Bueno, este tema me toca bastante de cerca así que voy a dar mi opinión. En todas las profesiones hay profesionales buenos y otros no tan buenos, y en todas las profesiones se cometen errores, lo que ocurre es que los errores de la medicina los padecen las personas directamente, en su propia carne. Pero no por eso se debe demonizar a una profesión en la que hay gente que lo hace muy bien, que se esfuerza por sus pacientes y que lo pasa mal si no acierta en el diagnóstico. Ser médico no te dota de infalibilidad y así lo hemos de aceptar, médicos y pacientes. Por otra parte no se puede confundir a la industria farmacéutica con el profesional médico, y también hay que darse cuenta de que muchas veces es el propio paciente el que se niega a hacer algo por sí mismo y prefiere la pastillita antes que modificar el más mínimo de sus hábitos de vida. Que hay muchas cosas que se pueden mejorar sólo con cambiar ciertos hábitos lo sabemos todos, pero yo no me puedo fiar de que un paciente con 300 de colesterol va a modificar su alimentación, en caso de que sólo se deba a eso, y le tengo que recetar estatinas si o si, o que un hipertenso va a dejar la sal y me quedo tan tranquila sin darle nada. Es cierto que hay muchos errores en la alimentación, que la leche de vaca es inadecuada en procesos respiratorios porque produce mucha flema y que el intestino de un adulto ya no la digiere bien, bueno ni el de un bebé al que hay que dársela rebajada y sólo si no queda otro remedio, pero nuestro entorno cultural lleva años cosumiéndola y, aunque no es ni la mejor ni la única fuente de calcio si ha sido la que más a mano se ha tenido en épocas en las que la disponibilidad de alimentos no era tanta ni tan variada. Remover todo eso cuesta mucho y, es verdad, que hay tantos intereses creados entorno a ella que no es fácil promover la investigación sobre sus bondades y sus defectos. Y como en el caso de la leche pasa con otros muchos alimentos. En fin, no me extiendo más, sólo añadir que, en mi opinión, un buen médico no es el que nunca se equivoca, sino el que sabe estar cerca de su paciente, le escucha y trata de aliviarle en su enfermedad utilizando el arte y la ciencia (porque son las dos cosas) de la medicina de la mejor manera posible. Cierto es que el sistema sanitario actual está organzado de tal modo que hace que esa forma de ejercer la medicina sea casi imposible y hay muchos médicos que viven el día a día en su trabajo tratando de nadar contra la corriente.
Saludos