Cide H. Benengeli
10/11/12 11:33
Ha comentado en el artículo ¿El fraude de las hipotecas?
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Y seguimos dándole vueltas al mito de que se está “ayudando” a los bancos y no a las familias necesitadas…
En la antigüedad los bancos eran instituciones exclusivamente privadas. Un banco prestaba exclusivamente lo que era suyo, lo que hoy llamamos capital social. La Banca Fugger prestaba únicamente el dinero que era suyo (otra cosa es de dónde sacaba el dinero).
Posteriormente los bancos, además de prestar su propio capital, acogían el dinero que no era suyo (ofreciendo un interés por ello) y a su vez lo prestaban a otros (obteniendo un interés, supuestamente mayor que el anterior, por ello).
De esta forma se dinamiza la economía ya que los particulares y las empresas pueden obtener una rentabilidad por el dinero sobrante, y a su vez pueden conseguir financiarse. Lógicamente los bancos, obtienen una rentabilidad por ello.
Ése es básicamente el funcionamiento de un banco: yo le dejo dinero a un banco para que me lo devuelva y me remunere por ello (remuneración que no necesariamente ha de ser en dinero, también puede ser en servicios: paga mis cheques, me domicilia los recibos…), y el banco a su vez lo presta obteniendo una remuneración con ello.
Es obvio que si el banco recupera el dinero prestado, puede devolver el dinero al depositante. Si no lo recupera, el depositante no ve ni un duro.
Para ello los bancos han de mirar con lupa a quién le prestan el dinero, y a su vez utilizar los medios legales para recuperar el dinero en el supuesto de que aquél a quien teóricamente han mirado con lupa, al final no pague. Ahí está la ejecución hipotecaria.
Claro que hay supuestos en los que el banco no recupera el dinero: para ello están sus beneficios y el capital social. Lo que ocurre es que los beneficios se han esfumado y el capital social me temo que también.
Vivimos en una sociedad totalmente bancarizada, el común de los mortales cobra todo a través del banco y paga casi todo a través del banco. Ni siquiera me permiten ir a una tienda y comprarme un sofá que cueste 2501 euros pagando en efectivo. Lo tengo que hacer, obligatoriamente, a través de un banco.
La actividad bancaria es necesaria, imprescindible, en una economía moderna. Cuando se “ayuda” a los bancos, no se les está ayudando a ellos, se ayuda a los 47 millones de españoles que tienen depositado el dinero en el banco (que está arruinado: su capital social ya se ha evaporado, pregúntenle a los del Popular por qué amplían capital…)
Si no se “ayuda” a los bancos, es decir a todos los españoles, entonces sí que nos vamos a la España de la posguerra, pues ni los depositantes recuperarán nunca su dinero, ni nos servirán los bancos para canalizar los capitales que permitan dinamizar la economía.
Otra cosa es que los responsables del desaguisado económico purguen sus responsabilidades incluso en la cárcel, tema en el que no creo que haya discusión alguna (aunque mucho me temo que no lo verán nuestros ojos…)
Claro que hay que ayudar a las familias necesitadas. A las familias necesitadas de verdad.
Para mí un ignorante que se ha entrampado hasta las cejas para creerse propietario de una vivienda -y de paso comprarse un buen deportivo para fardar en el polígono e irse al Caribe a tostarse la barriga en Punta Cana, previa firma de contrato con el que responde de un préstamo con todos sus bienes presentes y futuros…- no es una familia necesitada, es un ignorante, y sinceramente me da igual que se suicide o que se la casque.
Y si el ignorante de arriba, ha metido de avalista a su madre, ancianita de 80 años, alguna responsabilidad tendrá la ancianita en haber educado al ignorante de su hijo y en haber avalado al ignorante de su hijo.
Pues no, aquí lo que queremos es que se ayude al ignorante del hijo y a la responsable de la madre…
Claro, con el dinero de todos los españoles, y si hace falta de los alemanes, pues si somos europeos, que nos ayuden…
Pues yo, puestos a elegir, prefiero que se ayude a todos los españoles vía recapitalización bancaria, a unos cuantos (miles si se quiere) de descerebrados que han querido y quieren seguir viviendo del cuento.
Si una persona se queda sin casa porque la han desahuciado por no pagar la hipoteca o el alquiler… Pues que se vaya a otrá que sí pueda pagar, o que se vaya al campo a plantar sus patatas, sus pimientos y a alimentar sus gallinas… Miles de personas lo hacen en España, basta darse una vuelta por Galicia para ver señoras de 80 años con el pañuelo en la cabeza y la azada en la mano. En la Galicia profunda o la Castilla profunda, por 100 euros al mes tienes casas con huerto y muchas de ellas ni siquiera eso, pues llevan años abandonadas y desocupadas, basta ir con la azada.
Ahora: lo bien que queda pasarse un mensaje por el guasap a través del ifon para hacer una kedada con cartelitos ante un desahucio y ser un tío guay…