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Fran2018 09/10/17 20:21
Ha respondido al tema El referendum de cataluña
En cualquier Estado de la Unión Europea las cup´s no formarían parte de la vida política y el Poder Judicial de ese Estado los habría ilegalizado por su afán destructor de ese Estado. No es posible que ningún Estado civilizado, si es que lo quiere seguir siendo, considere parte de la Democracia a quien pretende aniquilarla.
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Fran2018 06/10/17 20:30
Ha respondido al tema Desbandada en cataluña
Corren rumores de que los "catabasunos" de las cup´s trasladarán su sede a Mondragón:  http://www.elmundo.es/pais-vasco/2014/10/12/543a491f22601daa1c8b456e.html CULTURA Terrorismo El pueblo que alimentó a ETA Iñaki Arteta estrena '1980', un documental sobre el año más negro, con 98 asesinatos La explicación del 'algo habrá hecho' lo impregnó todo, incluso a las víctimas El cineasta Iñaki Arteta en una de las tomas del documental '1980'. EL MUNDO LEYRE IGLESIASBilbao Actualizado: 12/10/2014 11:36 horas 1 "Cómo pudo ser que los gobiernos fueran tan débiles. Que la gente fuera tan cobarde. Que  abandonáramos a las víctimas. Que ni siquiera las llamáramos víctimas, sino muertos". Iñaki Arteta plantea preguntas para hablar de 1980, el documental que estrena esta semana en el Festival Internacional de Cine de Valladolid sobre el año en el que ETA más asesinó. Con el dictador muerto, tras la amnistía del 77, la Constitución del 78 y el Estatuto del 79, la organización terrorista erigida en cabecilla del antifranquismo no deja las armas sino que despliega su mayor ofensiva.  Más de 2 00 atentados y 98 asesinatos -uno cada tres días- en una Euskadi con un 25% de paro en la que prende con fuerza el respaldo al terrorismo ultranacionalista con promesas de revolución que seguiría matando tres décadas más. Su pervivencia, cuenta en la cinta el historiador  Gaizka Fernández Soldevilla, se explica por su enorme apoyo. 200.000 personas están dispuestas a prestar a ETA su coche, su casa; a manifestar un apoyo "light" votando HB. Se necesitó a todo un pueblo, o a buena parte, mientras la otra callaba o hacía las maletas. Vuelta ciclista en Salvatierra. Tres guardias civiles la dirigen. En un Sincamil 200 llegan varios miembros de ETA; los disparan y se marchan. Pero uno de ellos sólo queda herido. Así que la gente del pueblo gritó: "¡Está vivo, está vivo!".  "Se dieron la vuelta y lo remataron con 24 tiros", cuenta su viuda, Gema López. La explicación del  "algo habrá hecho" lo impregnó todo. Las víctimas casi sólo aparecían en la prensa para exculpar a los asesinados: para decir que ETA se confundió matando a su padre, a su hermano, porque en realidad no era un chivato sino un buen vasco, abertzale, euskaldun. Las víctimas invisibles, de guardias civiles, de policías, políticos de Alianza Popular y UCD, sufren la pérdida de los amigos, los saludos retirados. A Susana García ETA le arrebató a su padre. Al día siguiente volvió al colegio."Nadie se sentó a mi alrededor en clase.Nadie me volvió a dirigir la palabra, sólo para insultarme o insultar a mi padre. El único amigo que me quedó fue mi hermano". El padre de Francisco Altuy, policía nacional con cinco hijos, pagó con la vida el hablar por la calle con los guardias civiles del pueblo, y eso que su mujer le advertía: "Te están viendo". Cuando el hijo, de 19 años, volvió a la fábrica, sólo dos de sus 250 obreros le dieron el pésame.  "A los de fuera nos llamaban coreanos, maketos, nos despreciaban". 1980. El pueblo... y la Iglesia. Un guardia civil, Lorenzo Bárez, entonces de 23 años, entra en la parroquia de Yurre. Sentado junto a sus compañeros, escucha desde el púlpito:  "Hasta que no salgan los txakurras no empieza la misa". Salen agarrados a sus pistolas, con miedo a que los linchen. "Los curas pasaban la información de todos los movimientos de los guardias a los etarras para que luego pudieran atentar contra ellos", cuenta en Markina Víctor González, hermano de un guardia civil asesinado. Negar que la  Iglesia vasca apoyara a las víctimas, sostiene el ex obispo de San Sebastián Juan María Setién, es  "deformar la historia". "Hay quienes sacan  