Una tarjeta de débito es un medio electrónico de pago de bienes y servicios en el que el cargo contra los fondos de los que el titular disponga en una entidad financiera se hace de manera instantánea. Permite extraer efectivo de cajeros automáticos (puede comportar el cobro de una comisión). El dinero que usa el propietario de la tarjeta de débito se toma a débito del que el titular dispone en la cuenta, a diferencia de las tarjetas de crédito, no concede al propietario ningún préstamo.
La cuota a pagar de la tarjeta de débito es más pequeña que la de la tarjeta de crédito, inclusive puede llegar a ser nula. Una de las mejores características de las tarjetas de débito es que permiten llevar al propietario el control de lo que gasta. Las tarjetas de débito permiten hacer extracciones de dinero en cajeros y oficinas de la entidad, además de realizar pagos con ellas, pero para poder realizar estos pagos es necesario que en la cuenta del cliente hayan fondos suficientes para cubrir las extracciones. Al utilizar los fondos del cliente no hay intereses ni pagos aplazados.