Consulte nuestro glosario para una explicación de los términos de inversión empleados en este artículo.
Cuando uno se dispone a invertir una suma de dinero de cara al futuro, es importante saber dónde hacerlo. No obstante, un aspecto igualmente crucial es decidir cómo hacerlo.
Un error habitual es esperar al «momento adecuado» para comprar. Tales intentos de determinar el momento en que subirá o bajará el mercado suelen ser en vano: a priori nunca es obvio cuándo los mercados han tocado fondo y los activos son lo más baratos posible.
A no ser que pueda pronosticar con fiabilidad el futuro, ampliar sus inversiones de forma periódica reduce el peligro de equivocarse al elegir el momento de entrada y salir perdiendo.
Los argumentos a favor de incrementos regulares
Invertir en intervalos regulares no solo imparte una buena disciplina de ahorro, sino que también puede aportarle beneficios sustanciales.
La inversión de una cantidad fija cada mes –con independencia de si los mercados pasan por buen o mal momento– puede ayudarle a evitar pagar demasiado por un activo cuando su precio ronda un máximo.
En muchos casos, emplear esta estrategia en lugar de invertir una cantidad de dinero de una sola vez le beneficiará en el largo plazo, a no ser que los mercados desafíen las leyes de la gravedad y suban eternamente. Esta técnica de inversión se denomina «promediación del coste de la inversión».
Pongamos, por ejemplo, que invierte 100 € al mes en un fondo a lo largo de un año. Dado que el valor de las inversiones fluctúa con el tiempo, el precio de las acciones en el fondo subirá y bajará. De un mes a otro, con sus 100 € comprará un número distinto de acciones, en función de su valor en cada momento. De este modo, termina comprando más acciones cuando son baratas, y menos cuando son caras, con lo que el precio medio que paga por un activo puede ser más bajo que el correspondiente a la inversión de un importe único. Y cuanto más bajo sea el coste de su inversión, mayor será su tasa de rentabilidad potencial.
Funcionamiento de la promediación del coste de la inversión
En este ejemplo ilustrativo, con sus 100 € mensuales podría usted comprar 125 acciones a un coste medio de 9,60 €. El precio medio de las acciones durante el año es de 9,89 €.
El beneficio financiero de esta estrategia respecto a la inversión de una suma de 1200 € de una sola vez dependería, como en la vida real, del momento elegido para realizarla. De haber invertido dicho importe total entre julio y noviembre, habría acumulado más acciones que invirtiendo en intervalos regulares.
Invertir en un mercado bajista
La perspectiva de invertir el dinero que tanto le ha costado ganar para luego ver disminuir su valor puede provocar cierto malestar. Aunque esta es siempre una posibilidad cuando uno invierte, puede parecer más probable cuando los mercados pierden terreno.
Asumiendo que una inversión es adecuada para sus circunstancias y necesidades, es casi imposible predecir con acierto el mejor momento para invertir. En última instancia, el hecho de que el precio de un activo haya subido o bajado recientemente no debería incidir en su rumbo futuro, que dependerá más bien de sus perspectivas a largo plazo.
El momento de máxima convicción para invertir podría no llegar, con lo que podría usted terminar perdiéndose posibles ganancias. Suponiendo que está dispuesto a arriesgar parte de su dinero, adherirse a un plan de inversión en intervalos regulares –ya sea para comenzar a invertir o para ampliar una cartera existente– podría ayudarle a superar tal parálisis. Es más, la promediación del coste de la inversión será un valioso aliado en su búsqueda de rentabilidad.
Los puntos de vista expresados en este documento no deben considerarse como una recomendación, asesoramiento o previsión.
A la hora de decidir cómo invertir, es importante recordar que el valor de las inversiones sube y baja. Así el valor de su patrimonio fluctuará con el tiempo y cabe la posibilidad de que no recupere usted la suma invertida originalmente.
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