lecciones de la Guerra Civil, que ocurrió hace 80 años, lo cual está muy bien", sostiene el director. "Pero tenemos un pasado más reciente al que estamos enganchados y que ayuda a iluminar el presente, a ver cómo ha influido en nuestras actitudes morales respecto al mal, al asesinato con razones políticas". En aquel año negro en el que las víctimas eran perseguidas durante días, amenazadas y cazadas una por una, Iñaki Arteta (Bilbao, 1959) pasó sus 21 años entre Barcelona, donde estudiaba, y Barakaldo, adonde volvía en verano. También él estaba "abducido". La música, las pegatinas, las pintadas... Cantaba el "Carrero voló", como la periodista Isabel Durán en las fiestas de Obanos. ETA conservaba el halo de luchadora por la justicia social; sólo con el tiempo algunos la desenmascararon como una organización terrorista puramente etnicista, indica el catedrático Aurelio Arteta. Los vecinos, la Iglesia... y los políticos. "Francia no colaboró", dice Marcelino Oreja, entonces delegado del Gobierno en Euskadi. El país vecino prefiere ser el refugio de ETA que su objetivo. "En Francia tuvo lo que ningún otro grupo terrorista: la retaguardia segura a unos minutos del teatro de operaciones", resume el periodista Florencio Domínguez.  A 20 minutos de San Sebastián, los dirigentes de ETA viven y se mueven con los papeles en regla. Citan a los empresarios para cobrar la extorsión. Reciben prestaciones sociales. El giro se produce con la llegada de Mitterrand, en 1981. "Es la clave, la colaboración de Francia", cuenta Oreja. "Tardó, tardó. Si eso se hubiera hecho desde el principio, aquello habría tomado un giro completamente diferente". Algunas víctimas no han querido salir en la cinta. En pueblos como  Oñate o  Mondragón el ambiente sigue siendo "opresivo" porque aunque ETA ya no mate, son "los mismos" los que gobiernan y sus fundamentos no han cambiado, dice el cineasta. 1980 es un grito contracorriente en una sociedad que, cerrado el capítulo de los muertos, no tiene ganas de reavivar fantasmas. Iñaki Arteta lleva 14 años dando voz a los  acallados, aplastados y desterrados de esa  Euskadi violenta y próspera en películas como El infierno vasco y Trece entre mil. Empezó a armar su último documental en 2009. No ha sido fácil. Logró 70.000 euros con crowdfunding -donaciones por internet-. EiTB, muy involucrada estas semanas con Lasa y Zabala, no ha comprado sus derechos. Lo han hecho TVE, Telemadrid y la Televisión de Galicia. El reto ahora es lograr que se estrene en los cines.
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Fran2018 05/10/17 20:26
Ha respondido al tema España país de pandereta y genocidio
Iñaki Arteta El fascismo corre por las calles Viendo lo que ahora sucede en Cataluña puedo pronunciar un par de palabras que probablemente pocos se atrevan a decir en público: es fascismo. Seguir a @IakiArtetaOrbea 2017-10-05 9 Compartir271 Flipear Tuitear Independentistas en Barcelona | EFE "Por entonces yo no tenía ninguna convicción política definitiva. Hasta me resultaba difícil decidir si era de "derechas" o de "izquierdas", por aquello de establecer mi orientación básica y más general. Cuando en 1932 alguien apeló a mi conciencia haciéndome esta pregunta, respondí afectado y muy dubitativo: "Más bien de derechas...". En las cuestiones cotidianas sólo tomaba partido interiormente de cuando en cuando, en algunas no lo hacía nunca. Entre las formaciones políticas existentes no había ninguna que me atrajera en especial, por mucho que hubiera donde elegir. De todos modos, la pertenencia a una de ellas en ningún caso habría evitado que me convirtiese en un nazi. Lo que sí pudo evitarlo fue mi nariz. Tengo un olfato intelectual bastante desarrollado o, dicho de otro modo, un sexto sentido para reconocer los valores estéticos (¡y antiestéticos!) de una actitud o convicción humana, moral o política. Desgraciadamente, la mayoría de alemanes carecen por completo de este instinto. Los más inteligentes son capaces de discutir hasta el atontamiento más profundo haciendo múltiples abstracciones y deducciones sobre el valor de una cosa cuyo mal olor puede detectarse simplemente con la nariz. Yo por mi parte, ya entonces tenía la costumbre de fundamentar mis pocas