Miguel Ángel Fernández Ordoñez, gobernador del Banco de España desde 2006 hasta julio de este año. Muy probablemente, el peor de todos los gobernadores que ha habido, 67 en total.
Sólo se puede argumentar en su defensa, que le ha tocado capear con la peor crisis económica desde hace más de sesenta años, pero lejos de afrontar esta con un criterio determinado, se ha entregado a las declaraciones sorprendentes, contradictorias, confusas y en algunas ocasiones, hasta inconvenientes. Sería muy extenso traer aquí todas, sólo voy a recordar una que sí era acertada, pero que nunca más habló de ella: “Una de las causas de la crisis, es el exceso de beneficios de las empresas”.
Al igual que el viento, MAFO unas veces va para un sitio y en otras para el contrario. Es impredecible, lo mismo se desmarca del gobierno de turno que posteriormente abandera la opinión de este. Sus bandazos, desde las soluciones progresistas a las soluciones más conservadoras, han sido múltiples y constantes.
En un principio, al desencadenarse la crisis, parecía que las entidades financieras españolas habían hecho bien los deberes y su solvencia e imagen, estaban fuera de toda duda. Mientras, en U.S.A., Francia, Inglaterra, Bélgica, etc. los gobiernos debían de acudir al rescate de sus entidades financieras, en España no. Así aguantamos varios años. Pero poco a poco, se fueron destapando problemas en algunas Cajas de Ahorro y algunos Bancos de menor entidad. Hasta llegar a la actualidad, donde se ha hecho evidente que nuestro sistema financiero, está en el disparadero. Ni se refinancia con la agilidad suficiente, ni genera el crédito necesario. El problema: la alta exposición a la actividad inmobiliaria, que tiene los balances en una situación precaria al seguir contabilizando activos a precios muy por encima de lo que realmente valen. Y aquí ya, su responsabilidad y culpabilidad, no dejan lugar a dudas. Su tarea supervisora, reguladora y garantista del sistema financiero español, ha hecho aguas por todos los lados. No se ha enterado de nada, o lo que sería peor, no ha querido enterarse.