Hace unos meses dediqué un artículo a Coach Bags en Rankia. Si en su día no lo leíste o no tienes ganas de leerlo, te pongo un poco al día.
Coach Bags (que en realidad se llama Coach Inc.) es una empresa estadounidense que, originalmente, vendía bolsos de lujo para mujeres. En la actualidad sigue dedicándose al lujo, pero vende más productos y son tanto para hombres como para mujeres. Coach tiene presencia en muchos países, pero los realmente importantes son 3, Estados Unidos, que supone más de la mitad de la facturación de la empresa, China y Japón.
El motivo por el que Coach me llamó la atención originalmente es que, como decía en el primer artículo, cotizaba con descuento con respecto a su competencia, a pesar de haber crecido mucho en los últimos años y tener un balance para envidiar. Por entonces Coach cotizaba a 54 dólares por acción y hoy está cerca de los 40 dólares por acción.
En el post anterior decía que Coach tenía unas rentabilidades y márgenes de ensueño, incluso para una empresa de lujo. Esto sigue siendo así, pero los márgenes y retornos no paran de caer y empieza a ver mucha desconfianza con la empresa. ¿A qué se debe esta desconfianza? La empresa está siguiendo una estrategia que, en mi opinión, es equivocada y parece que los números y los clientes piensan igual. Coach, pese a ser una marca de lujo, está abriendo cada vez más tiendas outlet en centros factory mientras cierra tiendas de precio completo en zonas buenas (yo no tengo nada en contra de las tiendas factory, pero no creo que sea un buen lugar para una marca que se supone que es de lujo abra todas sus tiendas). Obviamente esto le supuso unos grandes crecimientos al principio pues, cuando se abrían las tiendas outlets la gente se lanzaba a comprar una gran marca como Coach con descuento, pero se ha llegado a una situación en la que la marca Coach ha perdido todo su valor. Los ricos no la compran porque no es una marca para ricos, y los no ricos no la compran porque los ricos ya no la llevan, así que en este último trimestre las ventas en Estados Unidos han caído un 18% y las ventas comparables (like for like) un 22%, un desastre.
Sin embargo, hay esperanza para Coach. En Asia aumenta sus ventas y, en concreto, en China, éstas se incrementaron un 25%. No cabe duda de que es una muy buena noticia, pero suceden dos cosas. 1. Incluso con el crecimiento en Asia los ingresos de Coach han caído un 7%. 2. Coach vende en Asia porque tiene la reputación de ser una marca de lujo americana pero, si la tendencia en EEUU sigue igual, me temo que los asiáticos también perderán la pasión por la marca.
Para evitar la hecatombe, Coach se ha puesto manos a la obra y ha decidido construir una nueva y costosa sede que seguro que le ayudará a vender mucho más (nótese la ironía). También ha contratado un nuevo director creativo (esto sí que puede ayudar) llamado Stuart Vevers que ha trabajado en Calvin Klein, Givenchy, Louis Vuitton o Loewe. Uno de sus últimos trabajos fue en Mulberry (sí, con M) donde era director creativo y tuvo mucho éxito con los bolsos de piel que, en esencia, es a lo que se dedica Coach.
Como los directivos se gastan el dinero en una sede nueva, en abrir nuevas tiendas de precio reducido y aumentar la superficie de ventas mientras éstas caen en picado, nos encontramos con que los ingresos van disminuyendo y los gastos van aumentando. Como la dirección está muy contenta con su brillante estrategia, la única esperanza es este hombre, Stuart Vevers.
Pero si la empresa es tan mala, ¿por qué pones empeño en ella?
Como decía, a pesar de que el rumbo es pésimo, realmente la compañía es muy buena. Su balance es fuerte, sus ratios brillantes (tanto que Joel Greenblatt, autor del mítco libro El Pequeño Libro Que Bate Al Mercado, lleva acciones de Coach) y tiene una marca que, en su día, tuvo mucho prestigio. Sin ir más lejos el año pasado tuvo un beneficio por acción de 3,61 dólares y repartió un dividendo de 1,35 dólares lo que, cotizando a 42 dólares, nos da un PER de 11,6 y una rentabilidad por dividendo de 3,2%. Además, Coach tiene algo de caja neta lo que nos daría un PER menor, pero como no soy muy optimista por su futuro, vamos a hacer como si no la tuviera. Eso sí, con la caída de los ingresos y los beneficios de 2014 podríamos encontrarnos con un BPA menor de, por ejemplo, 3 dólares por acción, lo que nos daría un PER de 14. Otra cosa positiva más, lleva un par de años recomprando y amortizando acciones, aunque parece que dejará de hacerlo. Así que nos encontramos ante una empresa excelente, con unos ratios muy buenos y con una dirección de pena. No confío nada en la dirección, así que vuelvo a Stuart Vevers, el director creativo.
La primera colección de Stuart Vevers saldrá a la calle en septiembre de este año y la dirección de la empresa no para de hablar de ello. Deben saber que se lo juegan todo a que este hombre lo haga bien. Como yo no tengo ni idea de bolsos de mujer (cuando tengo que comprar los Reyes no lo paso muy bien) no sé cómo van a ir las cosas (si alguien sabe algo de este mundo, que lo diga). Lo que sí tengo claro es que si no sale bien a Coach le quedan unos años por delante bastante duros. Por otra parte, si la colección triunfa, la acción subirá con fuerza y recuperará terreno con el resto de sus competidoras en Bolsa, a pesar de la pésima estrategia que lleva, parece sencillo.
Conclusión:
Visto lo visto, se trata de discernir si estamos ante una oportunidad value (no lo llamaría turnaround pues la empresa está saneada) o ante una trampa de valor de una compañía que ha entrado en un pozo del que no puede salir, una de las eternas cuestiones del value investing. En mi opinión, si la dirección diese alguna muestra de querer cambiar sería buen momento para comprar, pero no creo que durmiera muy tranquilo pensando que he puesto mi dinero en sus manos, a pesar de que está claro que en la compañía hay valor.