebas convenientes y sabrá identificar cual es el problema para realizar un diagnóstico lo más fiable posible, personal e individualizado.
Con esto quiero decir que el médico buscará el producto idóneo o el que al menos mejor se adapta al paciente. Igual que un asesor financiero independiente que no está sujeto bajo campañas de colocación, en la elección de los productos de inversión no tendrá ningún conflicto de intereses ya que al no disponer de producto propio su única finalidad será buscar el producto más adecuado para el cliente.
Tanto medico como farmacéutico utilizan bata blanca, mismos conceptos pero con resultados diferentes.