convicciones firmes a través del olfato. En cuanto a los nazis, la decisión de mi nariz fue inequívoca. Era sencillamente agotador hablar sobre cuáles de sus presuntos objetivos e intenciones eran discutibles o estaban al menos «justificados históricamente» cuando todo aquello olía como olía. No me equivoqué ni un solo instante al pensar que los nazis eran unos enemigos para mí y para todo lo que yo apreciaba. En lo que sí erré por completo fue al no pensar que fueran a convertirse en unos enemigos tan terribles. Por entonces seguía inclinado a no tomarles muy en serio, una actitud muy extendida entre sus adversarios inexpertos, que por entonces favoreció a los nazis sobremanera. Hay pocas cosas más extrañas que la tranquilidad indiferente y engreída con la que nosotros, yo y mis semejantes, contemplamos el inicio de la revolución nazi en Alemania como si estuviéramos en el palco de un teatro, viendo un proceso cuyo objetivo, al fin y al cabo, era exactamente borrarnos de la faz de la tierra. Historia de un alemán Sebastian Haffner 1939 (Dios, ojalá pudiera leer esto el presidente del Gobierno). Discúlpenme por una cita tan larga, espero que les invite a leer el libro completo. Yo callé durante largos años en el País Vasco (durante el tiempo en que me pareció más seguro no expresarme como me lo pedía mi conciencia) pero llegado un momento emprendí el camino que esa misma conciencia me estaba ofreciendo: el de la libertad de expresarme en situaciones adversas. Por eso, viendo lo que ahora sucede en Cataluña puedo pronunciar un par de palabras que probablemente pocos se atrevan a decir en público:  es fascismo. Cada historia dramática que ha azotado a las sociedades modernas rozó a todos los ciudadanos que, ocupados en sus asuntos, la menospreciaron. Y no es sólo la nariz la que me lo hace entender así, sino la historia que nos precede, las historias cuyo final recordamos trágicamente pero que comenzaron con apariencias nobles e inocuas, continuaron con mentiras y falsificaciones, para terminar asfixiando (las peores veces exterminando) a los disidentes. Cada historia dramática, brusca, caótica que ha azotado a las sociedades modernas rozó en su comienzo de manera más o menos consciente a todos los ciudadanos que, ocupados en sus asuntos, la menospreciaron. Me froto los ojos asombrado al contemplar en mi televisor cómo el fascismo corretea por las calles de una ciudad moderna. Europa, hoy. En cierto modo me impresiona menos la violencia cruda e inesperada del yihadismo. Resulta más fácil tachar a sus autores de fanatizados por una religión extraña, de descerebrados de tierras lejanas que serán capaces de cualquier cosa solo por asustarnos que la observación de gentes de tu propio país adoptando comportamientos tan radicales. Es un momento histórico, dicen los nacionalistas independentistas. Ahora mismo yo también creo que lo es. Un momento histórico en el que  el egoísmo etnicista de nuestros vecinos aflora elevándose sobre los demás para escupirnos con todo su desprecio. Tras años de siembra ideológica resurge esplendorosa una supremacía de tipo regional que a ojos de Occidente resulta incompatible con los planes mayoritarios de prolongar nuestro conseguido nivel de concordia. La voluntad de tensar la cuerda al máximo esperando qué tipo de respuesta se les da depara consecuencias imprevisibles. Hasta puede que, pensará David, las cosas se pongan tan dramáticas que Goliath tenga que ceder. La gran ventaja de David es que juega sin normas, el pobre grandullón de Goliath tiene su punto débil: ser escrupuloso con la ley, no utilizar artimañas ni engaños. Fascistas somos los demás, el Estado que impide los caprichos particulares o colectivos que atentan contra el resto. Pues vale, no discutamos porque no hay manera: ellos abanderan EL BIEN. Pero mi nariz me dice que  no hay nada de inocente en esas sonrisas ni en esos cánticos de hermandad patriótica con que desprecian y arrinconan al diferente. Huele muy mal.   http://www.libertaddigital.com/cultura/libros/2017-10-05/inaki-arteta-el-fascismo-corre-por-las-calles-83346/
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Fran2018 05/10/17 20:12
Ha respondido al tema Cataluña 2017: El final del camino.
