Discrepo con tus ideas sobre la eficacia de lo público. En Madrid la compañía que suministra el servicio de agua potable (Canal de Isabel II) es pública y funciona a las mil maravillas, y funcionaría mejor si los directivos no se dedicaran a lamerle la figa (esto es en valenciâ, o sea el chocho) a la Espe, y a crear un bariburrillo de iniciativas propangandísticas para favorecer al PP (Teatros del Canal, TV...), lo mismo que hace Telemadrid, que debería redenominarse como Espemadrid o Boletín Regional Audiovisual del PP.
Ahora nuestra controvertida abanderada del neoliberalismo quiere privatizar el Canal de Isabel II, claro, es que la tarta es demasiado apetitosa como para no meterle la cuchara.
Espe es una convencida neoliberal a ultranza, y no abre los ojos a la realidad de estos tiempos convulsos. Es una nueva Thatcher a lo madrileño que prefiere el cocido al curry, pero que dejaría al Estado igualmente patas arriba, si un día llegase a la Moncloa, que es uno de sus sueños. Como en Inglaterra, donde, el "capitalismo popular" generó enormes bolsas de pobreza y desempleoy donde, por poner un ejemplo concreto, los trenes se han convirtieron en un caos desde su privatización porque las empresas apenas invirtieron en mejorarlos (es que así no generaban más beneficios).
Aquí, otros casos como Renfe o Correos, o en los servicios públicos, la Seguridad Social tienen un funcionamiento más que aceptable. Y más si se invierte en calidad.
¿De dónde te sacas esa idea de que lo público es "per se" malo. Esa es la base de la ideología neoliberal que permite que en EE.UU la gente se muera en la calle por no tener acceso a la sanidad, o que las calles estén a oscuras por carecer de alumbradro público, una ideología que nos está llevando, y ojalá me equivoque, al borde del abismo. Y yo no quiero eso ni para mi país ni para nadie.
Saludos.