Hola Comstar, la desinformación y la ignorancia dan lugar a la manipulación más efectiva, entre ellas la de la estadística.
Aunque la tecnología y los controles de los medios permiten un mayor dominio para manipular los mensajes a la sociedad, existe la esperanza de que en un futuro cercano y en un mundo hiperconectado, la comunicación entre personas, el contraste de ideas y el derribo de los muros al conocimiento, podamos decidir con datos más reales e ir disminuyendo el sobrecoste que la desinformación y manipulación provoca en los ciudadanos, en términos económicos y de derechos, y por extensión a toda la economía en su conjunto.
Creo que te gustará este interesante artículo de Rafael García del Valle que habla sobre desinformación, manipulación y democracias imposibles:
http://www.erraticario.com/economia-y-sociedad/desinformacion-e-ignorancia-rumbo-a-la-distopia/
y del que se puede extraer el siguiente texto:
El francés y publicista arrepentido Frederic Beigbeder decidió escupirle al mundo las verdades de su profesión en su libro 13,99 euros:
…nadie desea vuestra felicidad, porque la gente feliz no consume. Vuestro sufrimiento estimula el comercio. En nuestra jerga, lo hemos bautizado «la depresión poscompra». Necesitáis urgentemente un producto pero, inmediatamente después de haberlo adquirido, necesitáis otro. El hedonismo no es una forma de humanismo: es un simple flujo de caja. ¿Su lema? «Gasto, luego existo.» Para crear necesidades, sin embargo, resulta imprescindible fomentar la envidia, el dolor, la insaciabilidad: éstas son nuestras armas. Y vosotros sois mi blanco.
Ochenta años antes de que Beigbeder escribiera estas cosas, cuando todavía la economía se movía por necesidades y no por seducciones, Lippmann y Bernays coincidían en una ley general sobre cómo habría de funcionar la nueva sociedad dirigida por lo que luego se llamaría “marketing”: quien tiene el dinero se cree libre, pero la única y verdadera libertad es la de quien decide qué hará esa persona con su dinero. La de quien le aconseja, le sugiere y le enseña cómo y dónde gastar.