Cristina Losada A un enviado especial en Cataluña ¿No te extraña que sólo estén bien predispuestos a hablar los que quieren que Cataluña se separe de España? Seguir a @christinalosada 2017-10-04 6 Compartir136 Flipear Tuitear YouTube Soy periodista. No he sido corresponsal en el extranjero, aunque alguna vez he tenido que cubrir acontecimientos fuera de España. He vivido en otros países, quizá por ello me interesa mucho la política exterior y leo prensa internacional a diario. Estas semanas, en relación con los sucesos en Cataluña, he visto informaciones en los medios de comunicación que frecuento, y también en otros, que me han decepcionado profundamente. Tenía a muchos de ellos por practicantes de un periodismo indagador y riguroso. De un periodismo dispuesto a presentar distintas perspectivas para entender un conflicto o una crisis. Decidido a comprobar, chequear y contrastar. Mi decepción es con los que no han hecho nada de eso. Salvando unas cuantas excepciones, han incumplido todas o algunas de las reglas que acabo de mencionar. Puedo imaginar tu situación. Te envían a  un lugar que probablemente no conoces, o sólo conoces como viajero, a informar de un asunto sobre el que no tienes mucha documentación. Procuras hacerte con alguna más mientras viajas o cuando llegas allí. Al llegar, te encuentras con una situación como la del 1 de octubre. Gente en la calle, gente dentro de colegios supuestamente electorales, tratando de votar y, al cabo de unas horas, la llegada de la Policía y la Guardia Civil para desalojarlos. Estás metido en un escenario de protestas y cargas policiales. Ves tú mismo escenas violentas. Ves en internet vídeos con escenas de violencia en lugares donde hay niños y viejos.  Aceptas como verídica la cantidad de 800 heridos. Y por heridos entiendes heridos por las porras o balas de goma policiales. Concluyes que has asistido a episodios de brutalidad policial contra personas pacíficas que sólo querían votar. Tus testigos vas a elegirlos entre las personas que están tratando de participar y confirmarán aquella idea. No sólo eso: te contarán que "los catalanes" llevan siglos oprimidos y reprimidos por "España". Hay muchas más cosas que te contarán y no serán verdad. Pero no es cuestión de que me creas a mí. Es cuestión de que indagues. De que, para empezar, preguntes a otros; a los que tienen otra opinión. ¿No te extraña que sólo estén bien predispuestos a hablar los que quieren que Cataluña se separe de España? A lo mejor, desconoces que la mitad de la población no está por ello. Pregúntate por qué no hablan con tanta facilidad los ciudadanos de a pie que son contrarios a la secesión. Es un aspecto esencial para entender lo que sucede ahora en Cataluña.  El silencio y el silenciamiento del discrepante. Es posible que, cuando veas que hay protestas y que la Policía interviene, pienses que los que protestan son los débiles y los que ordenan que la Policía intervenga representan a los fuertes, a los poderosos. Te sorprenderías si investigaras un poco. Los organizadores del movimiento separatista son los que han tenido el poder en Cataluña durante décadas. No son gente obrera, te lo aseguro. Su poder ha sido mucho más amplio e intrusivo del que ha de ser el de un Gobierno en una democracia. El partido que lanzó el proceso de ruptura se ha caracterizado por una corrupción institucionalizada. Tuvo que cambiarse de nombre por lo manchada que quedó su anterior marca. Averigüa qué significa lo del 3 por ciento. Puede que también te sorprenda saber que los ciudadanos de Cataluña que más apoyan la secesión son los que tienen rentas altas, y los que menos la apoyan son los que tienen rentas más bajas. Alguien dijo el otro día que estamos ante una revuelta de los ricos contra los pobres. Tal vez sea exagerado. Pero no cabe duda de que Cataluña es una de las regiones más ricas de España. Los que dirigen todo esto han dejado claro muchas veces que no querían que la región siguiera contribuyendo al desarrollo de las regiones españolas que son más pobres. No te voy a hablar del grado de  descentralización de España ni del grado de autogobierno de que dispone Cataluña. Tampoco de que todos sus elementos culturales específicos, como el idioma, están reconocidos y protegidos. En las escuelas se practica la inmersión en catalán. El español, que es lengua habitual de la mitad de la población, se ha desterrado virtualmente de las aulas. Supongo que estás al corriente. Es menos probable que sepas cuál ha sido la conducta de los que han tenido el poder en Cataluña para fomentar el nacionalismo y el deseo de romper con España. Hace diez años, un puñado de intelectuales catalanes lo calificó de "pedagogía del odio".  