No tengo ni idea de cómo me han entendido y además me da igual lo que hayan entendido.
Yo estoy harto de los discursos políticamente correctos, hablo clarito y me gusta que me hablen clarito.
A mí una persona que se sobreendeuda hasta el punto de que el acreedor tiene que ejecutar su garantía, desahuciándola, para cobrar su deuda, no me demuestra tener muchas luces.
El hecho de haber sido concejala del PSOE, no me contradice el diagnóstico.
Y finalmente el hecho de suicidarse cuando la van a desahuciar tampoco me ayuda a mejorar mi primera impresión.
En España mueren al año 700000 personas. Entre ellas hay muchos suicidios, unos pocos salen a la luz pública y otros no: gente que se harta de vivir, que tiene un desengaño amoroso, que la suspenden seis veces una asignatura cursando el último año de carrera, que ha perdido el trabajo, que padece halitosis, que se deprime porque no puede comprarse un Audi, que la desahucian por no pagar el alquiler o el préstamo con garantía hipotecaria… También gente que padece una enfermedad mental, pocos esquizofrénicos cumplen los 65 años.
Respecto de los que padecen una enfermedad mental, nada hay que decir, la enfermedad ha podido con ellos.
Respecto de los que no pueden o no saben asumir las frustraciones de la vida que todos, absolutamente todos, en mayor o menor medida, padecemos, es su soberana decisión, a mí sólo me cabe respetarla.
Como dicen los budistas: el sufrimiento es consecuencia del deseo de las cosas materiales.
Según he señalado más arriba, en España mueren al año 700000 personas, en el mundo multipliquen por 100 y les saldrá la bonita cifra de unos 70 millones de personas.
No tengo tiempo de compadecerme de todas y cada una de ellas. Tampoco espero que se compadezcan cuando me llegue el turno, me basta con mis hijos y mis seres más cercanos.
No me voy a compadecer más de una persona porque los medios pongan ahí su punto de mira, no porque les importe más o menos su vida, sino por el hecho de que por las circunstancias sea un hecho noticiable.
Es evidente que no me alegro de que una persona se suicide porque la desahucien. Pero cada uno es el responsable de sus propias decisiones
Hacer comentarios “solidarizándose” con la víctima y su familia, criminalizar a los banqueros que la “obligaron” a contratar la hipoteca, acudir con “cartelitos” a los desahucios, sumarse a la plataforma de “afectados” por la hipoteca con discursos de que: los bancos son los culpables, junto con los notarios, los registradores, los agentes inmobiliarios, los tasadores, los promotores, los constructores, Merkel y Hollande, los alemanes que son unos nazis y no nos quieren dejar más dinero… Demagogia barata…
Menos hipocresía por favor. Si de verdad quieren ayudar a los que no pueden pagar la hipoteca tan sólo tienen que buscar a alguien que se encuentre en el caso, pedirle el número de cuenta donde tienen domiciliados los pagos, y hacerles una transferencia periódica todos los meses por su importe. Si tienen dudas, en cualquier parroquia pregunten por Cáritas y les darán una lista.
Yo estuve de alquiler y ahora estoy hipotecado. A mí nadie me ha engañado, asumo que si no pago el alquiler o la letra del piso, me voy a la calle. Y es que no puede ser de otra manera. Cómo voy a pedir solidaridad a quien ha depositado su confianza en mí alquilándome una vivienda o concediéndome un préstamo, si yo no me solidarizo pagándole lo que he acordado con él. Dicho esto y como he comentado en otro blog, quería vivir en Lagasca, y al final me decidí por la periferia de Madrid.
Un mal endémico de la sociedad española es echar la culpa a los demás de nuestros propios errores. Así nos va.
Y dicho esto: ahora vais al moderador y se lo cascáis… Ya estáis tardando…