Con harta frecuencia, el periodísmo de investigación nos revela nuevos casos de corrupción entre las personas que, se supone, deberían gestionar bien el dinero público y, en el seguimiento de estos casos, casi siempre, desamadejan el ovillo delictivo que los corruptos tejen o han tejido, creyéndose impunes. Y es que estos indeseables la única virtud que tienen es el corporativismo, llevado a ultranza.
El diario El Mundo vuelve a la carga con Mas y Pujol. Entresaco unas líneas de su artículo:
"...En dicho informe se denuncia la existencia de depósitos bancarios en Suiza y Liechtestein controladas por el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y su padre, así como por Jordi Pujol, su esposa, Marta Ferrusola, y su primogétino, Jordi.
En concreto, el documento de la UDEF, elaborado por la Brigada de Blanqueo de Capitales, explica que los Pujol disponían de "tres cuentas numeradas y dos cajas de seguridad con número correlativo a la que el propio Millet [responsable del Palau] posee en el mismo establecimiento de Lausana...".
Tan impunes se creen que ni tienen reparo en contratar las cuentas juntos y con numeración correlativa. ¡Si no se va enterar nadie!.
Los españoles de a pié, los de buena fé, los "paganos", a los que Hacienda nos tiene bien cogidos por las orejas para que no se nos pase pagar vía impuestos ni medio euro, ya estamos hartos de pagar los agujeros millonarios que tanto sinvergüenza hace al Tesoro Público y a nuestra Economía. Y a sus adláteres, si pueden, se les dá por imbéciles para que no carguen con culpa alguna, pese a saber que los dineros que entran en su casa no pueden ser legales.
"Los de arriba" no se enteran, no se quieren enterar de que aquellos que nos han llevado a la pobreza en que nos encontramos, de forma tan claramente delictiva, los queremos ver en el "banquillo", devolviendo lo que nos han robado y con penas de cárcel.
Mucho bombo a la Ley de Transperencia pero siguen apestando sus artículos a coporativísmo mal entendido... si devuelvan los robado, trato de favor. Es indecente.
Y aquí seguimos tragando quina los españoles de bien, viendo cómo nuestros dineros están engrosando cuentas ajenas en paraísos fiscales, viendo cómo se utiliza para que vivan como marajás los amorales de cualquier rango de las instituciones del Estado y gestores públicos, aunqviendo cómo, para su mayor boato, han invertido en obras faraónicas innecesarias que ni llegan a usarse o viendo cómo se enriquecen con sueldos públicos de escándalo, que ya se han venido encargando entre ellos en asignarse y blindarse en sendos contratos.
Así, así es como se nos ha empobrecido. Corrupción hay en todos los países pero, no en vano, estamos catalogados como el país de la UE más corrupto.