El odio hacia España, hacia lo español, hacia el resto de los españoles. Vi un reportaje en un semanario alemán que decía que el nacionalismo catalán era una excepción entre los nacionalismos renacidos en otras partes de Europa, puesto que no era etnicista. Se lo había dicho al periodista una organizadora de las protestas, y ya era la verdad revelada. Cierto, los nacionalistas catalanes han tenido cuidado de cubrir la pulsión xenófoba contra los españoles –como si ellos no lo fueran– bajo el manto de la identidad cultural. Pero escarba un poco. Esto decía al respecto una  tribuna en Libération: (...) encontramos, repetidos como un mantra, todos los clichés del nacionalismo más obtuso teñidos de racismo, desprecio de clase, o incluso una forma de supremacismo cultural: por un lado, "nosotros", un pueblo educado, trabajador, progresista, honesto, republicano y europeo. Enfrente, "ellos", una canallesca ibérica retrógrada, perezosa y corrupta (...) Vayamos, no obstante, al 1-O. A que se trataba sólo de votar. Esa votación, convocada por el Gobierno autonómico y organizaciones que financia, era para proclamar ya la secesión. No para expresar una opinión, como decían todos los que entrevistabas. Sabrás que el 9 de noviembre de 2014 ese Gobierno y esas organizaciones hicieron una consulta para saber cuántos querían que Cataluña fuera un Estado independiente. El Tribunal Constitucional dijo que no se podía, pero el Gobierno español miró para otro lado y dejó que se hiciera. Fue a votar poco más de la tercera parte del censo, un censo ampliado para la ocasión. Dos terceras partes no participaron. Como era de esperar, el ochenta por ciento de los que fueron a votar querían separarse de España. Un total de 1.8 millones de personas. Repito: un tercio del censo electoral. Después convocaron unas elecciones regionales diciendo que eran plebiscitarias. Si ganaban los partidos independentistas se proclamaría la independencia.  No ganaron la mayoría de votos, aunque sí la mayoría parlamentaria. Pero no se echaron atrás. No fueron por la vía legal de proponer una reforma constitucional: eso siempre lo desecharon. Y así llegamos al 1-O. En el Parlamento se aprobó realizarlo por una mayoría simple. Por muchos menos votos de los que requiere cambiar el estatuto de autonomía. Lo hicieron vulnerando las normas del estatuto y los derechos parlamentarios de la oposición. ¿Qué hubiera pasado si el Gobierno español, como en 2014, hubiera permitido estereferéndum  a pesar de su ilegalidad? ¿Qué hubieras dicho si, después de celebrado, se proclamaba el Estado catalán? Me adelanto: hubieras dicho que esa proclamación era legítima. Que el resto de ciudadanos españoles tenía que aceptar la voluntad salida de las urnas, aunque la convocatoria no cumpliera lasformalidades legales. No descarto que esa proclamación se haga. Tampoco descarto que, en ese caso, digas que es legítima y debemos aceptarla. Pero quizá, cuando eso suceda, ya estés lejos, como enviado especial a otra parte, mientras millones de ciudadanos españoles seguimos sufriendo el intento de una minoría de  pasar por encima de todos nosotros para romper nuestro país. Piénsalo. Compartir136   Tuitear 0 0 0 http://www.libertaddigital.com/opinion/cristina-losada/a-un-enviado-especial-en-cataluna-83340/
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Fran2018 03/10/17 22:14
Ha respondido al tema Cataluña 2017: El final del camino.
Los que se han rebelado contra nuestra Constitución Española, contra el Estado de Derecho y por ello contra la Democracia en toda su extensión aquí en Cataluña solo son el reflejo del delirio catalán magníficamente resumido por el "ilustre" filósofo Francesc Pujols: " Llegará un día en que los catalanes, por el simple hecho de serlo, iremos por el mundo y lo tendremos todo pagado".
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