Efectivamente, debería ser un servicio adicional y no una obligación. De hecho, el Instituto Nacional de Consumo lo considera una práctica abusiva y contraria a la buena fe por limitar los derechos reconocidos legalmente al consumidor.
Según la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y las leyes que la complementan, "la factura emitida por un empresario cumple una función de acreditación", por lo que "cada una de las facturas emitidas por el empresario suponen el cumplimiento formal de las obligaciones que para éste se derivan del contrato, y su emisión debe tener carácter gratuito".
Y por otro lado, como bien comentas, las personas mayores que tienen contrados servicios de telefonía fija y/o móvil, pero no de Internet, deberán pagar más por tener la factura en papel. Y cuando se tiene una pensión mínima, lo gastos hay que controlarlos al céntimo.
Y luego ya, podríamos entrar en un debate, que daría hasta para abrir otro hilo, sobre los inconvenientes y ventajas del soporte digital frente al papel. De todos es sabido que un documento en papel, si lo conservas bien, te dura toda la vida, pero ¿y en soporte digital? Por no hablar de que los soportes digitales se van quedando anticuados en pocos años, debido al vertiginoso avance tecnológico, y deberán ser transferidos a soportes más recientes y adecuados porque, a diferencia de los documentos en papel que permiten una lectura inmediata, los digitales requieren de un equipo lector específico para poder ser consultados.
Mira, un consejo que me dio un amigo fotógrafo, diciéndome que si lo seguía me acordaría en un futuro de él para bien, es que todas las fotos, que de verdad me importen y quiera conservarlas, las imprima en un buen papel con tinta de calidad y me olvide de móviles, discos duros, nubes...
Un saludo.